Vuelta al Mundo

El voto "indignado" divide en dos a Italia

2018-03-06

Durante los últimos diez años las desigualdades entre el norte y el sur del...

SORAYA MELGUIZO | El Mundo

La eterna brecha entre el norte y el sur en Italia se hizo aún más evidente tras los resultados de las pasadas elecciones que dejaron un país literalmente roto en dos. El norte del país, tradicionalmente gobernado por el centroderecha, dio un paso más (hacia la derecha) y votó en masa por la Liga de Matteo Salvini mientras que en el sur arrasó el Movimiento Cinco Estrellas de Luigi Di Maio. Las dos formaciones consideradas antisistema han capitalizado el descontento social más allá de sus tradicionales feudos, con mensajes y propuestas que apuntan directamente a la tripa del electorado, empezando por la inmigración y el desempleo.

Durante los últimos diez años las desigualdades entre el norte y el sur del país se han disparado, según revelan los indicadores económicos. Y a pesar de que el país está experimentando un ligero repunte a nivel macro, los 'brotes verdes' no se perciben en el castigado sur. Sicilia, Cerdeña, Calabria, Apulia, Campania... no sólo son las regiones donde el color amarillo de los 'grillini' se ha impuesto con el 50% y hasta el 60% de los votos, sino que también son las cinco regiones italianas donde la tasa de desempleo dobla la media europea.

En Sicilia, antiguo feudo de la derecha y donde tradicionalmente se registra la mayor abstención, uno de cada dos electores votó por el M5E. Un dato aún más significativo si se tiene en cuenta que hace sólo cuatro meses la coalición de centroderecha liderada por Silvio Berlusconi y Matteo Salvini triunfó en las elecciones regionales.

La propuesta estrella de los 'grillinos' es la introducción de una renta básica de hasta 780 euros al mes y recortes por unos 50,000 millones de euros en los gastos relacionados con la actividad política (sueldos vitalicios, dietas o privilegios para los parlamentarios). Una promesa que podría haber calado en el sur del país, donde el riesgo de exclusión social roza el 48% frente al 15% del norte, según el Instituto de Estadística Italiano (ISTAT).

El centroderecha, con Salvini a la cabeza, supo en cambio cómo seducir a las regiones más industrializadas con una mezcla de propuestas económicas -como la abolición de la reforma laboral de Matteo Renzi o la reforma de las pensiones que introdujo el Gobierno de Mario Monti- y lemas de inspiración lepeniana. "Los italianos quieren trabajo, no asistencia", dijo el líder de la Liga en alusión a los 'grillinos', y basó su campaña en cargar contra la "invasión de inmigrantes", los auténticos responsables, según él, de los problemas económicos y de seguridad en el país. Una apuesta que no le ha salido mal porque la Liga se ha acabado imponiendo en las ricas regiones norteñas de Piamonte, Lombardía, Véneto, Friuli Venezia-Giulia o Umbría, 'sorpassando' en algunos casos a Silvio Berlusconi, su histórico aliado, y extendiendo sus tentáculos hasta otras zonas como Emilia-Romagna, bastión rojo del Partido Demócratico.
 



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