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En estándares en Alaska, 29 F bajo cero es cálido invierno


2016-03-07

Por DAN JOLING

ANCHORAGE, Alaska, EU (AP) � Quienes viven en Fairbanks, Alaska, se enorgullecen de sobrevivir los fríos intensos.

Cuando los residentes hablan de frío, se refieren a 40 Fahrenheit bajo cero (-40 Celsius). La temperatura más alta diaria ha caído por debajo de ese nivel en 75 de los últimos 85 años. Sobrevivir a tales fríos les permite considerarse un verdadero residente de Alaska y vanagloriarse ante localidades más "cálidas" en Estados Unidos, como, digamos, International Falls, la autoproclamada "Heladera de la Nación".

No este año.

Fairbanks no ha alcanzado los 40 bajo cero. Ni siquiera ha alcanzado 30 bajo cero. En lo que parece va a ser uno de los inviernos más cálidos en la historia del estado, la baja oficial en Fairbanks ha sido apenas 29 Fahrenheit bajo cero (33 Celsius bajo cero).

Es sorprendente, afirmó Amy Geiger, directora de comunicaciones para Explore Fairbanks, la asociación de promoción de la ciudad. Geiger dijo que es el invierno más cálido que ella ha visto en 30 años.

"Yo camino de dos a tres millas cada día y lo más frío que he visto fue 28 bajo cero", dijo. "Y eso fue una vez. Siempre parece estar entre 10 y 15 grados. Una no necesita usar realmente ropa invernal".

Los seguidores del campeonato mundial de esculturas de hielo, que se celebrará hasta el jueves, temen que las temperaturas superen el nivel de congelación esta semana.

Simplemente no parece Fairbanks.

La temperatura más fría registrada este invierno en Alaska es de -47 Fahrenheit (-43,89 Celsius) el 24 y 25 de diciembre en Artic Village, una comunidad 290 millas (467 kilómetros) al norte de Fairbanks. Eso no tiene precedentes, dijo Rick Thoman, gerente de ciencias climáticas y servicios del Servicio Meteorológico Nacional en Fairbanks. Alaska ha tenido al menos una estación reportando 53 bajo cero o menos cada año en el último siglo, dijo Thomas.

"En muchos lugares, las temperaturas más frías del invierno van a estar en alzas récord o cerca", dijo Thoman.

Frente a la costa occidental de Alaska, el hielo en el Mar de Bering �que crece y se extiende al sur desde el Estrecho de Bering� finalmente llegó a la isla St. Matthew apenas la semana pasada. Eso debería haber ocurrido hace semanas.

Localidades que miran el Golfo de Alaska desde el norte y el oeste han registrado abundante precipitación. Pero la ciudad más grande del estado, Anchorage, fijó un récord el 19 de febrero con 37 días consecutivos sin nieve. Y lo que cayó se derritió pronto, dejando a la ciudad oficialmente sin nieve el 29 de febrero, indicó Christian Cassell, del Servicio Meteorológico Nacional. El viernes, finalmente cayeron 4,3 centímetros (1,7 pulgadas) de nieve.

La falta de nieve en un lugar que es sinónimo de grandes nevadas ha generado medidas inusuales en Anchorage. Durante los campeonatos interestatales de esquí a nivel secundaria realizados el mes pasado, los atletas compitieron en nieve artificial. El jueves, un tren proveniente de Fairbanks importó nieve para complementar la nieve almacenada para la ceremonia inaugural de la competencia de trineos de Iditarod.

El cálido invierno y la falta de nieve tienen ramificaciones que van más allá del Iditarod y la imagen habitual del estado. Alaska ya sufrió dos incendios forestales antes del inicio habitual de la temporada, que es en mayo. Las autoridades advirtieron a los habitantes que se preparen para una fuerte temporada de incendios.

Las condiciones secas y cálidas actuales son reflejo del clima, no del cambio climático, puntualizó Thoman.

"La Mancha" del Pacífico, una masa excepcionalmente cálida que se detectó en el Pacífico Norte en 2013, se transformó en un patrón positivo clásico de Oscilación Decadal, señaló Thoman. Ese es el patrón de temperaturas de la superficie por encima o por debajo de lo normal, que asemeja el fenómeno de El Niño, pero que puede tener una duración de dos o tres décadas, en lugar de uno o unos cuantos años.

"Las consecuencias para Alaska es que ya son tres inviernos en fila con temperaturas de la superficie más cálidas de lo habitual, cerca de la orilla", afirmó Thoman.

Un invierno cálido ha sido una ventaja para los turistas que van a observar la aurora boreal. Ha sido un año espectacular para el avistamiento de las luces del norte, y los turistas no tuvieron que sufrir para verlas", dijo Geiger.



JMRS


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