Internacional - Política

Mike Pence, la mano derecha de Trump para navegar en Washington

2017-02-20

Trump y Pence no se conocían bien antes que el ahora presidente lo escogiera como...

Anita Kumar / El Nuevo Herald

No hay duda que Dick Cheney y Joe Biden tuvieron una enorme influencia en los últimos dos gobiernos, pero es posible que Mike Pence resulte ser el vicepresidente más influyente de todos.

Donald Trump ha dado a Pence, cuyas relaciones, credenciales conservadoras y conocedor de la política son mucho mayores que las de su jefe, un papel que lo coloca a diario muy cerca del presidente, quien se apoya en Pence para navegar Washington de maneras que otros presidentes modernos no han necesitado.

“No me sorprende en lo absoluto. El presidente Trump no tiene experiencia de gobierno”, dijo el representante Chris Collins, republicano por Nueva York, quien trabaja de cerca con la Casa Blanca. “Pence es un vicepresidente que va a tener mucho que hacer”.

Estos días, Trump no hace mucho sin contar con Pence.

El vicepresidente está en la Oficina Oval cuando Trump llama a líderes de otros países. Está ahí cuando el presidente se reúne con ejecutivos de empresas, jefes de policía y el Estado Mayor Conjunto. Se le ve con las órdenes ejecutivas mientras el presidente las firma. Y siempre tiene el mejor puesto cuando Trump ofrece una conferencia de prensa.

“Es bueno tener un navegante cuando no se conocen bien las aguas”, dijo Jonathan Felts, quien fue director de política de la Casa Blanca del presidente George W. Bush y es una persona cercana a colaboradores de Trump en la mansión presidencial.

Sin embargo, el ex legislador y gobernador de Indiana no ha podido controlar el caos en la Casa Blanca: semanas de luchas internas y filtraciones, la retirada de un nominado al gabinete y el despido de un alto asistente.

Trump le pidió la renuncia Michael Flynn como asesor de Seguridad Nacional después que se conoció que Flynn le había mentido a Pence sobre la naturaleza de sus conversaciones con funcionarios rusos antes que Trump asumiera el cargo. “Lo despedí por lo que le dijo a Mike Pence”, dijo Trump el jueves en una conferencia de prensa. “Muy sencillo”.

En semanas recientes, los demócratas han dirigido la mayor parte de sus críticas al gobierno de Trump a otros miembros del equipo, pero rápidamente echaron mano a las noticias más reciente para calificar de mentirosos tanto a Flynn como a Pence.

El vicepresidente no es la clase de persona que le exigiría a Trump que despidiera a Flynn, han expresado varias personas que lo conocen. Pero a pesar de todo el poder y la lealtad de Pence, Trump no le informó que el Departamento de Justicia le había dicho a la Casa Blanca que Flynn le había mentido. Pence se enteró dos semanas más tarde por reportes noticiosos.

“Haya sido o no una decisión de Pence, estoy segura de que el vicepresidente tuvo mucho que ver con esto”, dijo Nora Bensahel, distinguida experta de la Facultad de Relaciones Internacionales de la American University, sobre el despido de Flynn.

Trump se compara con un presidente ejecutivo que se rodea de varios asesores, y ya queda en claro que Trump se siente cómodo con la presencia de Pence. Pero algunos observadores advierten que es posible que esa situación no se mantenga, en momentos de cambios de personal en la Casa Blanca y otros asesores aprenden a lidiar con Washington.

“Todo depende de en quién confíe Donald Trump”, dijo Leslie Lenkowsky, ex profesor de la Universidad de Indiana quien conoce a Pence desde hace dos decenios.

El despacho de Pence no respondió a una solicitud de comentario.

Trump y Pence no se conocían bien antes que el ahora presidente lo escogiera como compañero de fórmula el verano pasado. Pence había apoyado al senador Ted Cruz, republicano por Texas, para la presidencia pocos días antes de la crucial primaria de Indiana, y había criticado a Trump por, entre otras cosas, pedir una prohibición temporal a la entrada de musulmanes al país.

Pero Trump comenzó de inmediato a apoyarse en Pence, quien fue uno de los líderes de la Cámara de Representantes y se le conocía por encontrar soluciones, para brindarle una dosis de respeto entre el establishment, ampliar propuestas sobre políticas e incluso interpretar lo que decía en persona y en Twitter.

En su momento le pidió a Pence que dirigiera la transición, sostenía llamadas semanales con líderes republicanos en el Congreso y mantenía contacto regular con el presidente de la Cámara, Paul Ryan, republicano por Wisconsin; el líder del Senado, Mitch McConnell, republicano por Kentucky, y presidentes de comisiones legislativas.

“Durante toda la campaña presidencial y las primeras semanas del nuevo gobierno, Pence ha manejado todas las situaciones con gracia y profesionalismo”, dijo el senador Tim Scott, republicano por Carolina del Sur, quien voló con Pence recientemente a West Point en el avión vicepresidencial, el Air Force Two. “Ha hecho mucho por mantenerse asequible a los legisladores federales y ha sido una gran fuente de información y guía”.

Ahora Trump ha encomendado a Pence su principal tarea hasta el momento: vender al Senado a Neil Gorsuch, su nominado a la Corte Suprema, en medio de una atmósfera en extremo partidista.

Pence pronuncia discursos, se presentó en los programas dominicales de comentario político y acompañó personalmente a Gorsuch al Capitolio para reunirse con los senadores antes de las audiencias de confirmación.

“Las cosas que resultan nuevas para el presidente son ya conocidas para el vicepresidente Pence”, dijo Daniels. “El vicepresidente sabe cosas y conoce a personas que él [Trump] no conoce. Parece que el presidente se da cuenta de eso y lo aprovecha”



JMRS