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Las farmacéuticas desarrollan medicamentos que ayuden a los mayores a reconstruir músculos


2014-04-29

MARTA FALCONI, The Wall Street Journal

En 1997, el científico Se-Jin Lee creó genéticamente "Super Ratones" con el doble de músculos que roedores normales. Ahora, empresas farmacéuticas usan su descubrimiento para producir medicamentos que podrían ayudar a pacientes de la tercera edad con diversas enfermedades a volver a caminar y reconstruir músculos.

Novartis AG , que trabaja con la empresa de biotecnología MorphoSys AG , se encuentra en la fase más avanzada. Sanofi, Eli Lilly & Co., GlaxoSmithKline PLC, Pfizer Inc. y Atara Biotherapeutics, que no cotiza en bolsa, también desarrollan este tipo de drogas. Todas se encuentran en pruebas clínicas o de etapas iniciales. El primero de estos fármacos podría ser aprobado en 2016.

"Soy muy optimista sobre estos nuevos medicamentos", dice Lee, profesor de biología molecular de la Universidad de Johns Hopkins, en Baltimore, quien no participa en ninguna de estas pruebas de medicamentos. "El hecho de que han avanzado tanto significa que deben haber visto efectos".

La miostatina es una proteína que se produce de forma natural que limita el crecimiento de los músculos. Las drogas bloquean la proteína o los lugares donde se detecta en el cuerpo, lo que podría reconstruir tejidos musculares.

"Creo que el entusiasmo en torno a la miostatina es bastante claro", señala Nathan LeBrasseur, profesor adjunto y especialista en músculos de la Clínica Mayo, en el estado de Minnesota. "Si pensaras en el blanco perfecto de una droga, es difícil argumentar contra la miostatina porque es tan exclusiva del músculo esquelético".

El máximo premio para estos medicamentos sería tratar a gente de la tercera edad.

Los expertos dicen que la atrofia muscular y el mal de Alzheimer �el deterioro de funciones físicas y cognitivas, respectivamente� son dos de las mayores causas de institucionalización entre la gente de edad avanzada.

Uno de los aspectos más importantes del envejecimiento es la fragilidad. "Mucho de esto se debe a la fortaleza muscular, la cual buscamos mejorar", afirma Mark Fishman, director de los Institutos Novartis de Investigación Biomédica.

Tanto Novartis como Sanofi están probando sus medicamentos en la atrofia muscular vinculada a la edad, denominada sarcopenia. Eli Lilly prueba su fármaco en pacientes mayores que se someten a reemplazos de cadera o que se recuperan de caídas.

"La atrofia muscular que tiene un impacto sobre el funcionamiento representa una población de pacientes muy, muy grande", dice Bill Evans, especialista en envejecimiento y metabolismo muscular de Glaxo. "Realmente depende de dónde los reguladores pongan el punto de corte, pero supongo que podría afectar a entre 15% y 20% de la población mayor de 65 o 70".

Aun así, existen obstáculos importantes para que se apruebe un medicamento para la sarcopenia. Los reguladores de Estados Unidos todavía no la han definido como una enfermedad, lo que significa que no hay una forma fácil de aprobar una droga para su tratamiento.

"La gente suele ver la pérdida de músculos como un proceso inevitable del envejecimiento", afirma Lee.

Las farmacéuticas también miran con recelo el trabajo herculano que implicaría reunir a miles de pacientes mayores �que preferiblemente no estén tomando otros medicamentos� para costosas pruebas clínicas durante varios años.

Otra preocupación es un posible abuso por parte de deportistas, fisicoculturistas o los que busquen un elíxir contra la vejez, incluso cuando no tengan problemas de atrofia muscular.

Los fármacos aún están lejos de ser aprobados para tratar a pacientes mayores. No obstante, Lee está ansioso por ver una aplicación médica de su descubrimiento, luego de una serie de intentos fallidos de drogas contra la miostatina a fines de la década pasada.

Los medicamentos para enfermedades raras pueden obtener una rápida aprobación después de pruebas relativamente pequeñas.

Las drogas contra la miostatina también están siendo probadas para la atrofia muscular causada por una enfermedad crónica, una condición llamada caquexia. Ese sería un mercado mucho más grande.

Según algunas estimaciones, la caquexia causa casi un tercio de las muertes por cáncer, además de que conduce a la muerte a pacientes de tuberculosis y enfermedades cardíacas y pulmonares. Los actuales tratamientos con estimulantes del apetito no son siempre efectivos y los esteroides pueden tener efectos secundarios negativos.

Otros creen que las drogas algún día podrían ser utilizadas incluso para tratar la obesidad y la diabetes tipo 2, ya que formar más músculos significa tener una mayor área para almacenar azúcares que, de otra manera, podrían acumularse en el hígado y el páncreas.

El desarrollo de músculos también eleva la necesidad de calorías del cuerpo, lo que significa que los pacientes queman más de los alimentos que comen.



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