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Neoliberalismo vs Ecología


2016-06-08

Almte. Manuel Rodríguez Gordillo

Los depredadores que lucran con los recursos naturales...
¿Pensarán que con las ganancias podrán comprar un
nuevo planeta para seguir viviendo cuando destruyan este?

¿Rapacidad suicida?... ¿O genocidio compartido?

Tal parece que la ambición desmedida ha destruido la capacidad de razonamiento de quienes han estado, y continúan depredando las riquezas naturales del planeta, de manera tan grave que han olvidado que están atentando contra su propia sobrevivencia, sin darse cuenta que esta depende de aquello que están destruyendo, argumentando el supuesto “derecho discrecional” que les conceden las leyes del “Libre mercado”, derivadas de una visión neoliberal extrema (que todo lo sacrifica al interés personal y al lucro), que “de facto” los está convirtiendo en los sepultureros de la vida humana en el planeta, incluyendo la suya.

El razonamiento anterior se sustenta cuando observamos la conducta que siguen quienes a nombre de un supuesto “libre mercado” (que es inexistente mientras persistan los monopolios), buscan mayores ganancias arrasando bosques, contaminando la atmósfera, los ríos, lagos y océanos, sin importarles el estar destruyendo el patrimonio de las generaciones venideras.

De la misma manera ante la impunidad de este espectáculo ecocida, se hace evidente la incompetencia (¿O acaso la complicidad? ), de las autoridades responsables de proteger el equilibrio ecológico, dado que aún estando prohibido y penado por las leyes ambientales, los “rapamontes” siguen talando bosques, aún en áreas protegidas como lo son la reserva del parque “Izta-Popo” en el Estado de México, y la correspondiente a la “Reserva de la Biosfera” de los Tuxtla en el Estado de Veracruz, por citar un par de ejemplos solamente, ante esto la ciudadanía conciente y preocupada por este problema se pregunta.... ¿Y nuestros políticos que están haciendo al respecto?.... ya que al parecer solamente se interesan en la búsqueda de votos para ser electos (en cualquiera de los “huesos” disponibles), y así tener al alcance el jugoso botín de enseñorear puestos públicos,

¿Y los encargados de defender los derechos humanos?.....  ¿Acaso no se darán cuenta de que los derechos humanos se acabarían si llegaran a desaparecer los seres humanos..... ¿O quizá para ellos la vida no es el “derecho humano” por excelencia, fundamental y más importante que estar protegiendo a los “pobres e indefensos delincuentes?

Esta conducta suicida absurda que se está siguiendo de manera compulsiva, por quienes estúpidamente persiguen la acumulación de riquezas destruyendo el único hábitat disponible (por hoy), y que hace posible su existencia misma, parece calcada de la llamada “Pulsión de muerte”, que según el padre del Psicoanálisis Sigmund Freud yace latente en el inconsciente del hombre como característica innata, que además también es planteada por  a uno de sus más distinguidos discípulos, Carl Gustav Jung, forma parte de lo que él bautizó con el nombre de “inconsciente colectivo”, esto es, una pulsión compartida en mayor o menor grado, por todos los seres humanos.

De ser verdadero lo anterior, nos explicaría el porqué individualmente los seres humanos son capaces de entender los razonamientos que necesariamente los debería hacer cambiar su relación hacia y con la naturaleza, volviéndola más respetuosa y conservacionista (como sería no quemar basura, no destruir árboles, no contaminar los ríos y las lagunas, no arrojar desechos al mar, no depredar especies animales, no desperdiciar el agua, etc. etc.), y que a pesar de eso, parecen incapaces de llevarlo a cabo y continúan contaminando y/o destruyendo el equilibrio ambiental que hace posible su propia vida y la sana permanencia de los seres humanos en el mundo.

Esta hipótesis es pesimista pero desgraciadamente se encuentra fuertemente avalada cuando observamos la conducta del hombre como especie..... ¡A pesar de estas evidencias desalentadoras quisiera ser optimista y pensar que estoy equivocado!.... ¡Ojalá!

Como colofón a estas digresiones pesimistas, me permito finalizar señalándole a estos modernos genocidas, que:

 "Todo hombre es libre de destruir y regalar aquello que ha construido...
pero nadie tiene derecho a destruir el patrimonio común que asegura
la existencia de las nuevas generaciones"



JMRS


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