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Desinformar con noticias

2015-04-14

La manipulación mediática cotidiana

"Callar para ocultar es complicidad
de cobardes y malvados"

Ante el caos económico-social, agravado por la inopia defensiva que sufre la ciudadanía ante el crimen organizado, es asombroso el crecimiento que ha tenido el ingenio mediático, como cómplice de la ineptitud y corrupción gubernamental, para ocultar las noticias importantes de la realidad en que vivimos los mexicanos, cuando tratan de presentar el panorama de una tranquilidad y seguridad inexistente, pretendiendo transformar la realidad en la mente del público, para que la cambien por una representación virtual y fantasiosa de las cosas.

Llama especialmente la atención la "nube de humo mediático y amarillista", que se repite diariamente en los noticieros de las prensa escrita, televisiva y radioeléctrica, utilizando (como "chivo expiatorio" o "cabeza de turco"), al director de CONAGUA como un cuasi-delincuente al haber utilizado un helicóptero de la institución que dirige para sus asuntos particulares y ajenos al servicio oficial, para trasladarse a una consulta médica, hecho que es una costumbre (abusiva desde luego), muy arraigada y más que común entre los altos funcionarios del gobierno, pero que nunca han alcanzado difusión alguna por formar parte de lo que se considera como un privilegio que es inherente a los cargos oficiales, y que siempre ha formado parte de la "normalidad" dentro de sus "usos y costumbres".

Otra de las noticias que ha llenado de humo sensacionalista el espacio radiofónico y televisivo, de manera continua e insistente por varios días, es la candidatura de Jesús García (Chuy), emigrante mexicano, a la alcaldía de la Ciudad de Chicago, como si se tratara de un hecho trascendental, o de suma importancia política o económica para el nuestro país.

Estas y otras insignificancias mediáticas, amplificadas como noticias trascendentales para México, han sido la "nota" continua de los medios, mientras que los eventos verdaderamente importantes como la inseguridad ciudadana, y las mega trapacerías y fraudes al erario cometidas por la alta clase política y sindical (especialmente en los estados más endeudados y al borde de la quiebra presupuestal, como Veracruz), son minimizadas o totalmente ignoradas por esos mismos medios de difusión masiva.

Al analizar la situación para encontrar la causa de tan extraño comportamiento, necesariamente aflora la duda sobre si se está tratando de desviar la atención de los mexicanos, aturdiéndolos con "supuestas" noticias importantes que llenan el espacio informativo (y también suponen que el cerebro de los mexicanos), para desviar la atención y evitar que piensen sobre la situación de crisis en la que nos encontramos, de modo que no reclamen o exijan cuentas a quienes los (des)gobiernan.

Es una vieja práctica  de los demagogos (inventada por Joseph Goebels, asesor de Hitler), la utilización del "humo" informativo como ayuda para desinformar, desviando y/o ocultando, sus rapacidades y vergüenzas, que son comunes en los malos gobernantes, con el fin de evadir responsabilidades, y mantener a los pueblos en la ignorancia informativa, sobre todo durante las crisis, para que ignoren y no piensen o reclamen acerca de la enorme corrupción que ellos manejan, y en el caso de México, sin que les importe que el cáncer de la corrupción y el crimen organizado (en muchos casos desde el gobierno), corroa al estado mexicano y lo esté llevando a la pendiente de la decadencia y a la miseria.

Estos criminales disfrazados de políticos, que "de facto" están cometiendo el delito de "Lesa República", visten de cuello blanco y dicen discursos falaces con voz engolada, operan en connivencia con los dueños de los grandes medios de comunicación, para que callen y mareen con el humo informativo al pueblo, llenando el espacio de las noticias con banalidades, actuando indiferentes ante la tragedia de la inseguridad ciudadana, de la miseria y del saqueo de la riqueza nacional, me recuerdan a los apicultores cuando le echan humo a las colmenas para atontar a las abejas y así poderles robar impunemente la miel que éstas producen con su trabajo, también sin importarles si la colmena pueda morir de hambre por el saqueo melífero que ellos aprovechan para su beneficio.