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Cómo la disputa sobre el límite de la deuda de Estados Unidos podría causar una grave recesión


2023-05-03

Por Ann Saphir y Dan Burns

WASHINGTON - La disputa entre republicanos y demócratas sobre el límite de endeudamiento podría llevar a la economía estadounidense a una recesión, incluso si el enfrentamiento no desencadena un impago de la deuda, afirman analistas, y a una crisis mucho peor en la que 7,5 millones de personas podrían perder su empleo.

Algunos sectores del vasto mercado de deuda estadounidense ya están sintiendo un agudo pinchazo después de que la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, dijo el lunes que a principios de junio el gobierno podría quedarse sin dinero para pagar sus facturas, ya sean pagos adeudados a inversores extranjeros o nacionales en bonos del Tesoro, a empleados y contratistas federales o a pensionistas de la Seguridad Social.

El gasto público total asciende en promedio a unos 525,000 millones de dólares al mes. Una pequeña parte, unos 225,000 millones de dólares en promedio en el primer trimestre, es gasto deficitario.

Alcanzar el techo de la deuda significaría que el gobierno ya no podría hacer frente a ese déficit presupuestario, asestando un golpe inmediato a millones de estadounidenses que dependen directa o indirectamente del dinero del gobierno.

El desplome del mercado por lo que sería un impago sin precedentes de Estados Unidos acabaría con miles de millones más de riqueza.

Y si bien los analistas han propuesto algunas soluciones para que el dinero siga fluyendo, incluida la invocación de una disposición constitucional que probablemente sería impugnada en los tribunales, ninguna ha sido probada.

Los inversores se toman el riesgo en serio. Los rendimientos de los 650,000 millones de dólares en valores del Tesoro con vencimiento en la primera quincena de junio se dispararon a máximos históricos tras el anuncio de Yellen, reflejando la mayor probabilidad de que no se paguen en la fecha prevista.

El costo de asegurar la deuda pública estadounidense contra el impago se ha disparado a su nivel más alto desde la crisis financiera de 2007-2009.

"No creo que haya mucha gente en el mercado que apueste fuerte por un impago. La mayoría de la gente con la que hablo piensa que habrá una avenencia entre los republicanos y la Casa Blanca", dijo Lou Brien, analista de DRW Trading. "Pero las probabilidades no son cero, así que el mercado está valorando la posibilidad de que lleguen demasiado tarde para evitar algún tipo de problema de financiación".

Todo esto ocurre mientras las perspectivas económicas se ensombrecen de todos modos.

QUITANDO ALIENTO A LA ECONOMÍA

La economista jefe de Nationwide, Kathy Bostjancic, ya preveía una recesión a finales de este año, debido a que las rápidas subidas de las tasas de interés de la Reserva Federal para combatir la inflación aumentan los costos de los préstamos para hogares y empresas y ralentizan los préstamos bancarios. Todo ello resta fuelle a la economía y podría empezar a aumentar la tasa de desempleo, ahora en un mínimo histórico del 3,5%.

Algunos de los principales responsables a cargo de la política económica, como las autoridades de la Reserva Federal, habían pronosticado ya en diciembre pasado que la tasa de desempleo sería aproximadamente un punto porcentual más alta a finales de 2023.

Una crisis de la deuda y un impago, aunque sólo fuera de algunos de los pagos de intereses que vencen cada día, lo adelantarían, dijo Bostjancic. Para hacer frente a los pagos, el Gobierno tendría que recortar el gasto en lo que pudiera.

"Esto afectaría inmediatamente al flujo de efectivo destinado a particulares y empresas", explicó. "Eso va a impactar directamente en el PIB; lo que refuerza el escenario de recesión".

De hecho, la débil tasa de crecimiento anualizado del 1,1% del Producto Interno Bruto de Estados Unidos registrada en el primer trimestre ya se consideraba el punto más alto del año.

En su opinión, la profundidad y la duración de los efectos dependerán en gran medida de la duración de los impagos, que a su vez dependerá de la reacción de los mercados financieros.

En la crisis financiera de 2008, por ejemplo, los legisladores rechazaron en un primer momento el fondo de rescate propuesto por el Tesoro para los bancos, pero el desplome récord de los precios de las acciones y el aumento de los rendimientos de los bonos los hicieron cambiar de opinión rápidamente. El Congreso aprobó el plan pocos días después.

Si ni siquiera esa reacción consigue que el Congreso levante rápidamente el límite de endeudamiento, un incumplimiento prolongado podría llevar a que una recesión relativamente moderada -con una pérdida de entre 1 y 2 millones de puestos de trabajo y una tasa de desempleo en torno al 5%- se convierta en algo mucho más doloroso, estimó en un informe de marzo Mark Zandi, economista jefe de Moody's Analytics.

En el peor de los casos, una crisis prolongada, con el gobierno obligado a recortar el gasto durante un largo periodo y la confianza de los consumidores y las empresas aplastada por el estancamiento político y el caos financiero resultante, el desempleo se dispararía por encima del 8% -una pérdida de entre 7,5 y 8 millones de puestos de trabajo- y tardaría en recuperarse.

Con la situación crediticia de Estados Unidos probablemente deteriorada de forma permanente, "las perspectivas de crecimiento a largo plazo de la economía también se debilitan", escribió Zandi.

Entre estos dos escenarios, Zandi dijo que el siguiente resultado económico más duro sería que prevaleciera el plan republicano de la Cámara de Representantes, que exige drásticos recortes del gasto. La recesión tardaría más en llegar -probablemente hasta 2024-, pero en ese caso el desempleo alcanzaría picos cercanos al 6% y se recuperaría aún más lentamente que en una brecha prolongada.



Jamileth


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