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Una táctica más sutil ayuda a China a entrar al sector petrolero estadounidense


2012-03-14

Fu Chengyu, presidente de la junta de Sinopec, WSJ

El primer intento de Fu Chengyu para comprar una porción de la industria del petróleo de Estados Unidos desató una tormenta de protestas y terminó en un fracaso. Siete años más tarde, el ejecutivo chino está vertiendo miles de millones de dólares en el sector, sin siquiera una pizca de problemas.

Su nueva receta para el éxito es buscar participaciones minoritarias, jugar un papel pasivo y, en un guiño a los reguladores estadounidenses, mantener al personal chino a distancia de la tecnología de avanzada de EU

Desde 2010, las empresas chinas han invertido más de US$17,000 millones en acuerdos de gas y petróleo en EU y Canadá, de acuerdo con Dealogic, una firma proveedora de datos, y dando a su país sediento de energía un punto de entrada que hace tiempo codiciaba en una región conocida por sus innovadoras técnicas de perforación. América del Norte se ha convertido en la principal región para los acuerdos de gas y petróleo para China. Fu ha liderado el impulso, primero como presidente de la junta directiva de China National Offshore Oil Corp., conocida como Cnooc, y luego como presidente del directorio de China Petrochemical Corp., conocida como Sinopec, una de las petroleras más grandes del mundo.

Los recientes acuerdos no son nada en comparación con la audaz aunque fallida oferta de Fu por Unocal Corp en 2005. Por lo general, involucran a una firma china que paga por adelantado por una participación en un yacimiento de gas o petróleo y acuerda cubrir algunos costos de perforación. Los ejecutivos de Cnooc que esas empresas conjuntas "podrían ser una forma para regresar a EU sin parecer amenazantes", dice Aubrey McClendon, presidente ejecutivo de Chesapeake Energy Corp., que en 2010 llegó a un acuerdo con Fu, lo que marcó el inicio de la surgimiento de la inversión china.

Los acuerdos responden a necesidades imperiosas a ambos lados. Las empresas estadounidenses han desarrollado formas revolucionarias para extraer petróleo y gas, pero necesitan grandes cantidades de capital para que eso suceda. Las empresas chinas de energía de propiedad estatal, por su parte, han recorrido el mundo en busca de gas y petróleo para alimentar la creciente economía de su país, y el conocimiento para extraer sus propias reservas.

La incursión en el sector de energía en América del Norte forma parte de una ola de inversiones de empresas chinas estatales y privadas en EU y otras naciones occidentales. Una gran parte de la inversión está orientada a la energía, la minería y otras áreas cruciales para la economía china. Los acuerdos les dan a los compradores chinos la posibilidad de poner un pie en nuevos mercados, y en algunos casos, la exposición a las tecnologías y técnicas de gestión estadounidenses que pueden utilizar en China.

En 2009, China superó a EU como el mayor consumidor mundial de energía en todas sus formas. La Agencia Internacional de la Energía (AIE) calcula que China también podría convertirse en el mayor consumidor mundial de petróleo, gracias a la afinidad de su creciente clase media con los automóviles. En la actualidad, las importaciones satisfacen más de la mitad de sus necesidades de petróleo, la mayor parte provenientes de lugares con potenciales problemas, como Irán y Sudán. Su consumo de gas natural casi se duplicó entre 2006 y 2010, según BP Statistical Review.

La nueva estrategia de China para invertir en empresas de energía estadounidenses sugiere que ha aprendido lecciones acerca de cómo hacer que la industria y los políticos estadounidenses se sintieran más cómodos con el dinero chino. "Comprar una porción de esa empresa, trabajar junto con esa empresa y que la empresa se convierta en su mayor aliado en EU", dice S. Ming Sung, un exejecutivo de Royal Dutch Shell PLC que ha asesorado a Sinopec y ahora es asesor de varias organizaciones que promueven la energía limpia.

Fu, de Sinopec, que se abstuvo de hacer comentarios para este artículo, ha sido el promotor más visible de este nuevo enfoque. Nacido en la remota provincia de Heilongjiang, en el norte del país, el ejecutivo de 60 años obtuvo un máster en ingeniería de petróleos en 1986, en la Universidad del Sur de California. Al igual que otros líderes de las principales empresas estatales, es un alto miembro del Partido Comunista. Quienes lo conocen afirman que su conocimiento técnico y operacional del la industria del petróleo es notable.

Fu se incorporó a Cnooc al momento de su creación, en 1982, y ocupó cargos ejecutivos en sus empresas conjuntas con compañías extranjeras como Shell y la ex Phillips Petroleum, ahora parte de ConocoPhillips.

