Primeras críticas a planes de Obrador 

(ANSA)- CIUDAD DE MEXICO, 17 JUL - El presidente electo Andrés López Obrador, que asumirá el 1ro. de diciembre, recibió críticas de analistas sobre los proyectos que anticipó llevará a cabo en lo que llama "la cuarta transformación" de México.
    
El triunfador de las históricas elecciones del 1ro. de julio (53%) anunció que se iría de vacaciones unos días a su rancho en el estado de Tabasco, sur del país, pero diversos cuestionamientos brotaron desde diferentes sectores. El plan que más dudas y reprobaciones suscita es el de la ambiciosa descentralización de la estructura gubernamental, con el traslado de sedes de los principales ministerios a otros estados.
    
Por ejemplo, propuso llevar el ministerio de Salud a Chilpancingo, estado de Guerrero (sur), el de Educación a Puebla (vecina a la capital), el de Turismo a Chetumal, estado de Quintana Roo (sureste) y el Economía a la ciudad norteña de Monterrey, estado de Nuevo León.
    
"Hay dudas de que este esquema pueda funcionar, incluso hoy, cuando la tecnología facilita el trabajo colaborativo a distancia", afirmó el analista Sergio Sarmiento, quien puso como ejemplo Brasilia, que se edificó para servir de capital de Brasil pero "la mudanza resultó extraordinariamente costosa".
    
"Dispersar las oficinas gubernamentales es mucho más complejo", afirmó el experto, al recordar también el caso del Parlamento Europeo, que tiene tres sedes, Estrasburgo, Bruselas y Luxemburgo, lo cual en su opinión "no ha servido más que para desperdiciar tiempo y recursos". El economista Enrique Quintana recordó que "tenemos 50 años hablando de descentralización y de evitar la concentración de personas en la Ciudad de México". "Conceptualmente no está mal pensar en reubicación de secretarías, pero hasta ahora no se ha presentado un plan coherente", señaló al indicar que "los riesgos de improvisar y crear un caos administrativo son enormes" si no se da forma a la propuesta.
    
Otra oleada de objeciones despertó también la idea del sucesor del presidente Enrique Peña Nieto de reducir el tamaño del mastodóntico aparato burocrático, que incluye la reducción del 70% del personal de confianza.
    
"Esa estrategia puede crear problemas serios en la operación del gobierno, reduciendo personal calificado y dejando personal de base que sobra", afirmó Quintana.
    
El Censo de Gobierno 2017, del Instituto Nacional de Estadística, precisa que el personal burocrático total está integrado por más de 1,5 millones de personas en 320 dependencias públicas. Quintana señaló que si es cierto que el 17% de todos los empleados y funcionarios públicos son "de confianza", sobre los cuales se enfocará el recorte, se trata de 266,000 personas, de las cuales serían echadas a la calle 186,000.
    
Viridiana Ríos, académica de la Universidad de Harvard y experta en "big data", hizo un cálculo distinto y afirmó que hay 2,3 millones de funcionarios públicos, por lo cual el 17% sumarían casi 277,000, que serían los puestos cancelados.
    
Ríos, a través de Twitter, aseguró que esa cifra representa más de la mitad de los 476,000 empleos formales que presume el gobierno de Peña Nieto haber creado durante toda su gestión iniciada en diciembre de 2012.
    
López Obrador también anunció que reducirá el salario presidencial un 60%, para ganar unos 108,000 pesos al mes (unos 5,400 dólares), lo que generó una gran simpatía popular, pero disgusta a los especialistas.
    
El primer mandatario de izquierda en la historia de México colocaría su salario por debajo de sus pares de Guatemala, Chile, Uruguay, Colombia, Brasil, Argentina, Paraguay y Ecuador.
    
Aún así "estaría por arriba de Bolivia, Venezuela y Perú", dijo Quintana, quien consideró que "una medida que se va a llevar aplausos puede dejarnos un gobierno con una mediocre calidad". "Sí, hay que recortar excesos y abusos, pero eso debe hacerse con análisis detallado y no 'tirando el agua sucia de la tina con todo y niño'", aseguró el economista. 
 

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