Internacional - Población

Los heridos de las protestas de Gaza debilitan su sistema sanitario

2018-05-22

El sistema de salud público en Gaza, enclave aislado por once años de bloqueo, sufre...

Laura Fernández Palomo

Gaza, 22 may (EFE).- Muletas y fijadores ensangrentados en las piernas, como el del joven Wadie Ras, identifican a los heridos de las protestas en los hospitales de Gaza, donde cientos de lesionados se someten a complejos tratamientos en un frágil sistema de salud y a secuelas físicas de larga o perpetua duración.

Ante la gravedad de la herida "por bala explosiva" del Ejército israelí, asegura Ras a Efe, fue el primero en ser intervenido en el Hospital de Shifa el martes 14 de mayo, cuando murieron más de 60 palestinos y más de 1,300 resultaron heridos de fuego en la Gran Marcha del Retorno, agravada al coincidir con el traslado de la Embajada de EU a Jerusalén.

El Ejército israelí asegura que las protestas, en las que han muerto 114 palestinos, han estado hostigadas por el movimiento islamista Hamás y utilizadas para llevar a cabo infiltraciones y cometer "ataques terroristas", por lo que responde en legítima defensa.

Aministía Internacional considera que el alto número de heridos, sobre todo en las extremidades inferiores, corresponden más a periodos de guerra que de manifestaciones y denuncia que se han utilizado rifles de francotirador M24 Remington, que disparan munición de caza, que se expanden y se esparce dentro del cuerpo.

"Muchos de ellos van a necesitar manejo ortopédico, luego reconstructivo y las necesidades de rehabilitación física. Y todo el impacto que eso implica para la persona que va tener limitaciones en la movilidad y el impacto económico que tendrá en la sociedad", advierte Gabriel Salazar, coordinador de salud del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR).

El palestino Ali Mohamed Abu Hashem ingresó el 13 de abril y requirió la amputación inmediata de su pierna derecha por herida de bala, siendo uno de las 26 personas que hasta el momento han perdido alguna extremidad de los más de 3,000 heridos en las protestas, según el Ministerio de Salud en la Franja.

"Después de 27 días de tratamiento, la inflamación está controlada y la herida finalmente se cerró. Espero que la situación mejore", confía sobre su larga hospitalización en una de las habitaciones de Shifa que comparte con otros cinco heridos de protestas.

Salazar explica que durante ocho semanas ha habido una demanda aguda, donde se reciben cientos de pacientes en un sólo día y en un periodo de entre seis y ocho horas, por lo que se dieron altas prematuras para habilitar espacio en las habitaciones ante la alerta de las últimas movilizaciones del 14 y 15 de mayo.

Estas altas, que suponen derivar a los heridos a sus hogares en muchos casos con recursos limitados y altos niveles de pobreza, aumentan el riesgo de infección en pacientes que necesitarán una media de entre dos o tres cirugías y, en caso de complicaciones, amputaciones.

El pasado día 14 se registró la mayor mortalidad en Gaza desde la operación militar israelí de 2014, cuando murieron más de 2,000 palestinos en 50 días, un episodio de crisis que permitió a los servicios sanitarios aprender y planificar para afrontar la actual emergencia con cierta capacidad.

"En un sector de salud de por sí frágil, le pones una situación tan aguda y tan importante, donde la mayoría de los casos son complejos y críticos, y tienen dificultades. Cualquier hospital de España o Europa hubiera afrontado retos", asegura Salazar.

El sistema de salud público en Gaza, enclave aislado por once años de bloqueo, sufre una limitación de suministros y medicamentos, al ser dependiente del Ministerio de Salud de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) en Cisjordania y de las restricciones israelíes.

La energía, con entre cuatro y seis horas de electricidad al día, y las deficiencias de saneamiento lo hacen aún más vulnerable.

Las protestas conocidas como la Gran Marcha del Retorno, promovidas por sectores sociales y políticos para reclamar el derecho de los refugiados a volver a sus ciudades de origen, han arrastrado un alto número de jóvenes apolíticos que han manifestado su frustración por la falta de oportunidades, según ha podido constatar Efe.

Una mayoría de jóvenes, de los cientos de heridos, afronta ahora meses o semanas de tratamiento ante un futuro incierto que puede derivar en una falta de movilidad temporal o permanente.

"Aunque el día de mañana no tengamos casos nuevos, va a haber un remanente de pacientes que necesitan un manejo quirúrgico. Las necesidades en término de suministros, capacidades, camas y rehabilitación no se van a parar ahora", alerta el experto, e incide en las secuelas psicológicas que abre este episodio en una sociedad que ya de por sí se siente castigada y abandonada.



Jamileth
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