Internacional - Política

Macri, presidente electo de una Argentina dividida

2015-11-24

Mar Marín

Buenos Aires. (EFE).- El triunfo de Mauricio Macri por menos de tres puntos de ventaja confirma la grieta ideológica que atraviesa a la sociedad argentina y obliga al presidente electo a afrontar el desafío de la gobernabilidad en minoría parlamentaria y con un peronismo en la oposición no tan debilitado.

Macri se convirtió el domingo en el primer presidente elegido en segunda vuelta en Argentina, con un 51,40 % de votos frente al 48,60 % que se anotó el peronista Daniel Scioli, del gobernante Frente para la Victoria (FpV).

Aunque en el entorno de la alianza Cambiemos -integrada por los radicales, la Propuesta Republicana de Macri y Coalición Cívica- se daba por segura la victoria, el margen que adelantaban las encuestas apuntaba a una ventaja mayor, con la posibilidad incluso de superar el 54 % que alcanzó la presidenta, Cristina Fernández, en 2011.

"El balotaje se gana por un voto", dijo hoy el jefe de campaña de Macri, Marcos Peña, hombre fuerte del futuro Gobierno.

Según Peña, el resultado electoral "no refleja un país partido en dos" sino que demuestra que "la mayoría de los argentinos quiere una etapa de más diálogo y de acuerdo".

Para el analista Orlando DAdamo, "no hay merma de legitimidad alguna, pero a Macri le hubiera resultado más cómodo lograr un margen más amplio. Un presidente con diez puntos de ventaja hubiera dado un mensaje muy fuerte".

Las cifras, apunta DAdamo a Efe, confirman la "división de la sociedad y el impacto de la campaña del miedo" que lanzó Scioli para tratar de frenar a su adversario en su camino a la Casa Rosada.

Pese a la derrota, Scioli logró un importante apoyo que deja al peronismo dividido internamente pero fortalecido en el papel que desempeñará como primera fuerza de oposición a partir del próximo 10 de diciembre, cuando asuma el nuevo presidente.

Macri controlará el gobierno nacional, la provincia de Buenos Aires -mayor distrito electoral del país- y la capital, "las tres administraciones con la caja más importante", subraya Jorge Arias, de Polilat.

Macri ganó en nueve de las 24 provincias argentinas en la elección del domingo y contó con el apoyo clave de Córdoba, bajo la influencia de un caudillo peronista José Manuel de la Sota.

"Simplificando, se podría decir que Córdoba eligió al nuevo presidente", resume DAdamo, del Centro de Opinión Pública de la Universidad de Belgrano.

Pero Macri está en minoría en el Parlamento y obligado a negociar para asegurar la gobernabilidad y tendrá que sentarse a dialogar con el peronismo, que debe afrontar su propia "travesía del desierto" tras doce años en el poder.

Ahora, el desafío inmediato del presidente electo será la configuración del Gobierno y la selección de los cuadros de alto nivel que Cambiemos necesita y que fuentes del partido cifran en alrededor de 10,000.

De la quiniela de nombres para el Ejecutivo se cayó hoy el líder de la Unión Cívica Radical (UCR), Ernesto Sanz, que ha rechazado, "por motivos personales", la cartera de Justicia que le ofreció su aliado político.

"No hay registro en nuestra historia de haber llegado al poder en una coalición cuya conducción no pertenece a la UCR. Pero al mismo tiempo, cuya fortaleza parlamentaria y territorial sí tiene mucho que ver con la UCR. Allí está entonces el nudo del desafío, que no es otro que compartir gestión y política", advirtió Sanz en una carta colgada en su perfil de una red social.

"No habrá buen gobierno si no se entiende que ambos factores son indisolubles", subrayó.

De momento, Mauricio Macri evita hablar de nombres y se guarda los detalles de sus planes de gobierno.

"No se esperan sorpresas por parte del macrismo. Va a tratar de proponerle a la opinión publica un voltaje mucho menos que el kirchnerismo, porque de eso hay un aprendizaje", apunta a Efe el analista Jorge Giacobbe.



LAL