Espectáculos

Melanie Delloye, de la lucha por su madre al "refugio" del cine

2014-11-25

A pesar de la fuerte exposición pública a la que se vio sometida por su tragedia...

Por Astrid Riehn (dpa)

Mar del Plata, 25 nov (dpa) - A los 16 años, cuando la mayoría de las chicas de su edad están pensando en divertirse y definir su propio futuro, Melanie Delloye se vio confrontada con el secuestro por parte de la guerrilla de las FARC de su madre, la candidata presencial colombiana Ingrid Betancourt, mientras ésta viajaba junto a su asesora Clara Rojas por el departamento de Caquetá.

Durante los seis años que duró el cautiverio (2002-2008), Delloye luchó por la liberación de la política del partido Verde Oxígeno junto a su hermano, Lorenzo, con movilizaciones como la Marcha Blanca en París y pedidos desgarradores en radio y televisión.

Ahora, cuando Betancourt lleva libre el mismo tiempo que estuvo secuestrada, y tras haber cultivado durante todos estos años un muy bajo perfil, Delloye se encuentra en Argentina promocionando en el Festival de Cine de Mar del Plata "Aventurera", película que protagoniza y cuyo guión escribió junto a su marido, el director argentino Leonardo D'Antoni, a quien conoció estudiando cine en Nueva York.

En el film, que se estrena hoy en la competencia argentina del festival, la joven de 29 años interpreta a Bea, una inmigrante colombiana en Buenos Aires que quiere hacer carrera como actriz. Para ello está dispuesta incluso a usar su cuerpo como moneda de cambio.

Radicada nuevamente junto a su marido en París, a donde se fue a vivir con su padre, el diplomático Fabrice Delloye, cuando tenía 17, y con su madre no muy lejos, estudiando Teología en Oxford, Delloye asegura que su corazón sigue latiendo por Colombia, país en el que vivió de forma intermitente entre los 5 y los 16 años.

"Amo a mi país. También quiero a Francia. Me siento muy orgullosa de Colombia, y muchas veces me hace falta. Incluso me gustaría un día hacer un proyecto de cine en Colombia", comenta. "Creo que hay mucho que contar de nuestro país, que tiene gente increíble y es a la vez físicamente tan bello, tan cinematográfico. Colombia es un país de relaciones humanas muy fuertes y también de abismos sociales, de comunicación, y que de eso surge tanta historia y tanta magia".

Si bien durante el secuestro de Betancourt se pudo ver a su joven hija contestando con una enorme solvencia a las preguntas de los periodistas y criticando incluso con muchos argumentos la forma en la que el entonces presidente Álvaro Uribe manejaba la crisis, Delloye prefirió volcarse al arte antes que a la política.

"Soy hija de una política, crecí con eso. Siempre tuve en claro que quería comunicar algo y ayudar de cierta manera. Creo que es una gran pregunta de toda una vida, pero sentí que con el cine tenía espacio para hablar de las cosas que a uno lo hieren y que a la vez es un medio increíble para pasar mensajes y defender algo que para uno es importante", afirma.

A pesar de la fuerte exposición pública a la que se vio sometida por su tragedia familiar, dice sentirse cómoda con la que pueda surgir de su trabajo en el cine, como actriz o como directora.

"Son cosas muy diferentes. La exposición que tuve en un momento de mi vida fue por razones tan ajenas a mí... Era una lucha, algo que no me dejaba dormir por las noches. Y eso ha construido quién soy ahora", explica. "El cine, en cambio, es un deseo que llevo en mí desde que soy chiquita y que tal vez se ha vuelto aún más fuerte después de todo lo que he vivido".

Sin embargo, no cree que su caso sea muy distinto al de otros cineastas o actores. "Toda la gente que quiere hacer cine lo hace porque tiene historias por dentro que quiere contar; todo el mundo tiene sus dramas y sus felicidades por compartir".

En el cine, Delloye también encontró un refugio en tiempos difíciles. "Recuerdo que cuando estaba estudiando para graduarme en el liceo, una época un poco difícil de mi vida, estudiaba y miraba películas. Tenía la impresión de que mi vida eran esas dos cosas y que cuando miraba películas, ¡ufff! Me iba de viaje".

Como directora de varios cortometrajes, le interesa lo que tiene que ver con la niñez y la adolescencia, "todo lo que es familia y lo que es crecer", explica.

La actriz y cineasta dice que sigue de cerca la actualidad colombiana, aunque ahora "de manera diferente", aclara con una sonrisa. Eso incluye los diálogos de paz entre el gobierno colombiano y las FARC en Cuba, actualmente suspendidos por el secuestro del general colombiano Rubén Darío Alzate.

"Para mí todos los esfuerzos verdaderos y sinceros que se hagan por la paz sólo pueden ayudar a Colombia a volver al buen camino. No hay otra verdad o solución. Llevamos años de guerra y creo que somos muchos los colombianos que queremos la paz. Pero es un proceso y no es fácil, no se hace de la noche a la mañana", aclara.

Más allá de la traumática experiencia del secuestro de su madre, Delloye asegura que incluso durante esos años no todo fue amargura. "También hubo mucha felicidad; también fui una adolescente como las demás. Empecé a estudiar y tenía la suerte de tener una casa y una familia. No son años que borro. Pero por supuesto es más fácil decir eso cuando tienes un final feliz".

Incluso logra sacar en limpio algo positivo. "Aprendí que cuando crees en algo, cuando sientes que algo vale la pena, hay que luchar por eso. Es así de simple, pero no hay que rendirse demasiado rápido", afirma. Y agrega: "La vida me ha enseñado la perseverancia y a valorar el presente y el amor por lo que haces, porque no sabes las vueltas que da la vida. Y que hay milagros que suceden a veces".




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