Ciencia y Tecnología

Los robots autónomos se hacen cargo de los depósitos de abarrotes

2016-09-22

Los alimentos, en particular, se han resistido a los robots. En el sector de alimentos y bebidas,...

Robbie Whelan, The Wall Street Journal

WILMINGTON, Massachusetts, EU—Cuando la cadena minorista estadounidense Target Corp. TGT -1.31 % decidió renovar uno de sus mayores centros de distribución de California tenía la opción de construir un depósito, instalar tecnologías existentes para recoger productos de las estanterías, o correr el riesgo de probar la nueva generación de robots de un multimillonario solitario.

Target se inclinó por los robots. Los nuevos autómatas pertenecen a Symbotic LLC, parte del imperio de comestibles de Rick Cohen, un magnate de Nueva Inglaterra. A través de su propia red de distribución nacional y pactos con algunos de los mayores minoristas del país, Cohen pretende demostrar que los robots pueden revolucionar las actividades de almacenamiento, manipulación y transporte de los millones cajas de bienes que los camiones dejan en sus tiendas cada año.

Su argumento para convencer a multinacionales como Target, Coca-Cola Co. KO 1.01 % y Wal-Mart Stores Inc. WMT 0.11 % es simple: el sistema de automatización de Symbotic incluye robots autónomos que pueden desplazarse por su cuenta entre las estanterías de un centro de distribución. Pueden recorrer los pasillos para guardar y sacar cajas, en coordinación con robots más convencionales que hacen tareas más simples.

Es un contraste con lo que ocurre en muchos sistemas de automatización, en los que los robots tienden a estar atornillados a un lugar o circulan por rutas fijas. “Lo que hacemos con los robots autónomos no es tan diferente de lo que hace Google con el vehículo autónomo”, dijo Cohen en una entrevista en la sede de Symbotic, en Wilmington. “Creo que, dentro de cinco años, cambiará la distribución.”

En el caso de los minoristas, el objetivo de la automatización de sus depósitos es controlar los tres grandes costos de los centros distribución con personal humano —mano de obra, tiempo y bienes raíces— para satisfacer las exigencias de una industria de costos altos y márgenes bajos.

“En cada proyecto que evaluamos, nos fijamos en la automatización como un potencial componente”, dice Frank Bruni, vicepresidente de operaciones de la cadena de suministro de Kroger Co. KR -0.29 % La cadena de supermercados ha comprado sistemas de automatización de depósitos a la alemana Witron Logistik + Informatik GmbH, una competidora de Symbotic. Alrededor de 6% de los centros de distribución de Kroger están totalmente automatizados, dice Bruni. “Hace 25, 30 años había mucha gente que hacía carrera en los depósitos. Hoy, no creo que exista esa dinámica”.

Target quería ampliar su centro de distribución de Woodland, California, para mantenerse al día con el aumento de las ventas en el suroeste de Estados Unidos. Tras considerar en 2013 la construcción de un centro, en 2014 recurrió a Symbotic.

“Target iba a tener que construir una nueva planta en California, algo tremendamente caro”, dice Larry Sweet, profesor de robótica de Georgia Tech que fue director de tecnología de Symbotic hasta el año pasado y que ha trabajado en el proyecto de Target. “Querían que las instalaciones manejaran más volumen, pero no podían. Symbotic fue capaz de poner un sistema en el edificio que ayudó a que eso ocurriera”.

Hasta ahora, a los minoristas de productos de consumo les costaba automatizar incluso los procesos más simples, como recoger productos de una estantería y ensamblar contenedores con formas irregulares. En agosto, esta clase de tareas era realizada por unas 867,300 personas en depósitos en todo EU, de acuerdo con los datos más recientes del Departamento de Trabajo.

Los alimentos, en particular, se han resistido a los robots. En el sector de alimentos y bebidas, donde comenzó Cohen, sólo 8% de los centros de distribución de las 75 mayores firmas de supermercados estadounidenses están parcial o totalmente automatizados, según la consultora MWPVL International Inc. Los distribuidores mayoristas de alimentos operan con márgenes de ganancias de entre 1% y 2%, por lo que son reacios a invertir en automatización, que puede costar hasta US$100 millones para un depósito.

Esa actitud está cambiando debido a que, por un lado, los crecientes costos laborales y de los terrenos amenazan las ganancias y, por el otro, porque la mayor competencia de Amazon.com Inc. AMZN 1.89 % y otras firmas de tecnología trastorna prácticas de larga data.

La Hermandad Internacional de Camioneros, que representa a 122,000 trabajadores de depósitos de comestibles, se ha puesto a la defensiva por el aumento de la automatización, señala Steve Vairma, jefe de división de depósitos del sindicato. “Los empleadores buscan desplazarse cada vez más hacia la automatización”, dice, “y creo que vamos a enfrentar estos desafíos en las negociaciones de contratos en los próximos años”.

La estrategia de Cohen es ambiciosa porque el uso de robots industriales autómatas está todavía en pañales. El desarrollo de robots que pueden trabajar sin ataduras ha sido una especie de cruzada para los ingenieros de fabricantes como Boeing Co. BA 1.00 % , que invierten grandes sumas en su desarrollo. Un robot que recorre por sí mismo una fábrica, dicen, puede hacer tareas de montaje con mayor eficiencia que sus antepasados fijos en un lugar.

