Tras Bambalinas

¿Qué busca Peña Nieto al invitar a Donald Trump a México?

2016-08-31

"Esta es la mayor apuesta de su mandato. Y todo lo que veo aquí son riesgos. Esta es...

David Luhnow, The Wall Street Journal

CIUDAD DE MÉXICO—El miércoles, cuando reciba en suelo mexicano al candidato republicano Donald Trump, el presidente de ese país, Enrique Peña Nieto, podría estar haciendo la mayor apuesta de su presidencia.

El índice de aprobación de Peña Nieto (23% en la última encuesta realizada por el diario Reforma) es el más bajo de cualquier líder mexicano de las últimas dos décadas, afectado sobre todo por una serie de escándalos de conflictos de interés, un crecimiento económico débil y el aumento de la violencia.

Al invitar a Trump a México, el líder mexicano corre el riesgo de ser visto como dando la bienvenida a un político que es ampliamente rechazado por los mexicanos, muchos de los cuales se sienten insultados por los comentarios y propuestas hechas por el candidato republicano en el último año, quien ha reclamado que México deje de enviar “violadores” a través de la frontera y que ha propuesto construir un “grande y hermoso muro”—pagado por los mexicanos— para detener ese flujo.

“Esta es la mayor apuesta de su mandato. Y todo lo que veo aquí son riesgos. Esta es pérdida / pérdida para Peña Nieto”, dijo Gabriel Guerra, ex portavoz presidencial y diplomático que sirvió bajo otros gobiernos del oficialista Partido Revolucionario Institucional, o PRI.

El ex presidente mexicano Vicente Fox dijo a la estación de televisión mexicana Milenio que el encuentro era “un error histórico” y que Trump “debería pedir perdón de rodillas”.

Menos que una disculpa de Trump a México, cualquier otro resultado es probable que beneficie al magnate de bienes raíces, un hombre que Guerra describe como uno de los políticos más anti-mexicanos en el escenario político estadounidense desde el ex presidente James Polk, quien en 1848 declaró la guerra que llevó a México a perder la mitad de su territorio.

“El dilema (…) es el siguiente: o Trump se disculpa con los mexicanos o Peña Nieto pierde la popularidad que le queda”, escribió el comentarista mexicano Héctor Aguilar Camín en su cuenta de Twitter.

Peña Nieto, un telegénico ex gobernador casado con una ex estrella de telenovelas, defendió su decisión en su cuenta oficial de Twitter, diciendo: “Creo en el diálogo para promover los intereses de México en el mundo y, principalmente, para proteger a los mexicanos donde quiera que estén”.

Hay precedentes de candidatos presidenciales estadounidenses que viajen a México durante la campaña. En 2008, John McCain visitó el país e incluso hizo una visita al santuario de la Virgen de Guadalupe, patrona de México.

El encuentro con Peña Nieto será el primero que Trump ha tenido con un jefe de Estado extranjero desde el inicio de su campaña. La visita, junto con un discurso sobre la inmigración que dará más tarde en el día, podría permitirle intentar cambiar la dinámica de su competencia con la candidata demócrata Hillary Clinton, que lo supera en las encuestas.

Compartir un escenario con un jefe de Estado también podría ayudar a Trump a transmitir que él también tiene pasta presidencial, dijo Alejandro Hope, un ex funcionario de inteligencia mexicana. Hope dijo que la visita y la subsiguiente sesión de fotos potencial de los dos hombres dándose la mano socavaría el argumento de Clinton que Trump carece del temperamento necesario para ser presidente.

“Para Trump, esto tiene todo el sentido. Ayuda suavizar su imagen y aparecer presidencial. ¿Pero que lograra Peña de esto? ¿Que le rebajen el precio del muro a la mitad?”

El intento de México de hacer contacto con Trump podría haber sido impulsado por la preocupación de que el país estaría en una posición débil en caso de que éste ganara, dijo Andrew Seele, un experto en México del Wilson Center en Washington.

“México nunca ha estado en una posición de no conocer a uno de los dos candidatos...Tengo la sensación de que tienen miedo de que no tienen canales con él y lo que sucede si gana”, dijo Seele.

Muchos analistas estaban preocupados de que la medida pudiera enfadar a la campaña de Clinton, lo que socavaría las relaciones bilaterales si ésta ganara la elección.

La última vez que los líderes mexicanos hicieron alusión a una preferencia en una contienda electoral estadounidense, el tiro salió por la culata, recordó Guerra, que era el portavoz de la presidencia bajo el ex presidente Carlos Salinas de Gortari a principios de 1990.

En las elecciones estadounidenses de 1992, el entonces gobernador del estado de Arkansas Bill Clinton se postuló contra George Bush padre, que había negociado el Tratado de Libre Comercio de América del Norte con México. Las autoridades mexicanas se mostraron cautelosas en sus declaraciones públicas, pero en privado estaban fuertemente a favor de Bush. Estaban preocupados por si Clinton o los demócratas apoyarían el acuerdo de libre comercio.

“Nos llevó mucho tiempo para reparar el daño hecho durante la campaña”, dijo Guerra. “Afortunadamente, Bill Clinton terminó apoyando el TLC y se convirtió en un gran socio de México. Pero recuerdo que Hillary no estaba contenta”.

Para Peña Nieto, los dos últimos años han marcado un marcado contraste con sus dos primeros después de ganar las elecciones de 2012. Empezó enérgicamente su mandato de seis años con una lista de cambios de amplio alcance para la economía mexicana, incluyendo la apertura de la industria petrolera a la inversión privada por primera vez desde la nacionalización del petróleo en 1938.

Sin embargo, ha tropezado desde finales de 2014, cuando se supo su familia estaba comprando una mansión de la Ciudad de México propiedad de un prominente contratista del estado. En las últimas semanas, Peña Nieto ha sido acosado por acusaciones de que plagió su tesis en la Escuela de Derecho, acusaciones que él rechaza.

Esto hace de la visita de Trump una oportunidad para cambiar la conversación en México, dijo Antonio Garza, el ex enviado de EU a México bajo la administración de George W. Bush.

“Curiosamente, ambos están detrás de lo mismo: que la gente hable de algo distinto de lo que han estado hablando y aprobar el examen de parecer ‘presidencial’”, dijo Garza. “Ambos pueden declarar una victoria manejando el tono y estableciendo con firmeza sus posiciones, o ambos pueden perder si esto se convierte en una farsa, lo que me parece que es el punto de partida.”

Las autoridades mexicanas han pasado apuros para responder a Trump desde que éste anunció su candidatura y comenzó a subir en las encuestas con la promesa de construir un muro con México. En un momento dado, Peña Nieto comparó Trump a Hitler y Mussolini.

Sin embargo, un ayudante del líder mexicano dijo que el entonces presidente optó por tomar un perfil más bajo y parecer presidencial, en parte para el caso de que Trump ganara la elección. Funcionarios del gobierno y Peña Nieto mismo dijo en varias ocasiones públicamente que no se involucrarían en las elecciones de EU

“No sé por qué Peña está haciendo esto, sobre todo ahora. No lo ayuda en casa y lo pone a él y a México en medio del proceso electoral de EU (al menos por un día); un mal lugar para un presidente extranjero”, dijo Shannon O’Neil, un alto miembro del Consejo de Relaciones Exteriores en Nueva York.



JMRS
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