Nacional - Finanzas

La retirada de Ford vuelve a hundir al peso mexicano

2017-01-03

Durante todo el año pasado, cada turbulencia política o económica ha ido...

David Marcial Pérez

El termómetro más fiable para medir la temperatura económica de México ha vuelto a disparase. La decisión de Ford de cancelar una inversión de 1,600 millones de dólares para una planta en San Luis Potosí, al noreste del país, ha tenido un efecto inmediato en el baile cambiario de la moneda mexicana con el dólar. Durante todo el año pasado, cada turbulencia política o económica ha ido dejando una muesca en el peso. Esta vez el golpe ha provocado una deprecación intradía de casi un 1%, colocando al dólar cerca de los 21 pesos, al borde de un nuevo máximo histórico.

General Motors, la casa madre de Ford, ha cedido a las presiones de Donald Trump. Tras meses de tira y afloja, la compañía estadounidense ha dado marcha atrás en su expansión mexicana. Ante las nuevas amenazas del presidente electo de imponer un “gran impuesto fronterizo”, Ford decidió la mañana de este martes retirar su proyecto de abrir una nueva planta en México, donde la compañía lleva implantada desde hace décadas.

La inflación ronda ya el 4% y las previsiones de los analistas lo colocan en el 5% al final de año

Las soflamas proteccionistas que marcaron la campaña electoral de Trump han comenzado a materializarse. EE UU supone casi un 80% de las exportaciones y más de la mitad de la inversión extranjera directa para México. La retirada de Ford ha sido la primera pero es muy probable que no sea la última. Y por cada inversión frustrada, más presión para el peso. “Esta año vamos a ver varios máximo históricos. El mercado cambiario va a estar muy atento a Donald Trump. Creemos que habrá más empresas que paralicen inversiones en México”, señala Grabiela Siller, directora de análisis de Banco Base. “El mercado está respondiendo porque no se trata especulación. La inversión extrajera directa va marcando un senda menguante y prevemos que este año cierre con una caída del 15%”, añade Siller.

Las turbulencias financieras y la subida de tasas en EE UU ha provocado que durante el todo el año pasado el peso, como el resto de divisas emergentes, sufriera fuertes resbalones. La victoria de Trump fue la estocada definitiva: el 11 de noviembre alcanzó su máximo histórico de 21.3 pesos por dólar.

La inflamación del tipo de cambio, que no remitirá de lo cota de los 20 pesos según los analistas, calienta además la cadena inflacionaria. La subidas del precio de la gasolina, de la electricidad y del salario mínimo aprobadas durante este comienzo de año suponen un mordisco al poder adquisitivo de los mexicanos. La inflación ronda ya el 4% y las previsiones de los analistas lo colocan en el 5% al final de año.

El Banco de México ha actuado levantando con rapidez lo escudos. En 2016, llevo a cabo nada menos que 6 subidas de tipos de interés, hasta colocarlos en 5,75. Para taponar la hemorragia, es probable que continúe la escalada de tipos. El súbito acelerón tendrá efectos balsámicos pero también paralizantes. La inversión y el consumo se verán afectados. Se encarece el coste de los créditos –caerá la inversión nacional- y en un ambiente de incertidumbre, las empresas se volverán más cautelosas –menos contratación, menos proyectos-. El índice del sector manufacturero registró en diciembre una caída de algo más de un punto, marcando el segundo mes consecutivo en retroceso. El efecto Trump ha llegado a México para quedarse.



JMRS