Ciencia y Tecnología

La competencia llega a las reglas para drones

2014-07-07

Los dos grupos tienen pensamientos y clientes distintos, e incluso se reúnen en conferencias...

Jack Nicas, The Wall SDtreet Journal

La batalla en torno a las nuevas regulaciones para aeronaves no tripuladas en Estados Unidos está enfrentando a dos culturas completamente distintas de la industria de los drones: los emprendedores de alta tecnología contra las grandes empresas aeroespaciales y de defensa.

Boeing Co. , Northrop Grumman Corp. y otras compañías aeroespaciales conocidas son los nombres establecidos en la industria, con ventas de miles de drones a las fuerzas armadas de Estados Unidos y otros países. Muchos de sus vehículos aéreos no tripulados con caros y de gran potencia, algunas con una mayor envergadura que un Boeing 737 y precios de hasta US$93 millones.

En tanto, un grupo de empresas nuevas como PrecisionHawk Inc. y SZ DJI Technology Co. está lanzando dispositivos ligeros y de bajo costo que los emprendedores utilizan para filmar películas, inspeccionar viviendas y monitorear cultivos. Muchos de sus drones se pueden sostener con la mano y algunos se venden a cientos de dólares en locales como Wal-Mart. Estos drones se alistan para acaparar el mercado comercial conforme nuevas normas abran el sector, indican analistas.

Los dos grupos tienen pensamientos y clientes distintos, e incluso se reúnen en conferencias diferentes. Han coexistido de manera afable, pues las empresas grandes proveen a ejércitos y las empresas más pequeñas atienden a aficionados. Sin embargo, su relación se ha enfriado por los intentos de influenciar las muy demoradas regulaciones para los drones y su creciente convergencia en el mercado conforme crece la demanda de estos vehículos.

Ante la falta de reglas claras para las aeronaves no tripuladas, la Administración Federal de Aviación de EE.UU. (FAA, por sus siglas en inglés) ha prohibido su uso comercial sin su aprobación. Muchos productores de cine, agricultores y otros han estado utilizando dispositivos más pequeños sin el consentimiento del gobierno, y la FAA ha aprobado sólo dos drones comerciales, ambos para emplearse en Alaska. La FAA planea proponer normas para drones pequeños en los próximos meses que podrían inclinar la balanza en la competencia entre los fabricantes establecidos y las empresas nuevas.

Muchos emprendedores y pequeños fabricantes de drones acusan a las empresas más grandes de promover regulaciones restrictivas que crearán barreras en el mercado y protegerán la posición de privilegio de las empresas asentadas. "Nadie lo dice en voz alta, pero todos sabemos que esa es la situación", señala Sven Juerss, presidente ejecutivo del fabricante alemán de drones Microdrones GmbH. Las grandes compañías del sector "invirtieron millones en las aves más grandes, y quieren venderlas por el mayor tiempo posible".

Los mayores fabricantes de drones rechazan esa afirmación. Han hecho lobby de manera extensa en Washington, pero dicen que esperan que la FAA abra los cielos a los drones de todos los fabricantes, siempre y cuando sean seguros. "Es uno de aquellos mitos urbanos de los que no he visto ninguna evidencia de su veracidad", apunta John Langford, presidente ejecutivo de Aurora Flight Sciences Corp., que ayuda a desarrollar y construir algunos de los drones más grandes. "No hay nadie que tenga un interés más auténtico en la evolución segura de las reglas (para drones) que las grandes empresas, ya que, recuerde, son las que tienen más que perder si no se hace debidamente".

Algunos observadores dicen que el sector está listo para convertirse en la típica historia de trastorno tecnológico, en la que los dispositivos de menor costo y potencia arrebatan el mercado de manos de productos establecidos con mayores precios. Comparan el momento actual de los drones a la transición de las grandes computadoras industriales a las PC en los años 80.

Las grandes empresas aeroespaciales "son las (computadoras) centrales de esta industria (…) Nosotros somos las computadoras personales", afirma Chris Anderson, ex editor de la revista Wired y fundador del fabricante de drones de California 3D Robotics Inc. en 2009. "Esto es exactamente lo que ocurre de industria a industria: los mamíferos aparecen, son pequeños y patéticos, pero se vuelven mejores, más rápidos y después ocurre un cambio evolucionario".

Patrick Egan, un activista de drones de Sacramento, en 2007 cerró su negocio de fotografía comercial que empleaba un drone hecho en casa después de que la FAA prohibió el uso comercial de aeronaves no tripuladas. Egan ha utilizado un sitio web de noticias y un podcast vinculado para convertirse en uno de los críticos más prominentes de la FAA y de las grandes empresas aeroespaciales, a las que acusa de confabular para manipular las nuevas reglas.

El mes pasado, Egan organizó su propia conferencia para pequeños fabricantes y usuarios de drones en San Francisco y comenzó el evento criticando a los comités de asesoría de la FAA, que son presididos por ejecutivos de grandes compañías aeroespaciales, por recomendar reglas que a su parecer perjudicarían a emprendedores. Por ejemplo, un comité de ASTM International, una organización que establece estándares, recomendó que la FAA exija que los fabricantes de drones tengan programas extensos de aseguramiento de la calidad y produzcan manuales de nivel militar para sus dispositivos. "No sé dónde voy a ubicar al equipo de redacción tecnológica ya que tendré al equipo de garantía de calidad en el garaje", dijo ante el público. "No aceptaré esto de brazos cruzados".

Ted Wierzbanowski, un ex ejecutivo de AeroVironment Inc., que provee más drones al ejército estadounidense que cualquier empresa, preside el comité de ASTM y afirma que las recomendaciones se realizaron con los aportes de alrededor de 130 miembros. La membresía en el comité está abierta a cualquiera por US$75 al año. "Nos partimos la espalda solicitando el apoyo y la participación de todos", dice.

Paul McDuffee, quien dirige el departamento de relaciones gubernamentales del fabricante de drones Insitu Inc., de Boeing, asevera que las grandes empresas están haciendo lobby a favor de reglas que beneficien a todos los fabricantes y usuarios. Egan también "se beneficiará de esto, pero continúa arrojando piedras a los que trabajamos duro para llegar a este punto", expresa.



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