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Explosión de una toma clandestina de combustible deja 21 muertos y 71 heridos

2019-01-18

Dos horas antes de la detonación, en la zona, situada a poco más de 100...

Ignacio Fariza, El País

Una explosión en una toma clandestina de combustible en el municipio de Tlahuelilpan, en el Estado de Hidalgo (centro de México), ha dejado este viernes al menos 21 muertos y 71 heridos, según ha confirmado el gobernador de la entidad, Omar Fayad. Dos horas antes de la detonación, en la zona, situada a poco más de 100 kilómetros de la capital mexicana, las autoridades -que temen que el balance de víctimas aumente con el paso del tiempo- habían tenido conocimiento de una fuga intencionada de carburante.

Unos 200 habitantes se habían desplazado con bidones para intentar tomar el combustible que se acumulaba en el suelo, a pesar de que según el alcalde del municipio, Juan Pedro Cruz, los policías y militares que trataban de acordonar la zona les habían pedido que se retirasen del lugar. "Eran hordas de personas que, por llevarse una cubeta de hidrocarburo, pueden perder ha vida", ha remarcado Fayad en declaraciones a Foro TV. Horas después de la explosión el fuego no había podido ser controlado por completo.

El Gobierno de Hidalgo ha hecho un llamamiento a los habitantes de Tlahuelilpan (15,000 habitantes) para que se mantengan lejos del lugar de la explosión y permanezcan, en la medida de lo posible, en sus hogares. El gobernador de Hidalgo ha confirmado que se trataba de una toma clandestina y que los fallecidos han muerto calcinados. La fuga se produjo a las cinco de la tarde hora local en una zona de cultivo alejada de las casas.

Varias unidades de bomberos y ambulancias se han desplegado en la zona, pero la mayoría de heridos —que sufren importantes quemaduras— están siendo trasladados en helicóptero. "Personal especializado de Petróleos Mexicanos (Pemex), en coordinación con autoridades federales y locales, atiende el incendio y apoyan a la población que resultó afectada por este suceso ocasionado por una toma clandestina", ha informado la petrolera estatal.

En diciembre de 2010 se produjo un incidente similar en San Martín Texmelucan (Puebla). En aquella ocasión fueron 29 las personas finalmente fallecidas después de la explosión de miles de litros de combustible que escaparon de los ductos de Pemex a través de una toma clandestina. Era el preámbulo del negocio del huachicol —como se conoce popularmente el robo de carburante— en la región. La detonación se produjo cuando la fuga de diésel llegó hasta la zona urbana durante la madrugada, una chispa provocó el incendio que dejó 52 heridos. El Gobierno mexicano nunca dio con los responsables directos de aquella tragedia.

Lucha contra el robo de carburante

La explosión se produce en plena batalla del Ejecutivo federal contra el robo de combustible, un negocio de gran escala en México en el que también ha penetrado el crimen organizado. Desde el pasado 21 de diciembre, las autoridades mexicanas han cerrado varios ductos de transporte de gasolina en el centro y occidente del país —las regiones más afectadas por la extracción de combustible, popularmente conocida como huachicoleo—. La clausura de las tuberías por las que circula la gasolina ha obligado al despliegue de caminones cisterna para llevar gasóleo y gasolina a las estaciones de servicio. Pese a estas medidas preventivas, en las últimas jornadas se han repetido las escenas de desabastecimiento en varios Estados, entre ellos la Ciudad de México.

El Gobierno de López Obrador ha ordenado, además, el despliegue de más de 5,000 militares para vigilar las instalaciones, canalizaciones y los camiones cisterna. Este jueves, el Ejecutivo federal informó del bloqueo las cuentas de 42 empresas, el arresto de 435 personas vinculadas al robo de carburante y la apertura de 1.831 investigaciones. De acuerdo con los datos oficiales, en 2017 y 2018 el robo de combustible ha provocado pérdidas de alrededor de 3,000 millones de dólares en las cuentas públicas.



JMRS