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López Obrador anuncia que el Tren Maya completo se inaugurará después de las elecciones


2024-01-26

Por Beatriz Guillén | El País

Andrés Manuel López Obrador ha soltado el acelerador. El presidente de México ha anunciado este viernes, a preguntas de los periodistas durante su gira por la península de Yucatán, que el Tren Maya no se va a inaugurar el 29 de febrero. En esa fecha solo va a entrar en funcionamiento el trozo de Cancún a Playa del Carmen, que se corresponde con el tramo 5 norte. “Seguimos trabajando. Yo creo que en dos meses más estará al 100%, pero ya no podremos inaugurar”, ha dicho el mandatario, en referencia a la veda por las elecciones del 2 de junio, “cuando pase la elección ya estará todo”.

El presidente mexicano estaba este viernes inaugurando la llamada “primera gasolinera del bienestar”, en la reserva de Calakmul, en Campeche. En ese encuentro, López Obrador ha contado a la prensa que está empezando a supervisar los tramos del Tren Maya. “De aquí a Chetumal, Chetumal-Tulum, y Cancún. Luego voy a Mérida a hacer otra evaluación”, ha dicho. Hasta el momento, el presidente ha marcado el ritmo de inauguración de su proyecto estrella sin retrasos. Así, se inauguró el trayecto de Campeche a Cancún el 15 de diciembre, aunque la mayoría de las estaciones de ese tramo no funcionaban y nadie se puede bajar ni subir todavía en ellas. A final del 2023 incluyó en la ruta el trozo de Campeche y Tabasco, hasta Palenque. Completo, dijo, estaría el 29 de febrero.

Esa fecha se volvió un trabajo contrarreloj en los tramos que faltaban, el 5, el 6 y el 7, que unen Cancún (Quintana Roo) con Escárcega (Campeche). Eran los más complicados del viaje: especialmente por el delicado sistema de cuevas y cenotes, pero también por la selva protegida de Calakmul. EL PAÍS en su visita de hace unos días al tramo 5 sur, que debe conectar Playa del Carmen con Tulum, constató el retraso de las obras.

Estaba hecha la brecha, eliminados unos 8,7 millones de árboles y nivelado el terreno, pero faltaban por hacer miles de perforaciones en el terreno, donde se deberán colocar los más de 10,000 pilotes de 25 metros de largo que van a sostener el viaducto elevado. Quedaba también por unirlo con una estructura y colocar vías y señalización. Era un imposible conseguir toda la construcción antes del 29 de febrero.

Este tramo es un lastre desde el inicio para el proyecto. Su trazado ha cambiado en cuatro ocasiones y para la última, que discurre seis kilómetros selva a dentro por un viaducto elevado de 42 kilómetros, ni siquiera se cuenta con una manifestación de impacto ambiental (MIA). Por lo que las implicaciones y riesgos de la construcción, que atraviesa un terreno frágil de suelo kárstico, con más de 100 cuevas y cenotes, todavía no se conocen. Los expertos han advertido sobre la contaminación del acuífero que abastece de agua a todo el Estado de Quintana Roo—cobijado por estas cavernas— por la implantación de miles de pilotes de acero y concreto, y también del peligro de derrumbe por la porosidad del terreno. Ante este panorama, al menos, López Obrador ha decidido esperar.

Los tramos que ya se han inaugurado han presentado fallas continuas. Incluso el día de su inauguración, los trenes salieron hasta con cinco horas de retraso. Desde entonces se suspendió el servicio de venta de billetes hasta el 11 de enero, se reanudó, pero ahora mismo vuelve a estar inoperativo, después de que un error de funcionamiento obligara a recoger con un autobús a los pasajeros que iban de Cancún a Campeche, tras seis horas de parón.

El Tren Maya forma parte de la estela de megaproyectos que busca dejar López Obrador como legado de su sexenio. El mandatario quería inaugurar su obra estrella antes de que entre en vigor la veda electoral el 1 de marzo, período ya de campañas para las elecciones presidenciales del 2 de junio. Pero entre sus deseos, se ha interpuesto la selva.
 



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