Religión

Pese a desmentirlo, el papa Francisco es visto como un crítico de Mauricio Macri

2016-08-24

 La participación activa del papa Francisco en cuestiones políticas ha suscitado...

Taos Turner y Santiago Pérez, The Wall Street Journal

BUENOS AIRES— La participación activa del papa Francisco en cuestiones políticas ha suscitado polémica en su país natal, donde el pontífice enfrenta críticas por lo que algunos consideran como una serie de desaires papales al presidente Mauricio Macri.

Más allá de las denuncias más generales de algunos sectores que lo cuestionan por sus ataques a la globalización y por evitar criticar a los gobernantes comunistas de Cuba, Francisco ha estado defendiéndose de acusaciones en su país natal de haber desairado a Macri debido a que el presidente está alejando a Argentina de las políticas populistas, realineándola con Occidente y guiando a América del Sur hacia un reformas favorables al mercado, en momentos enque el colapso de los precios de las materias primas socava a los gobiernos de izquierda en toda la región.

El Vaticano niega que algo ande mal, y Francisco ha desestimado las especulaciones sobre la supuesta tensión. “Macri me parece una persona bien nacida, una persona noble”, fue citado diciendo en una entrevista con el diario argentino La Nación el mes pasado. El entonces portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, dijo que el Papa “no entra en ningún tipo de polémica con respecto a la política de la Argentina”.

Sin embargo, algunas prominentes figuras políticas de América del Sur ven el tema de otra manera.

“El Papa se ha involucrado mucho en la política argentina y ha dado muestras de apoyo a las personas que no son amistosas con el gobierno de Macri”, dijo el ex presidente de Uruguay, Julio María Sanguinetti, quien en junio escribió un crítico artículo de opinión en La Nación acusando a Francisco de socavar los esfuerzos de Macri para reducir los controles del estado y reformar la economía.

Un Papa con un rostro inusualmente severo se reunió con Macri en el Vaticano en febrero, dos meses después de que el presidente argentino asumiera el cargo. La audiencia duró sólo 22 minutos, mucho menos que lo duró el encuentro papal con otros líderes, como el presidente ruso Vladimir Putin.

Desde que se convirtió en la cabeza de la Iglesia católica en 2013, Francisco se reunió cinco veces con la predecesora de Macri, Cristina Kirchner, una temperamental populista que dice que los primeros meses de Macri en el poder no han traído nada más que “miseria” a los pobres.

El pontífice también se ha reunido con figuras polarizantes cercanas a Kirchner. Particularmente preocupante para algunos observadores fue su reunión de casi dos horas en mayo con Hebe de Bonafini, una leal kirchnerista que alguna vez celebró los ataques de Al Qaeda a EU en 2001, diciendo que el colapso de las torres gemelas la hizo muy feliz. Después de reunirse con el Papa, Bonafini, de 87 años de edad, dijo que Macri estaba destruyendo “el país feliz” dejado por su predecesora.

Las personas cercanas al Papa dicen que la reunión fue un encuentro apolítico entre un pastor y una mujer transida por el dolor. Bonafini es presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, un grupo que representa a las madres cuyos hijos fueron asesinados por la última dictadura militar en Argentina.

Para algunos partidarios de Macri, los entusiastas encuentros del Papa con Cristina Kirchner y sus aliados parecen inexplicables. Los dos fueron por mucho tiempo vecinos en Plaza de Mayo, alrededor de la cual se encuentran el palacio presidencial y la sede del arzobispado de Buenos Aires, que fuera ocupado por Jorge Mario Bergoglio durante 15 años—incluyendo la mayor parte del gobierno de Kirchner—antes de ascender al papado. Durante todos esos años, sin embargo, Cristina Kirchner evitó al entonces arzobispo porteño.

Personas cercanas a Francisco dicen que sus reuniones con Kirchner desde que es Papa reflejan su preocupación por la estabilidad política en Argentina, donde varias presidencias han terminado antes de tiempo y en crisis.

Los funcionarios argentinos niegan que exista tensión alguna con el Papa, señalando sus vínculos con varios miembros del gabinete de Macri. En junio, por ejemplo, la canciller Susana Malcorra visitó al Papa por más de una hora en su residencia vaticana. Dicho acceso no oficial es poco frecuente.

Sin embargo, algunas figuras católicas siguen convencidas de la postura negativa de Francisco hacia el nuevo gobierno. “Pese a negarlo, se ha distanciado de la administración”, dijo José María Poirier, director de la revista católica Criterio, que en abril publicó un ensayo mordaz del académico italiano Loris Zanatta titulado “Un Papa populista”.

El ensayo alimentó el debate en la Argentina, un país que lucha contra el estancamiento económico, sobre la visión del Papa de que los mercados libres no benefician a los pobres.

Macri, hijo de un acaudalado magnate, se crió en el privilegio y a menudo pasa sus fines de semana en el tipo de retiro privado que el Papa ha criticado por segregar a las personas en base a sus ingresos o clase social.

Los dos se reunieron en varias ocasiones cuando Macri era jefe de gobierno (alcalde) de la ciudad de Buenos Aires. En 2009, se enfrentaron por el apoyo de Macri al matrimonio homosexual y en 2012 por la cuestión del aborto. Pero en su entrevista del mes pasado, el Papa dijo que los dos siempre han resuelto sus diferencias.

Los observadores dicen que una posible fuente de tensión proviene de las políticas económicas de Macri, que han afectado a los pobres.

Desde que asumió el cargo en diciembre, Macri ha aumentado considerablemente las tarifas del gas, la electricidad, el agua y el transporte, empujando a cerca de 1,4 millones de personas a la pobreza, de acuerdo con la Universidad Católica Argentina.

La tensión entre los dos líderes parece haber disminuido un poco desde julio, cuando Macri llamó el Papa. Se está discutiendo la posibilidad de que ambos vuelvan a reunirse en el Vaticano en octubre. En ese momento, muchos argentinos estarán probablemente auscultando la cara del Papa en busca de pistas sobre sus sentimientos hacia el presidente.



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