Internacional - Política

Los socialistas le despejan la vía a Rajoy y cierran la parálisis política en España

2016-10-24

Rajoy se convertirá en el segundo jefe de gobierno de la zona euro, después de Enda...

Richard Boudreaux, The Wall Street Journal

MADRID—Mariano Rajoy, un blanco prominente del creciente fervor anti establishment de Europa, se aseguró la reelección como presidente del gobierno de España luego de que sus rivales socialistas reconocieron la derrota el domingo para poner fin a una parálisis política de 10 meses.

En un cambio de postura, los líderes socialistas instruyeron a los legisladores de su partido que se abstengan cuando el Congreso considere el próximo fin de semana la candidatura de Rajoy, una decisión que priva a otros partidos de la oposición de los votos necesarios para seguir bloqueando al dirigente conservador. Los socialistas, que quedaron en una distante segunda posición detrás de Rajoy en las dos elecciones parlamentarias que se realizaron desde diciembre, dijeron que temían retroceder aún más si se requiriera una tercera elección. Ninguno de los partidos obtuvo mayoría suficiente como formar gobierno sin el respaldo de otras fuerzas.

Los líderes del Partido Socialista tomaron esa decisión el domingo en una dividida votación de su comité federal, con 139 dirigentes a favor de la abstención y 96 en contra.

Rajoy presidió el gobierno durante la recuperación de España de su peor recesión de la posguerra, pero chocó con una reacción populista contra las políticas de austeridad y los escándalos de corrupción.

El impase ha mantenido al político de 61 años de edad en suspenso entre la victoria y la derrota, con sus poderes reducidos a los de un encargado. El domingo, surgió como un sobreviviente consumado, lo que demuestra el impacto desigual de los partidos de protesta en el continente.

Lejos de un amplio mandato, Rajoy liderará un gobierno de minoría vulnerable. En un discurso reciente, el dirigente del Partido Popular dijo que tendría trabajar “día por día” con humildad y paciencia para conseguir respaldo legislativo a sus iniciativas segundo plazo.

Rajoy se convertirá en el segundo jefe de gobierno de la zona euro, después de Enda Kenny, de Irlanda, en ganar la reelección después de hacer los dolorosos recortes presupuestarios exigidos por los acreedores para aliviar la crisis financiera de Europa.

Dos primeros ministros que siguieron esa línea ortodoxa mientras gestionaban rescates internacionales perdieron las elecciones el año pasado ante partidos de izquierda en Grecia y Portugal.

Las fuerzas anti establishment en otros lugares están explotando con diversos grados de éxito la angustia que alimenta la crisis financiera, la afluencia de refugiados y los ataques terroristas.

La apretada segunda vuelta electoral de Austria en diciembre podría arrojar un presidente populista de derecha. La Alternativa para Alemania, el Movimiento 5 Estrellas de Italia y el Frente Nacional de Francia, aun sin obtener votos mayoritarios, han dado vuelta la política tradicional con fuertes avances en las elecciones locales y regionales.

La vieja guardia de España ha resistido la turbulencia por varias razones.

El PP de Rajoy, con su fiable base de votantes mayores, domina la derecha del espectro político de España. No tiene ninguna competencia de movimientos euroescépticos y anti inmigrantes que han dividido a los conservadores de Francia y Alemania. Los españoles apoyan de manera abrumadora la adhesión a la Unión Europea, y en general toleran a los inmigrantes. El país no ha sufrido un ataque terrorista fatal en esta década.

La recuperación de la recesión de 2008, aunque lejos de ser completa, ha sido sólida para los estándares europeos, y se espera que la economía de España crezca 3,2% este año.

En cambio, el mayor desafío que ha enfrentado Rajoy ha sido el de la corrupción, además del alto desempleo y la desigualdad de los ingresos. Dos partidos emergentes de protesta, Podemos, en el extremo izquierdo, y Ciudadanos, de centro, lograron terminar con fuerza en la elección de diciembre.

El PP, con tres millones de votos menos que los que obtuvo Rajoy en su abrumadora victoria de 2011, perdió la mayoría legislativa y carecía de suficientes aliados para construir una alternativa.

Pero en los meses de estancamiento parlamentario, el PP se mantuvo sólido, con una fuerza que permitió a Rajoy para explotar a su favor un mapa político fragmentado y ampliar su ventaja en una segunda elección en junio.

Sus rivales bloquearon en varias ocasiones su reelección por el Congreso, pero no lograron reunir mayoría gubernamental propia.

Los socialistas y Podemos, en competencia por dominar la izquierda, tomaron posiciones opuestas sobre las movidas separatistas de Cataluña. Los dos partidos están plagados de luchas internas.

“Somos conscientes de la erosión del apoyo a nuestro partido y el gobierno”, dijo Pablo Casado, un funcionario del Partido Popular. Pero a medida que el estancamiento se prolongó, agregó, “la erosión fue peor para los otros partidos”.

Un firme control del PP le ayudó a Rajoy a defenderse de reclamos por un cambio de liderazgo cuando el partido fue sacudido por acusaciones de financiación ilegal.

Los fundadores del PP en 1989 dieron gran autoridad a un solo líder. Rajoy, elegido a dedo por su predecesor, ha liderado el partido desde 2003 pese a perder dos elecciones nacionales. Sólo cuatro jefes de gobierno de los estados miembros de la UE han ocupado más años que él la jefatura de su partido.

“El hecho de que es un líder fuerte que pudo aplacar a la disidencia y mantener el partido unido, a pesar de los escándalos, le permitió presentar una alternativa coherente” para discutir con los rivales de la izquierda, dijo Antonio Barroso, analista de la consultora política Teneo Intelligence.



JMRS