En 2005, el consumo de petróleo en China iba en aumento, y las empresas chinas de todo tipo comenzaron a buscar importantes adquisiciones en el extranjero.

Fu, por entonces presidente de Cnooc, comenzó a negociar directamente con el entonces presidente ejecutivo de Unocal, Charles Williamson, para comprar a la compañía, con sede en California por US$18.500 millones. La noticia de la oferta generó críticas de los legisladores estadounidenses, quienes argumentaron que el acuerdo pondría recursos energéticos cruciales para EU en manos de China. Los legisladores aprobaron una resolución pidiendo al gobierno de Bush revisar cualquier acuerdo entre Unocal y Cnooc.

En respuesta, Fu se pronunció públicamente en defensa del acuerdo, una medida inusual para un líder de una empresa controlada por el estado. En un artículo publicado en The Wall Street Journal (WSJ), argumentó que de todas formas la mayor parte de las reservas de Unocal estaban fuera de EU, y que Cnooc preservaría los empleos estadounidenses y "sería un participante abierto y responsable en el proceso".

Sin embargo, los miembros del Comité de Inversiones Extranjeras en EU, un organismo interinstitucional presidido por el Departamento del Tesoro, indicó que recomendaría al presidente Bush que bloqueara el acuerdo, según fuentes cercanas. En última instancia, Fu retiró la oferta y Cnooc culpó a "la oposición política sin precedentes". Más tarde, Unocal fue comprada por Chevron por US$17.300 millones.

En una entrevista con WSJ en 2006, Fu dijo: "[En] Cnooc aprendimos que tenemos que ser más prudentes en términos de relaciones públicas y lobby político cuando se trata de un acuerdo tan importante. Ahora entendemos mejor la política estadounidense".

A raíz del fracaso del acuerdo, las empresas chinas rehuyeron a EU Las empresas estatales de petróleo comenzaron a cerrar acuerdos en otras partes del mundo, como Nigeria y Yemen, que le dieron acceso a importantes reservas.

Entretanto, en América del Norte fueron desarrolladas nuevas técnicas de extracción de petróleo y gas natural de formaciones de esquisto a gran profundidad. Chesapeake y sus competidores se apuraron a comprar derechos de perforación en los yacimientos de esquisto estadounidenses.

Tales proyectos requieren de un capital más alto para perforar que los yacimientos convencionales. Sin embargo, la crisis financiera mundial restringió el capital para proyectos tan costosos, por lo que las compañías de energía comenzaron a buscar nuevas fuentes de financiación.

En 2009, China National Petroleum Corp., o PetroChina, compró 60% de participación en dos proyectos de un operador canadiense por cerca de US$1.900 millones. El año siguiente, Sinopec comprometió US$4.650 millones por 9% en un proyecto de Syncrude, de Alberta, uno de los mayores proyectos canadienses de energía. El verano pasado, Cnooc acordó pagar US$2.100 millones por OPTI Canadá Inc., un productor que tenía una participación minoritaria en un gran proyecto de pizarras bituminosas. En Canadá ha habido muy poca resistencia política.

En 2009 tuvo lugar la sigilosa vuelta de Cnooc a EU, con un pequeño acuerdo como para financiar el desarrollo de campos y recibir una participación minoritaria en algunos de los yacimientos en el Golfo de México, de Statoil ASA. Y ya en 2010, Cnooc acordó pagar a Chesapeake US$1.080 millones por un tercio en un campo de 243,000 hectáreas ricas en petróleo de Eagle Ford Shale, en el sur de Texas, y a gastar allí otros US$1.080 millones en perforación.

El año pasado, Fu dejó Cnooc para convertirse en presidente de la junta directiva y secretario del Partido Comunista de Sinopec, como parte de la reorganización ocasional de los altos ejecutivos que tienen lugar en las empresas estatales chinas. Sinopec, una de las empresas más grandes de China controladas por el estado, es sobre todo una refinería, pero se trata de negocios difíciles en China, ya que el gobierno mantiene los precios de los combustibles de consumo bajos, presionando los márgenes de ganancias.

Zhong Hua, director financiero del brazo de Cnooc que cotiza en bolsa, dijo en una entrevista que la exposición de las empresas a EU desarrollará sus conocimientos técnicos. "Con la experiencia de EU, la empresa es plenamente capaz de desarrollar y desplegar sus propias tecnologías dentro de un corto período de tiempo en los próximos años", señaló.

En el discurso de Año Nuevo a los empleados de Sinopec, Fu indicó que esperaba que continuaran los acuerdos en el extranjero. "La desaceleración de la economía mundial nos trae una nueva oportunidad para ir al exterior, ampliar las fusiones y adquisiciones de ultramar e introducir tecnología y talento de avanzada", sostuvo.



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