Todavía es difícil para los robots realizar tareas precisas en entornos caóticos, explica Martial Hebert, profesor de la Universidad Carnegie Mellon que se especializa en sistemas de visión y reconocimiento para robots autónomos. Los sensores avanzados y el software están derribando algunas de esas barreras, dice. “Las áreas en las que la automatización se mueve más rápido son aquellas donde el medio ambiente es más estructurado, como las fábricas o depósitos con cantidades limitadas de productos”, señala Hebert. “Estamos llegando a un punto donde la tecnología se está pasando al mundo real.”

Cohen lleva a cabo su experimento en C&S Wholesale Grocers Inc., el mayor distribuidor mayorista de abarrotes de EU por ventas, que fundó su abuelo.

Su estrategia es doble: instalar los robots en los depósitos de C&S para servir a las cadenas de supermercados, y vendérselos a empresas que tienen sus propias instalaciones de distribución. Durante los próximos 12 meses, Symbotic planea lanzar casi una docena de depósitos de alimentos totalmente automatizados en EU, desde Pensilvania a California.

La firma llegó a un acuerdo para suministrar robots a Target y al centro de distribución de Coca-Cola en South Brunswick, Nueva Jersey, y Wal-Mart dijo que está poniendo a prueba el sistema de Symbotic en dos de sus grandes centros de distribución.

Symbotic dice que su sistema permite a minoristas y mayoristas de alimentos reducir los costos de mano de obra en los centros de distribución en 80% y operar depósitos que son entre 25% y 40% más pequeños.

La empresa enfrenta en el mercado estadounidense la competencia de compañías como Dematic Corp., de Atlanta, y la austríaca Knapp AG. Un número de firmas más pequeñas trabaja en formas de usar de robots autónomos para recoger y empaquetar artículos individuales para satisfacer las compras en línea.

Para hallar evidencia de cómo funcionan los robots en depósitos de alimentos, los distribuidores estadounidenses pueden mirar a Europa, donde los costos de mano de obra y de los terrenos son más altos y la automatización de la distribución de alimentos es más común. “A la larga, si usted no se automatiza (...) realmente limitará su cadena de suministro”, dice Norman Leonhardt, jefe de ventas de Witron, una firma alemana de automatización.

Symbotic demuestra el potencial de los robots en un depósito de C&S en Newburgh, Nueva York, donde se yuxtaponen con humanos. En un sector del depósito, un equipo de unos 20 “selectores” humanos se apresta a empezar su turno nocturno con ejercicios de elongación. Un gerente da un discurso motivacional sobre seguridad y eficiencia y luego se ponen en marcha los montacargas con los que salen a buscar cajas de papel de cocina y latas de verduras, que son cargadas a mano. Estos selectores pueden caminar hasta 30 kilómetros y levantar unos 23,000 kilos durante un turno, de acuerdo con los estudios de salud ocupacional.

En el otro lado del almacén, más de 100 robots de Symbotic se mueven libremente antes de dirigirse a estantes ubicados en estrechos pasillos en una estructura metálica de múltiples niveles que los ingenieros de la empresa bautizaron como “La Caja”. Pueden desplazarse a 40 kilómetros por hora en la oscuridad y usar un brazo mecánico para subir y bajar cajas. Los robots se comunican por medio de sensores y una red celular.

Hasta ahora se limitan a transportar objetos de tamaños regulares y superficies sólidas, tales como cajas de cartón. Un derrame ocasional o un contenedor agrietado puede hacer que el robot deje de funcionar hasta que sea arreglado por un humano.

Los robots autónomos entregan productos a sus parientes menos móviles en el depósito. Un robot fijo descarga las cajas de tomates enlatados y de macarrones con queso y las coloca en transportadores que las llevan a La Caja, donde otros robots las colocan en los estantes correspondientes, desde donde son luego transportadas por otros robots a los camiones que distribuyen la mercadería a los supermercados.

Cada uno de los robots autónomos de Symbotic puede cargar y descargar una caja de productos por minuto, aproximadamente cinco veces más rápido que un ser humano. Los robots tienen 71 centímetros de ancho y los pasillos por los que se desplazan son sólo un poco más anchos, en comparación con los pasillos de 3 a 3,60 metros de un depósito convencional.

Cohen contó que se interesó en la robótica a causa de su pasión por recortar costos en la empresa familiar. Su abuelo, Israel Cohen, fundó C&S en Worcester, Massachusetts, en 1918. Cohen se convirtió en presidente ejecutivo en 1989 y es el único propietario. Dijo que su alergia a los gastos innecesarios lo llevó a invertir en Symbotic en 2007 y posteriormente a comprar toda la empresa.

“Eliminar lo que sobre es fascinante para mí”, reconoció. “Camino por un depósito, y todo el mundo ve lo que está sucediendo, y yo veo lo que no está sucediendo”.

Un factor que limita el crecimiento de Symbotic es el costo. Sus sistemas pueden valer entre US$40 millones y US$80 millones por equipo, de acuerdo con MWPVL, la consultora. De todos modos, los costos laborales “van a golpear a la industria de comestibles muy duramente”, dice el fundador de MWPVL, Marc Wulfraat. “La mayoría de los jóvenes prefiere trabajar en un escritorio antes que estar moviendo cajas de un lado a otro”.



JMRS

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