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Las elecciones de 12 gobernadores, un examen sobre la situación de México

2016-06-03

Por siglos, desde los emperadores aztecas hasta los virreinatos españoles, el poder se...

Por Juan Montes,  The Wall Street Journal

CIUDAD DE MÉXICO—Los mexicanos votan este domingo para elegir gobernadores en 12 estados muy dispares: desde Chihuahua, en el desértico norte del país, hasta Veracruz, en la costa del Golfo. Pero la mayoría tiene algo en común: una deuda pública que crece y que ha planteado dudas sobre mala gestión económica y corrupción a nivel estatal.

La pobreza y la desigualdad de ingresos también han subido en la mayoría de los estados que celebrarán comicios, según las cifras. Servicios estatales, como los de policía, siguen sufriendo de escasez de personal y sueldos bajos y la delincuencia ha aumentado en muchas partes, según organizaciones sin fines de lucro enfocadas en el control del gobierno.

Estos problemas reflejan el progreso disparejo que ha tenido México luego de la elección del presidente Vicente Fox en 2000, la cual puso fin a siete décadas de gobiernos del Partido Revolucionario Institucional (PRI).

Por siglos, desde los emperadores aztecas hasta los virreinatos españoles, el poder se mantuvo altamente concentrado en México. Aunque ese ya no es exactamente el caso al nivel federal, los gobernadores han sido llamados los virreyes modernos, especialmente en estados rurales que son gobernados como feudos.

“Una vez que el poder del presidente empezó a disminuir a finales de los años 90... los gobernadores ocuparon ese espacio, acumulando un poder político con pocos pesos y contrapesos y gestionando presupuestos cada vez más grandes”, dijo David Pérez Esparza, investigador de la Universidad Colegio de Londres (University College London).

Desde las elecciones previas en 2010, la mitad de los estados que llevarán a cabo elecciones han más que duplicado su deuda y solo ha bajado en uno, según datos del gobierno.

La deuda de los 32 estados mexicanos ha crecido 10 veces durante las dos últimas décadas a US$29,000 millones, a pesar de las transferencias federales a los estados durante ese periodo de más de US$900,000 millones, dinero que representó más de 85% de los presupuestos estatales.

Veracruz, el principal puerto del Golfo de México, y la quinta economía estatal del país, es la pieza política más codiciada en las elecciones del domingo. El PRI del presidente Enrique Peña Nieto, al que también pertenece Duarte, ha gobernado Veracruz sin interrupciones desde 1929 y su pérdida sería una gran golpe para el gobierno central.

Veracruz también simboliza muchos de los problemas de México: supuesto desvío de fondos federales, prácticas corruptas por la policía estatal y la muerte de 15 periodistas desde 2010, más que en ningún otro estado.

Un sondeo dado a conocer el miércoles por el diario Reforma mostró un empate estadístico entre tres candidatos: Miguel Ángel Yunes del opositor Partico Acción Nacional (PAN) con 31,7%, su primo Héctor Yunes del PRI con 30,8% y Cuitlahuac García del izquierdista Movimiento Regeneración Nacional (Morena) con 29,6%. Una victoria de García sería un gran impulso para el fundador de Morena, Andrés Manuel López Obrador, un populista que espera ganar las elecciones presidenciales en 2018.

De las otras 11 gobernaciones estatales, el PRI controla actualmente nueve. Aparte de Veracruz, el voto está muy reñido en otros tres estados: Aguascalientes, Oaxaca y Tamaulipas. Este último, al igual que Veracruz, es un estado agobiado por la violencia donde los votantes no tienen memoria de otro partido gobernante aparte del PRI.

El alza de la carga de deuda estatal sigue solo representando 3% de la producción económica anual de México, y no se considera una amenaza a las finanzas públicas generales del país. Además, expertos y funcionarios no anticipan una cesación de pago estatal a corto plazo.

Pero el banco central de México ha advertido repetidamente que la deuda ha estado creciendo a un ritmo mucho más rápido que la economía y podría volverse insostenible. También, los propios ingresos de los estados siguen siendo bajos conforme los políticos locales son renuentes a aumentar los impuestos para no perder popularidad.

El problema llevó al Congreso de México a aprobar en marzo un proyecto de ley del presidente Peña Nieto que hace más estrictas las condiciones bajo las cuales los estados pueden contraer deuda, incluso permitiendo que el gobierno federal intervenga en las finanzas estatales si los fondos federales son usados como garantía.

Apenas en cinco años, la oficina de auditoria federal de México encontró irregularidades en US$13,000 millones de fondos federales transferidos a los estados

“En términos generales, hay un mal uso del gasto en los estados”, dijo Diego Díaz, experto en finanzas públicas del centro de estudios mexicano IMCO. “El gasto a nivel estatal es muy ineficiente y estamos muy preocupados de que está deuda creciente se esté desviando o se esté usando para otros fines de los presupuestados”.

El caso de Veracruz es un buen ejemplo. Desde que Javier Duarte asumió la gobernación en 2010, la deuda ha aumentado 113%, lo que la convierte en la tercera más alta de México. La oficina federal de auditoría encontró malversación de cerca de US$2,000 millones de fondos federales en el periodo, más que en cualquier otro estado. Veracruz ha retrasado pagos a proveedores y burócratas, provocando protestas en meses recientes.

Duarte no ha sido acusado de delito alguno y él y su gobierno han negado en repetidas ocasiones cualquier irregularidad.

Las irregularidades reportadas se han traducido en 34 denuncias penales contra varios funcionarios, acusados de malversación de fondos públicos. Trece de las quejas fueron desestimadas por el fiscal del estado por falta de pruebas, mientras que las otras están siendo investigadas por la Procuraduría General de México.

Los críticos dicen que la mayoría de los gobernadores ejercen un control estricto sobre el estado, incluida la oficina del fiscal. En Veracruz, el PRI tiene una mayoría absoluta en el cuerpo legislativo y el actual director de la oficina de auditoría es un ex funcionario del partido.

“No hay una fiscalía en verdad autónoma, mientras que el órgano fiscalizador es un mero apéndice del gobierno”, dijo el senador Fernando Yunes de Veracruz, quien pertenece al opositor PAN.

Duarte es criticado incluso dentro de su partido. “Este gobierno es una chistocracia. No hay un manejo serio de los recursos”, dijo Héctor Yunes, el candidato del PRI a gobernador, en una entrevista antes del inicio de la campaña. “No nos gusta cómo están aplicando los recursos, no nos gusta el nivel de inseguridad, no nos gusta el aumento de la pobreza y del desempleo que ha habido”.

En una respuesta escrita a preguntas de The Wall Street Journal, el gobierno de Veracruz dijo que sus servidores públicos se rigen por leyes contra la corrupción y que la mayoría de las acusaciones formuladas por la oficina federal de auditoría han sido “aclaradas debidamente”. Añadió que el proceso de contraer deuda ha sido legal y público. El gobierno aseguró que la oficina del fiscal y la oficina de auditoría del estado han actuado de forma independiente.

El estado ha sido un campo de batalla entre dos bandas de narcotraficantes, los Zetas y el Cártel de Jalisco Nueva Generación. Los policías estatales también han sido implicados en la desaparición de personas.

“Mejorar la rendición de cuentas de los gobiernos estatales es un gran reto pendiente”, dijo Pérez Esparza, el analista. “Es algo que hay que resolver si queremos que la joven democracia mexicana prospere”.



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