Migración

Trump llama "escaladores profesionales" a los inmigrantes mexicanos en su visita a California

2018-03-13

El mandatario desplegó una estrategia para defender su plan, consciente del enorme rechazo...

PABLO SCARPELLINI | El Mundo


Donald Trump aterrizó en California por primera vez desde que es presidente de Estados Unidos y comenzó a dejar frases para la posteridad. Tildó a los indocumentados mexicanos que tratan de cruzar la frontera de "escaladores profesionales", aseguró que California, el estado que perdió por cuatro millones de votos en las elecciones presidenciales, "nos está suplicando para que construyamos muros en determinadas áreas", e indicó que "sin muro ni siquiera tendríamos un país. Hay muchos problemas en México".

Todo ello como parte de una visita en la que sus únicos objetivos eran revisar los 8 prototipos de muro que espera poder construir a lo largo de la frontera, como prometió hasta el cansancio durante la campaña, y recaudar fondos en un evento en Beverly Hills organizado por republicanos millonarios.

Trump aterrizó en la frontera entre San Diego y Tijuana minutos después de las 11.30 de la mañana y comenzó a revisar los modelos, sin que ninguno le convenciera por completo por no poder ver a través, algo que considera un factor fundamental en su lucha contra el narcotráfico y la inmigración ilegal. "Lo que tenemos ahora no está cumpliendo con su función porque hacen agujeros en la valla", indicó. "No es bastante fuerte y no es la idea adecuada".

El mandatario desplegó una estrategia para defender su plan, consciente del enorme rechazo que ha generado desde el principio y de la negativa del Congreso a aprobarle los fondos para construirlo. Recurrió a un agente fronterizo con 25 años de experiencia que ratificó que cuando no había muro la situación era caótica. "Poner un muro en San Diego restableció la ley y el orden", indicó Trump repitiendo las palabras del agente. "Vamos a detener un 99% (de los cruces), quizá más".

Para terminar su primera parte de la visita de un solo día, arremetió contra los políticos californianos que han convertido el estado en un fortín de resistencia contra sus planteamientos. "El Gobernador está haciendo un trabajo terrible", dijo sobre el demócrata Jerry Brown. Indicó que la situación en el estado más poblado del país está "fuera de control" por las ciudades santuario y los elevados impuestos, que en su opinión se han disparado. "La gente se va a empezar a marchar", vaticinó el republicano.

Como ya estaba previsto, no faltaron las protestas a ambos lados de la frontera. En el paso fronterizo de San Ysidro se desplegaron carteles en contra de Trump pidiendo "puentes y no muros" y en Tijuana se adornó la valla actual con todo tipo de mensajes para el mandatario. Irónicamente la opinión generalizada es que el nuevo muro lucirá mejor que lo que hay ahora, aunque están convencidos de que seguirán los cruces de una u otra forma.

En Los Ángeles también le espera un recibimiento hostil al Presidente en torno a la cena organizada para recaudar fondos para el Comité Nacional Republicano. Se esperan 90 personas que podrían pagar hasta 25,000 dólares por el cubierto. No es extrañar que al día siguiente emprenda el vuelo de vuelta a Washington sin reunirse con líderes políticos ni acto público alguno, en plena guerra abierta tras la demanda de su administración contra Calfornia por no cooperar con su política de inmigración. Por estos lares no es bienvenido.



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