Internacional - Política

El tono populista de la campaña estadounidense preocupa a las empresas

2016-04-27

"La precipitación del debate político da un poco de miedo", dijo en una...

Nick Timiraos y Ted Mann, The Wall Street Journal

Los presidentes ejecutivos en las grandes empresas estadounidenses se sienten cada vez más frustrados por el tono populista de la campaña presidencial, y crece la preocupación en las juntas directivas y las cúpulas corporativas de que la retórica antiempresarial puede solidificarse luego de las elecciones de noviembre.

Algunos grupos empresariales tenían la esperanza de que un gobierno republicano el próximo enero pudiera dar marcha atrás a algunas de las regulaciones implementadas por el presidente Barack Obama. Pero ahora esa esperanza está en duda, y en lugar de eso, estos gremios se están concentrando en elecciones legislativas clave.

Aunque muchos observadores creen que los candidatos pueden relajar sus posiciones una vez que sean elegidos, a los ejecutivos les preocupa que el debate electoral tenga peso sobre la confianza de los consumidores, frustre cualquier reforma migratoria y descarrille el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica que Estados Unidos firmó el año pasado con otros 11 países, incluyendo Chile, México y Perú.

“La precipitación del debate político da un poco de miedo”, dijo en una conferencia reciente Jim McNerney, quien hasta el año pasado fue presidente ejecutivo y hasta febrero presidente de la junta de Boeing Co.

La retórica de los candidatos republicanos se ha vuelto más populista y menos favorable al sector empresarial que en cualquier elección de las décadas recientes, mientras que la elección del candidato del Partido Demócrata está siendo influenciada por el ascenso del senador del estado de Vermont Bernie Sanders.

El Partido Republicano “ha sido capturado por una gran cantidad de personas a las que básicamente no les gusta lo grande”, dijo Judd Gregg, un ex senador y gobernador republicano que íntegra la junta directiva de Honeywell International Inc.

Algunos de estos instintos dieron lugar en 2009 al movimiento conocido en inglés como tea-party que eligió el año siguiente a decenas de legisladores más conservadores, lo que terminó en un estancamiento en el Capitolio. El movimiento prosperó en la elección primaria republicana en 2012, pero retrocedió con la nominación del ex gobernador de Massachusetts Mitt Romney, un ejecutivo del sector de private-equity.

Ahora, la carrera por la nominación republicana es liderada por Donald Trump, que se ha opuesto a la posición de la Cámara de Comercio de EU sobre comercio, inmigración y fusiones corporativas, y el senador de Texas, Ted Cruz, que el año pasado apoyó la campaña para cerrar una agencia de financiación de exportaciones y fue uno de los cinco senadores republicanos en votar en contra de legislación comercial.

Algunos observadores no creen que Trump, un empresario, tendría una agenda amplia en contra del sector empresarial una vez llegue a la Casa Blanca. Pero su amenaza de imponer aranceles contra los mayores socios comerciales de EU es “un debate muy peligroso”, dijo McNerney. “La última vez que hicimos eso fue durante la Gran Depresión de los años 30, ¿de acuerdo?”.

Del lado demócrata, Hillary Clinton parece ser la opción más favorable al sector empresarial dado su historial, su relación cercana a algunos donantes corporativos y su mensaje de ofrecer resultados pragmáticos.

Pero Sanders la ha obligado a alejarse de posiciones centristas en cuando a regulaciones financieras y comercio. Además, un ejército de seguidores idealistas ha energizado la candidatura de Sanders a un punto que nadie esperaba.

La indignación sobre los rescates de firmas financieras en 2008 y una economía que ha proporcionado poco crecimiento equitativo para todos los niveles sociales ha hecho de la clase empresarial un blanco obvio para la frustración de los votantes estadounidenses. Pero líderes de negocios dicen que los llamados a frenar significativamente el comercio y la inmigración harían poco para responder a las desigualdades económicas subyacentes.

Estos líderes corporativos critican a los demócratas por ignorar el tratamiento tributario que deja a las empresas estadounidenses en desventaja y se quejan de los republicanos por olvidar la inversión en educación, infraestructura y capacitación de la fuerza laboral que podría ayudar a los trabajadores que quedaron rezagados en la economía globalizada.

“Todos entienden que la gente dice muchas cosas durante la campaña, pero la preocupación es que se estén obligando a sí mismos adoptar políticas erróneas en caso de ser elegidos”, dijo Tony Fratto, funcionario del gobierno del presidente George W. Bush que ahora es asesor de estrategia de comunicaciones para firmas como Citigroup Inc. y General Electric Co.

Aunque varios presidentes ejecutivos están expresando su opinión, muchos siguen renuentes porque eso los podría convertir en blanco. Por ejemplo, la campaña de Trump criticó al fundador de Facebook Inc., Mark Zuckerberg, después de que el ejecutivo de tecnología se expresara contra “las voces temerosas que hacen un llamado a la construcción de muros”.

Jeff Immelt, presidente ejecutivo del conglomerado GE, escribió en una carta de febrero a inversionistas que las relaciones entre las grandes empresas y el gobierno estaban en el peor momento que haya visto.

En marzo, Sanders criticó duramente a GE por invertir en el exterior mientras recortaba empleos en EU Immelt respondió con un editorial en el Washington Post en el que criticó al candidato republicano por nunca visitar la planta de aviación de GE en Vermont durante sus 25 años en el congreso representando ese estado. El senador disputa la afirmación. “Nosotros creamos patrimonio y empleos, en lugar de hacer un llamado por ellos en discursos”, escribió Immelt, quien declinó hablar para este artículo.

Otros ejecutivos de pequeñas y medianas empresas, especialmente en sectores bajo presión desde el extranjero, dicen que el debate ha puesto de manifiesto las deficiencias de la política comercial de EU, incluida la mala aplicación de los acuerdos comerciales. Quienes apoyan el libre comercio “han disfrutado de poca oposición en los círculos académicos, y la pregunta que se hace ahora es ¿cuál ha sido el beneficio neto para nuestra sociedad?”, dijo Bill Hutton, presidente de Titan Steel Corp. en Baltimore.

Joel Shine, presidente ejecutivo de Woodside Homes, una empresa de construcción en Salt Lake City, dijo que el pesimismo de la campaña sobre la economía podría impactar la confianza del consumidor, un ingrediente clave en su negocio de venta de viviendas. “Si cada anuncio de aquí a las elecciones es sobre cuán terrible están las cosas, podría convencer al público estadounidense de que las cosas efectivamente están terribles”, señaló.

Los ejecutivos del sector tecnológico son particularmente abiertos sobre la inmigración, lo que ha alimentado un auge en Silicon Valley a pesar del descenso nacional en la creación de nuevas empresas. “Las posturas contra los inmigrantes es lo peor que podemos hacer para crear nuevas empresas, no hay duda”, dijo Glenn Kelman, presidente ejecutivo de la corredora de bienes raíces en línea Redfin, con sede en Seattle.



JMRS