Internacional - Política

Angela Merkel marca el paso a su coalición

2018-03-22

Puesto cada uno en su sitio, la canciller afirmó que los musulmanes en Alemania...

CARMEN VALERO | El Mundo

La canciller alemana, Angela Merkel, reiteró en la primera declaración de Gobierno de su cuarta legislatura que "el Islam forma parte de Alemania" por la sencilla razón de que "en este país viven 4,5 millones de musulmanes". Con el sentido común de la "mujer suaba" en la dice pensar cuando gobierna, Merkel, que por la misma regla de tres señaló con el dedo a Rusia en el caso del envenenamiento del doble espía ruso, se enroscaba en una creencia que no comparten muchos alemanes y tampoco miembros de su partido.

La afirmación sobre el Islam de Merkel, que en realidad no hace sino parafrasear al ex presidente alemán, Christian Wulf, se produjo en un momento de autocrítica, no tanto con su política migratoria, como por la polarización y división social que creó el debate sobre la integración de los refugiados llegados a Alemania, sobre todo desde Afganistán y Siria La mención de Merkel a los "musulmanes" como "parte de un país de raíces judeocristianas" no fue gratuito ni casual. La canciller mostraba públicamente los dientes a su nuevo ministro de Interior, Hosrt Seehofer, ex primer ministro bávaro y eterno crítico con la política de refugiados de quien ahora es su jefa.

Puesto cada uno en su sitio, la canciller afirmó que los musulmanes en Alemania "rechazan el radicalismo y el islamismo" y practican su religión "de forma pacífica y de acuerdo a la Constitución". Merkel agregó que la violencia, la xenofobia, el racismo y el antisemitismo "no tienen lugar" en Alemania y que la libertad religiosa es un fundamento clave del país. La convivencia dentro de la diversidad cultural y religiosa, "se basa en la ley" argumentó la canciller. Aún así, Merkel dijo haber entendido el mensaje enviado por el electorado a las urnas en las elecciones del pasado mes de septiembre y prometió que la llegada masiva de refugiados registrada en 2015 no volverá a producirse.

La canciller reconoció así que su gestión la crisis contribuyó a la polarización y que también su cálculo, como el de todos sus colegas en Europa, fue equivocado. "Reaccionamos tarde a la crisis que se estaba gestando en Siria por la represión gubernamental ante la primavera árabe, lo que fue "erróneo" e "ingenuo". La guerra en Siria continúa y Merkel tuvo también duras palabras para Rusia y Turquía, dos de los países que han tomado parte en el conflicto aunque con objetivos distintos. Merkel condenó la ofensiva turca en Afrin y condenó al presidente sirio, Bashar Asad, por los bombardeos en la región de Guta, en las afueras de Damasco.

"Estos días estamos asistiendo a la crueldad de la situación en Guta Oriental. Condenamos esas operaciones con la máxima severidad", tanto en lo que respecta al régimen sirio por su responsabilidad directa sobre esos bombardeos, como a Rusia, su aliado, por "consentirlos sin actuar", subrayó la canciller.

Rusia, un país al que Merkel dijo que le hubiera gustado no tener que referirse. Pero lo hizo y no solo por la participación de Moscú en la guerra en Siria sino por el envenenamiento del doble agente ruso, Sergei Skripal, y de su hija, en el Reino Unido.

"No me agrada tener que pronunciar el nombre de Rusia en ese caso pero hay muchas evidencias que apuntan al Kremlin y no podemos ignorar las pruebas por la sencilla razón de no queremos pronunciar el nombre de Rusia", dijo Merkel irritada. Una de esas pruebas, aportada por inspectores de la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAG) es que la sustancia a la que Skripal, de 66 años y su hija Julia, de 33 y ambos en estado crítico, fue fabricada por Moscú. Se trata de un potente químico, un gas nervioso identificado por el Ejército británico como Novichock. Rusia niega su participación en el caso, que ha dado lugar a una cris diplomática entre Londres y Moscú.

En su primera alocución ante el Bundestag (Cámara baja) como jefa del gobierno de coalición que llevará las riendas de la primera economía de la Unión Europea los próximos tres años y medio -se necesitaron seis meses para formar gobierno- Merkel confesó que su mayor deseo es que al final de esta legislatura, los ciudadanos perciban que Alemania y Europa han salido reforzadas .

En clave nacional, Merkel se comprometió a trabajar para lograr el pleno empleo en 2025 y a implementar mejoras en el sistema de jubilaciones, como objetivos sustanciales de su recién abierta cuarta legislatura.

"La gran coalición mantiene el objetivo del pleno empleo para 2025, lo que solo puede lograr con una economía fuerte", apuntó Merkel y agregó ya no sirve hacer que las cosas sigan su rumbo sin más, sino que hay que aplicar las correcciones que sean precisas para garantizar que el país se mantendrá en la línea de la solidez en el futuro.

Alemania está "en su mejor situación económica" desde la reunificación, sostuvo la canciller, en lo que se sitúa tanto el ritmo de su crecimiento económico, como la situación de su mercado laboral y el ritmo de sus inversiones. Pese a ello, está claro que "algo ha cambiado en la percepción ciudadana", reconoció, ante la creciente preocupación de los alemanes por cuestiones como su economía privada o la posibilidad de imaginar que en el futuro vivirá bajo situaciones de "jubilación de pobreza". La canciller prometió mejorar el sistema de jubilaciones, siempre bajo el principio de que "quien trabajó toda su vida tiene derecho a un retiro digno". Recordó a este respecto que el pacto de Gobierno prevé la introducción de una jubilación básica para las personas que han trabajado sólo 35 años o para quienes tuvieron que dejar de trabajar para ocuparse de hijos o personas independientes.

A nivel internacional, Merkel reiteró su apuesta por una Unión Europea fuerte y solidaria. A su juicio, la UE es el futuro ante un mundo "incómodo e intrincado" y con "grandes conflictos" a "nuestras puertas", por lo que pidió avanzar en la integración.



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