El populismo se lanza a la conquista de México

JAVIER BRANDOLI / El Mundo

Los titulares de 2006 se repiten en 2017: Andrés Manuel López Obrador, AMLO, favorito a la presidencia de México según las encuestas. ¿Será a la tercera oportunidad -casi gana en 2006 y 2012- que este veterano político, populista y arrogante para unos y honesto y necesario para otros, tome el poder?

"Es un animal político que desde 1999 lleva haciendo campaña para tomar la Presidencia. Es una mezcla entre Trump y Maduro, aunque López Obrador no es un caudillo revolucionario ni representa el populismo clásico. La izquierda de AMLO es romántica, ortodoxa y antigua", responde Gerson Hernández, profesor universitario y politólogo cuya tesis doctoral giró en torno a la figura de López Obrador. ¿Qué tiene de ambos? "Ataca a la prensa crítica como hace Trump y usa el discurso anti político de Maduro".

La bandera del fantasma venezolano ya forma parte de la larga pre-campaña electoral mexicana. "AMLO quiere convertir a México en Venezuela", alerta Enrique Ochoa, presidente del gubernamental Partido Revolucionario Institucional (PRI).

Y AMLO, en este, como en otros asuntos espinosos como el aborto y el matrimonio gay, se coloca de perfil: "No caigan en la trampa de la violencia. A nosotros nos robaron las elecciones de 2006 y no rompimos un vidrio", contesta el político en una entrevista a los que protestan en Caracas . "Ni conocí a Chávez ni conozco a Maduro", aclara para marcar distancias.

"Es absurdo decir que AMLO tiene cosas de Maduro y Trump. Él ha hecho todas sus luchas por la vía de la legalidad. Sus referentes internacionales son políticos experimentados como Bernie Sanders o Jeremy Corbyn", dice a El Mundo John Ackerman, académico, periodista y asesor muy cercano a López Obrador y a su nuevo partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena).

¿Cómo definiría entonces ideológicamente a López Obrador? "Es un representante fiel del liberalismo social. Él pocas veces se define de izquierdas, pero yo sí creo que es un hombre de izquierdas. Si ser populista es preocuparse por el pueblo, entonces anotémosle también en esa lista", responde Ackerman.

Dos veces a las puertas de la Presidencia

Pero para entender a la figura de AMLO y el giro que ha dado en 12 años, hay que ir al pasado. En 2006, López Obrador se quedó a las puertas de sumarse a esa ola de presidentes de izquierdas que tomaban con las urnas Latinoamérica. Correa, Morales, Bachelet, Kirchner, Lula y el por entonces ya consolidado Hugo Chávez, compartían con López Obrador buena parte del diagnóstico y parte del tratamiento. López Obrador no llegó entonces, y eso le ha permitido ver algunas caídas de sus colegas ideológicos y aprender de sus errores.

AMLO, fue cabeza de cartel del izquierdista Partido Revolución Democrática (PRD) en 2006 y 2012. Ambas veces, especialmente la primera, denunció un fraude masivo de votos que le robó la presidencia. Hace 11 años los sondeos le llegaron a dar hasta 18 puntos de ventaja que sus críticos dicen que dilapidó con una agresiva campaña. "AMLO se boicotea a él mismo, compite para perder. Es un excelente candidato que se sabotea con su soberbia", opina Gerson Hernández.

La mayoría de analistas coinciden en que de las dos derrotas anteriores ha aprendido a tener un perfil más bajo, menos agresivo, incluso esta vez ha hecho ya una presentación de su programa económico avalado por algunos importantes empresarios mexicanos. "Antes tenía pavor de López Obrador", ha dicho el millonario Alfonso Romo, otrora enemigo y hoy coordinador del programa político de Morena. Otros apellidos empresariales tan importantes como Slim o Azcárraga mantienen también vínculos con el proyecto de AMLO.

Pero en ese calculado espacio de nadie y de todos hay temas espinosos que tradicionalmente un partido de izquierdas defiende, como el aborto o el matrimonio gay, que él evita tocar: "No queremos ofender a nadie. Yo represento a millones de católicos, evangélicos y libres pensadores. Debemos consultar a la gente para decidir", es la posición oficial del líder de Morena. "No es un tema prioritario como la pobreza y la corrupción, pero Morena está a favor del matrimonio igualitario", asegura Ackerman.

A un año de las elecciones, por tanto, las encuestas dicen que López Obrador es de nuevo favorito a la presidencia. El matiz es que hoy él es el único candidato seguro a 2018, los otros partidos siguen en luchas internas para elegir su cabeza de cartel, y sus contrincantes en los sondeos son sólo futuribles. En todo caso, ganará a cualquiera de ellos en popularidad, para bien o para mal.

Hasta ahí llegan sus puntos fuertes, al otro lado de la balanza está que su partido no cuenta con poder territorial, el voto de la izquierda está dividido en muchos bloques y él ha dinamitado con sus ataques la difícil alianza natural con sus ex del PRD.

"AMLO sólo no ganará al PRI, nadie puede hacerlo", apuesta Hernández. "Yo creo que AMLO recibirá más votos, el problema es si se respetará el resultado o habrá un nuevo fraude", advierte Ackerman.

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