Poker de Ases

Trump desenfunda

2017-01-23

En vía de mientras, en su análisis semanal el Centro de Investigación en...

Carlos Fernández-Vega, La Jornada

Lo anunció como aspirante a la candidatura republicana; lo reiteró como candidato formal; lo machacó como presidente electo, y ahora, ya como inquilino de la Casa Blanca, lo ratifica para que no quede la menor duda: Donald Trump va contra todos, y en especial contra su vecino del sur, donde el lánguido "gobierno" peñanietista todavía cree que el energúmeno "dialogará", "negociará" y se comportará "civilizadamente", por ser "socio" y "amigo" de los mexicanos.

Las "dudas", pues, despejadas están, pero el problema se agrava para México, porque los que oficialmente están encargados de hacer frente a la nueva etapa de agresión contra el país y sus ciudadanos –de adentro y afuera– no tienen la menor idea de cómo hacerlo, se mantienen en el éter y suponen que con el salvaje de Trump "nos va a ir muy bien". Agarraos, pues, que ya llegó, ya está aquí.

En vía de mientras, en su análisis semanal el Centro de Investigación en Economía y Negocios (CIEN) del Tecnológico de Monterrey, campus estado de México, subraya que 2016 no fue un buen año para la actividad industrial de nuestro país. La caída en los precios del petróleo y la desaceleración en la producción industrial en Estados Unidos fueron algunos factores que impidieron el avance de las actividades secundarias mexicanas.

Para 2017 el panorama luce más complicado ya que, además de los factores mencionados, existe la posibilidad de una renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), la cual podría impactar negativamente en el desempeño de las manufacturas, principal componente de la actividad industrial nacional (de hecho, ayer mismo Trump ratificó que lo "renegociará" y si sus "socios" no aceptan las modificaciones por él propuestas, entonces simplemente lo cancelará).

En noviembre pasado, la producción industrial mexicana creció 1.3 por ciento a tasa anualizada, impulsada por los resultados de las manufacturas (4.3 por ciento), la construcción (3.6) y la generación de energía eléctrica y suministro de agua (2.4), en contraste con el desempeño de la minería (-9.1 por ciento, caída que se da por el desplome petrolero), sector que desde mayo de 2014 no muestra una variación anual positiva. A pesar de que las cifras en noviembre resultaron favorables, éstas fueron insuficientes para compensar la evolución poco afortunada de la actividad industrial a lo largo del año pasado.

Nuevamente el subsector de los derivados del petróleo presentó la caída más significativa del periodo (-19 por ciento). A pesar de que en fechas recientes han ocurrido incrementos en los precios de los hidrocarburos, esto no ha sido un factor de impacto en el desempeño de dicha industria. De hecho, su ciclo continúa por debajo de la tendencia de largo plazo, por lo que resulta poco probable observar una recuperación del subsector en los meses por venir.

Al considerar las cifras acumuladas de los primeros 11 meses de 2016 se aprecia que la actividad industrial se mantuvo sin cambios con respecto al mismo periodo del año pasado (cero por ciento) debido a que la contracción que presentó la minería (-6) eliminó los avances registrados en las manufacturas (1.2), la construcción (1.9) y la generación de electricidad (3.2).

La crisis en el sector minero se concentra en las actividades extractivas, las cuales se han visto afectadas tanto por la caída en los precios internacionales del petróleo, como por una menor producción del hidrocarburo. Esto ha tenido una repercusión significativa en la economía de las entidades federativas, cuya principal actividad se basa en la extracción de petróleo y que además cuentan con una participación importante en la actividad industrial nacional.

Hasta el tercer trimestre del año pasado 20 entidades federativas acumularon variaciones positivas en su actividad industrial; sin embargo, no todas tienen una participación significativa a nivel nacional. Tan sólo los estados de México, Campeche, Nuevo León, Tabasco, Jalisco, Veracruz y Guanajuato representan en conjunto 50.3 por ciento del total de las actividades secundarias de nuestro país.

El problema radica en que de las siete entidades mencionadas, únicamente tres acumularon cifras positivas hasta el tercer trimestre del año pasado: estado de México (4.4 por ciento), Guanajuato (3.1) y Jalisco (1.1). Por su parte, las entidades cuya economía está basada en el petróleo acumularon pérdidas: Campeche (-7.4), Veracruz (-7.2) y Tabasco (-3.7).

Se espera que la situación no mejore en lo que resta del año, debido a que solamente el estado de México presenta una tendencia con trayectoria positiva, mientras las seis entidades restantes exhiben un movimiento a la baja (Guanajuato, Campeche, Veracruz y Tabasco) o se encuentran estancadas (Jalisco y Nuevo León). Dicho escenario permite vislumbrar que la actividad industrial continuará exhibiendo un ritmo de crecimiento moderado en los próximos periodos debido a que las entidades del país que tienen un peso significativo a nivel nacional en las actividades secundarias difícilmente lograrán un repunte en su desempeño en los meses por venir.

Ante un entorno mundial complejo, la situación de la actividad industrial mexicana luce delicada debido a que su pilar principal, las manufacturas, está enfocado al comercio exterior donde más de 80 por ciento de las exportaciones van dirigidas hacia Estados Unidos.

Parte de la estrategia requerida para hacer frente a las cuestiones que plantea la coyuntura debe estar basada en la diversificación del comercio exterior, en particular de las importaciones. Si bien ampliar y diversificar el destino de las exportaciones nacionales es un tema relevante, los beneficios de esta tarea se verán reflejados a largo plazo, ya que se requieren de inversiones significativas para mejorar la infraestructura logística de nuestro país.

Por su parte, remplazar las importaciones de bienes de consumo y, en especial, de bienes intermedios por productos mexicanos es un proceso más ágil que permite distribuir los beneficios del comercio internacional entre un mayor número de participantes nacionales, dotando a la industria mexicana de mayor fortaleza para hacer frente a los obstáculos que están por venir.



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