Ley en Senado replantea rol de Fuerzas Armadas

(ANSA) - CIUDAD DE MEXICO, 6 DIC - La reciente aprobación de la nueva Ley de Seguridad Interior por la Cámara de Diputados, que se apresta a ratificar el Senado, acota y define por primera vez el rol de los militares en la lucha anticrimen pero abrió un debate sobre su papel en el balance de poder en México.

La normativa permitirá mantener en las calles, realizando labores de seguridad pública, al Ejército y la Marina, después de 11 años de una fallida lucha contra la delincuencia organizada, en lugar de regresarlos a los cuarteles, como reclaman numerosas organizaciones civiles.

Activistas que bloquearon, en señal de protesta, el martes el ingreso de legisladores frente al Senado, entregaron un documento con más de 100,000 firmas en contra de la polémica iniciativa, que busca blindar a las Fuerzas Armadas de eventuales demandas por abusos en su lucha contra el crimen.

Las organizaciones firmantes llamaron a los partidos a tomar "una posición inequívoca" para evitar la legislación que apunta a "perpetuar la militarización de la seguridad pública".

El documento, suscrito también por 27 organizaciones-, entre ellos Causa en Común, Centro Prodh, Observatorio Nacional Ciudadano R3D y Red en Defensa de los Derechos Digitales, exige cambiar "el modelo de seguridad hacia uno encaminado al fortalecimiento de las instituciones civiles de seguridad".

Alejandro Hope, director del Proyecto "Menos Crimen Más Castigo", señaló que el rechazo de esta legislación revela que "el viejo arreglo" entre militares y civiles para definir el rol de los primeros en el equilibro de poderes "ya no funciona bien". "Ya no le sirve ni a civiles ni a militares", señaló en referencia a declaraciones del ministro de Defensa, Salvador Cienfuegos, y de la Marina, Francisco Soberón, que rechazaron la propuesta del precandidato de izquierda Andrés López Obrador de dar una "amnistía" a los jefes criminales, calificándola como "simplista" y un "gravísimo error".

Ambas declaraciones resultaron un poco inusuales porque los titulares de las Fuerzas Armadas rara vez se pronuncian sobre temas políticos. "Sé que les ordenaron lanzarse en contra nuestra, pero siempre digo lo que pienso", dijo López Obrador, que encabeza las encuestas para las presidenciales de 2018.

Hope recordó que en los años 40 del siglo XX, luego que los militares dejaron el poder y cedieron su espacio a civiles, se acordó un pacto para que los uniformados dejaran de meterse en los temas del gobierno.

"Ese pacto no escrito le sirvió muy bien al país durante varias décadas. No está de más recordar que no ha habido en México un cambio violento de gobierno desde 1920. No ha habido una rebelión militar desde 1938. No ha habido un uniformado en la Presidencia desde 1946. En América Latina, no son triviales esos datos", expuso el experto.

Sin embargo, recordó que ese arreglo implicaba límites para los militares, que deberían circunscribirse a sus ámbitos de competencia, pero dijo que ahora "la línea entre lo civil y lo militar es mucho más tenue de lo que era". Entre otros cambios, propuso abolir las carteras de Marina y Defensa y fusionarlas en una sola, a cargo de un civil, crear un Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas y aumentar el presupuesto militar, pues se les asigna uno de los más bajos en América Latina. Una encuesta difundida en 2016 arrojó que la mitad de los ciudadanos estima que las bandas criminales tienen "mayor capacidad de combate que el Ejército".

Académicos consideran que "la idea de que el Ejército es una institución fuerte y en cierta medida autosuficiente" en México es un mito porque su presupuesto es bajo y su número de activos (267,000) "no es proporcional con el número de la población (130 millones de personas)" ni "con las tareas que les asignan". "Es uno de los ejércitos con menos presupuesto de América Latina y más pequeños, tomando como referente la dimensión del territorio y la población", afirmó Raúl Benítez Manaut, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).(ANSA).  
 

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