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El mundo quiere que Europa ponga orden en su casa, "ahora"


2011-12-07

BRUSELAS (Reuters) - Desde la rupia india a la incipiente industria turística del archipiélago atlántico de Cabo Verde, hay más en juego en la cumbre de la Unión Europea de esta semana que simplemente el futuro del proyecto del euro como moneda.

Aunque nadie cree que el bloque de 27 países pueda encontrar una solución rápida a una montaña de deuda que tardó años en acumularse y que puede impedir el crecimiento de sus economías en los próximos años, los líderes de la UE están bajo una creciente presión para demostrar que pueden al menos cortarla por lo sano.

"No esperamos un cambio repentino del sentimiento o un drástico fin del problema en la cumbre de la UE", dijo un alto cargo japonés a Reuters.

"Pero tampoco esperamos resultados nulos. Debería al menos haber algún progreso en cómo esperan poner su casa en orden", dijo el político, que por razones de diplomacia habló bajo la condición de anonimato.

Una vertiginosa crisis de deuda en la zona euro de 17 países que comenzó en Grecia hace dos años lleva tiempo proyectando una sombra mucho más allá de las fronteras de Europa. Los líderes de la UE no han logrado hasta ahora una solución duradera, a pesar de celebrar 16 cumbres desde enero de 2010.

En Asia, la rupia india ha sido una importante víctima, ya que las divisas están sufriendo una retirada de los inversores extranjeros asustados por los problemas del euro. Ha caído un 16 por ciento en cuatro meses y analistas temen que una caída mayor pueda provocar una crisis en la balanza de pagos tan profunda como la que llevó a una devaluación de 1991.

El daño a las economías asiáticas, aunque bastante malo en sí mismo, podría tener un efecto en cadena en la tercera economía del mundo, Japón, cuyas esperanzas de una modesta recuperación dependen en gran medida de boyantes exportaciones a sus vecinos, según temen responsables en Tokio.

Mientras que los problemas de deuda en Europa ya han tenido efectos de contagio en otros mercados financieros, una recesión europea general lo complicaría al golpear directamente a sus socios comerciales y, en última instancia, a muchos receptores de ayuda de todo el mundo.

Esa perspectiva se acercó aún más el martes con unas cifras que muestran que los 17 países del euro crecieron sólo un 0,2 por ciento el tercer trimestre. La inversión se mantuvo plana por segundo trimestre consecutivo mientras la confianza empresarial se evaporó.

EEUU VE UN "PAPEL CENTRAL" PARA EL BCE

Antes de la cumbre de esta semana, el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Timothy Geithner, se encuentra de gira por la zona euro con un mensaje de que es el momento de actuar.

En declaraciones realizadas tras un encuentro en Berlín el martes, Geithner pidió reformas para "crear una arquitectura de unión fiscal", citando el "papel central" que debe desempeñar el Banco Central Europeo.

"Hay preocupación entre líderes empresariales, tanto en Estados Unidos como en Europa, sobre la incertidumbre provocada por la falta de consenso político sobre cómo hacer avanzar la economía", dijo el embajador estadounidense en la UE, William Kennard, antes del viaje.

"Y eso desde luego está pesando sobre la economía mundial. Es un factor tanto en Europa como en Estados Unidos", dijo, sugiriendo que ambos estaban "en el mismo barco" con economías sobre-endeudadas y caros estados del bienestar.

Sin embargo, mientras que Estados Unidos puede recurrir a la Reserva Federal como prestamista de última instancia, los países de la zona euro no tienen ese recurso con el BCE, con sede en Fráncfort, y Alemania, un peso pesado de la UE, está decidido a que siga siendo así.

Ya sea que se mantenga esa posición o no, los principales aliados comerciales de Europa están haciendo saber en el período previo a la cumbre que tendrán poca paciencia con medidas a medias.

"Ahora se espera que la recesión en Europa sea más pronunciada que lo que el banco había anticipado en octubre", dijo el Banco de Canadá en un comunicado sobre tipos de interés el martes.

"Se necesitarán medidas adicionales para contener la crisis europea", añadió, sin detallar lo que esperaba.

TRIPLE DESGRACIA PARA ÁFRICA

Hasta ahora, los bocetos de un posible acuerdo son desiguales. Un plan francoalemán desvelado el lunes propuso cambios al tratado básico de la UE para incluir sanciones automáticas para los gobiernos que no mantengan los préstamos bajo control, y un rápido lanzamiento de un fondo de rescate permanente para los países en apuros.

La necesidad de que cualquier acuerdo funcione es especialmente alta en África, continente ligado a los países de la zona euro por una red de vínculos comerciales que datan de la época colonial, y cuya recuperación de la crisis económica y financiera mundial de 2008-2009 se encuentra actualmente en riesgo.

Desde Ghana hasta Kenia, los rendimientos de la deuda pública han subido y las divisas han bajado ya que muchos inversores que hace dos años caían unos sobre otros por un pedazo de los nuevos mercados "frontera" son tan reacios al riesgo que están haciendo cola para irse.

Algunos bancos europeos se niegan ahora a conceder préstamos a las empresas que comercializan con África. La francesa Credit Agricole cerró la semana pasada su filial sudafricana, con 60 años de historia.

Cabo Verde, uno de los éxitos de África en la última década con tasas anuales de crecimiento económico de un 6 por ciento de media, teme ahora por sus sectores turístico e inmobiliario, a medida que europeos faltos de dinero dejan de comprar una nueva casa de vacaciones.

Mthuli Ncube, economista jefe del Banco Africano de Desarrollo con sede en Túnez, dijo que África se enfrentaba a una triple desgracia si las dificultades de Europa reducían sus exportaciones a la zona, colocaban la ayuda extranjera tan necesitada en riesgo y se desanimaban aún más inversores potenciales.

Augurando una cumbre maratón con varias rondas de conversaciones, Ncube advirtió de que si Europa no lograba superar la crisis podría quedar aún más rezagada con respecto a otros inversores en África, donde China ya supera a Europa como el principal socio comercial.



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