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Legisladores de Michigan limitan poder sindical


2012-12-07

JOHN FLESHER y JEFF KAROUB, AP

LANSING, Michigan, EU � En una maniobra audaz de fuerza política, los republicanos lograron en un solo día materializar virtualmente una meta que por años pareció un sueño casi imposible: hacer del bastión laboral de Michigan un estado que limita el poder sindical.

El Partido Republicano recurrió a sus mayorías y al apoyo del gobernador Rick Snyder para imponer el jueves en la Cámara de Representantes y el Senado un proyecto de ley sobre el "derecho al trabajo" que prohíbe el pago de cuotas sindicales como condición para obtener un empleo.

Los republicanos ignoraron las denuncias y el abandono de las sesiones por parte de los demócratas, minoría en ambas cámaras, así como las expresiones airadas de activistas sindicales que atestaron los pasillos y el recinto del Capitolio estatal. Hubo un momento en que la policía lanzó gas lacrimógeno para someter a los manifestantes que intentaron ingresar al recinto senatorial.

"¡Qué vergüenza! ¡Qué vergüenza para ustedes!", espetaron a coro los manifestantes desde la galería mientras el Senado votaba. Poco antes, los guardias de seguridad retiraron a un hombre que gritó "¡Heil Hitler! ¡Heil Hitler! Eso es lo que ustedes son". Otro exclamó "Nos acordaremos en (las elecciones de) noviembre".

Las normas legislativas establecen un lapso de cinco días para que la Cámara de Representantes y el Senado voten sobre proyectos de la otra cámara. Tienen programado sesionar el jueves, cuando Michigan podría convertirse en el estado número 24 con una ley de derecho al trabajo si las iniciativas son avaladas pronto y Snyder las promulga, como ha prometido.

Detroit, la ciudad más grande de Michigan, es considerada tradicionalmente el eje de la industria automotriz.

Una victoria en Michigan, una cuna del sindicalismo, entregaría al movimiento de "derecho al trabajo" su fortaleza más fuerte hasta ahora en el llamado Cinturón Industrial, donde las elecciones de 2010 y el movimiento ultraconservador tea party generaron las mayorías republicanas que han propinado a los sindicatos revés tras revés.

Pero a diferencia de los estados de Indiana y Wisconsin, donde las votaciones que redujeron los derechos sindicales fueron precedidas por varias semanas de enconadas disputas, Michigan lo consiguió en un abrir y cerrar de ojos.

En la mañana del jueves, el gobernador convocó a una rueda de prensa con el presidente de la cámara baja, Jase Bolger, y el presidente de la mayoría en el Senado, Randy Richardville, para anunciar que las iniciativas sobre el "derecho al trabajo" recibirían un tratamiento expedito. Para la puesta del sol, los proyectos habían sido presentados y aprobados sin votaciones en comités ni audiencias públicas.

"Esto no cambia la negociación de contratos colectivos de trabajo y esto no es antisindicalista", aseguró Bolger. "Es en favor del trabajador".

El presidente del poderoso sindicato United Auto Workers, Bob King, que participó en las protestas, dijo que la iniciativa es un "ataque muy partidista y polarizante".

Un vocero de la Casa Blanca dijo que el presidente Barack Obama mantiene su rechazo a las leyes de "derecho al trabajo".

"Michigan �y el papel de sus trabajadores en el resurgimiento de la industria automotriz de Estados Unidos� es un ejemplo primordial de cómo los sindicatos han contribuido en la formación de una clase media fuerte y una economía estadounidense fuerte", afirmó el portavoz.



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