Muy Oportuno

La Muerte es Antinatural

2017-11-16

Estas reflexiones las tengo frescas porque acabo de encontrarme con un libro que se llama...

Fuente: Hermanas Oblatas de Jesús Sacerdote

La primera lectura es un canto a la vida. Un canto recio, casi altanero; es una proclama firme de frente contra la muerte, y contra aquel que la entró al mundo.

Recordemos que los ateos, que por los alrededores del mundo sajón prefieren denominarse "humanistas", miran la muerte como el desenlace "natural" de la vida. De ahí a decir que la vida desemboca en la muerte o que la vida es para la muerte ya no falta mucho.

Estas reflexiones las tengo frescas porque acabo de encontrarme con un libro que se llama precisamente "Funerales sin Dios". Y es interesante ver adónde conduce la postura de una "vida para la muerte". Por lo pronto, sale de nuevo a flote la ideología pro-suicidio, no como primera opción pero sí como alternativa "respetable". El razonamiento de Séneca, que de hecho se suicidó: "Si escojo el barco en que viajo y la casa en que vivo, también escogeré la muerte con la que dejaré esta vida".

Nuestra fe es distinta. Se trate de una muerte serena o violenta, con mucho o con poco dolor, siempre tiene una huella de ofensa al plan de Dios, y debe ser vencida, incluso cuando parece vencer ella misma, es decir, cuando logra aplastar al pequeño, al inocente, al santo.

Y si esto era claro ya en tiempos de la redacción del libro de la sabiduría, mucho más para nosotros, los cristianos, que hemos visto a Cristo derrotar a la muerte y ofrecer una vida que no se humilla ante los horrores del sepulcro.

Vivir con Humildad

Después de subrayar la grandeza de nuestra vida cristiana, no debemos, sin embargo olvidar que la grandeza, en cristiano, lleva siempre ese sello de humildad y de sensatez que nos ha recordado el evangelio de hoy.

Las palabras de Cristo querían educar en esa sencillez de alma, pero también querían marcar una clara diferencia con todas las otras escuelas y grupos de la época. Era el caso, en efecto, que tanto fariseos como saduceos, tanto escribas como herodianos, tenían un gran denominador común: la búsqueda de una "paga". Ya se tratara del reconocimiento de los demás, la influencia en el poder, la riqueza o la vanidad, todos buscaban ser recompensados. Por eso vemos que en otros pasajes, como por ejemplo en el Sermón de la Montaña, Cristo habla de eso de "ya tener su paga".

Cristo quiere discípulos que sean diferentes. Gente que trabaje con la alegría de hacer lo que hace y con la motivación de cumplir la voluntad del Padre Amoroso y muy Amado. Este tipo de gente, esta nueva raza de discípulos, tendrá una libertad inmensa, porque el que espera una paga, depende de una paga y es manipulable y esclavizable a través de esa paga.

Por el contrario, el humilde y sensato, el que sabe de quién espera y qué espera, el que es, en suma, verdadero discípulo y apóstol, es escandalosamente libre: ¿quién podrá esclavizarlo? Ya tiene a Dios por Señor, ¿quién podrá decir que le domina?


 



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