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Deuda y complicidad


2016-09-23

Carlos Fernández-Vega, La Jornada

En la comparecencia del flamante secretario peñanietista de Hacienda (también lo fue de Calderón) no podía fallar la respuesta del manual del buen funcionario: ustedes aprobaron el actual nivel de deuda pública y el déficit en las finanzas públicas, ergo, son corresponsables y, por lo mismo, no critiquen lo que en su momento aplaudieron, bateó José Antonio Meade a los diputados que ayer lo cuestionaron en torno al deplorable estado que guarda la nación.

Y, sí, la respuesta es de manual de crisis, pero no por ella equivocada, pues los legisladores (ambas cámaras en materia de ingresos, y sólo los de San Lázaro en cuestiones presupuestales) aprueban sin chistar prácticamente todo lo que les envía el Ejecutivo, aunque ello implique masacrar a sus supuestos representados.

Ayer, algunos legisladores se animaron y preguntaron a Meade: ¿en qué se ha utilizado la deuda pública? y ¿por qué ha crecido a paso veloz y alcanza un nivel verdaderamente peligroso y costosísimo? Y la respuesta –por llamarla así– no fue el detalle, la explicación o incluso la justificación de los 9 billones de pesos que registra el saldo del débito. Nada de eso.

Con más tablas en estas artes y muchísima menos insolencia que Luis Videgaray, el nuevo secretario de Hacienda saludó de beso a las diputadas y de abrazo a los diputados preguntones, pero ni por aproximación les respondió una sola de las dudas planteadas, y cuando se vio acorralado simplemente sacó el manual: en el índice buscó respuestas de ocasión y simplemente los bateó con aquello de ustedes aprobaron.

En efecto, año tras año, desde que se tenga memoria, los levanta dedos de San Lázaro aprueban todo lo que les manda el Ejecutivo por medio de su secretario de Hacienda en turno: desde el indiscriminado aumento de impuestos, precios y tarifas del sector público, hasta el voluminoso costal de deuda a contratar en un año dado para pagar… deuda (los recortes presupuestales son cortesía de la propia dependencia del Ejecutivo), sin olvidar privatizaciones, reasignaciones, rescates privados con fondos públicos, medidas dolorosas, pero necesarias y todo lo demás. Cada año es lo mismo.

Por ejemplo, el presupuesto de egresos de la Federación para el ejercicio 2016 fue aprobado en lo general, el 12 de noviembre de 2015, por 441 diputados de los 500 que cobran en San Lázaro; sólo 38 en contra (35 de Morena y tres del PRD), siete abstenciones y un legislador que si bien estuvo presente, no votó. Así, 88.2 por ciento de la representación popular levantó el dedo por la afirmativa.

Sin lugar a dudas, el grueso de quienes votaron por la afirmativa no tenían la mínima idea de qué es lo que aprobaron (eso sí, rápidamente extienden la mano para llevarse su rebanada), pero el ejercicio se repitió en la votación del presupuesto 2015 (457 a favor, 10 en contra, 30 ausentes y uno que asistió, pero no votó), el de 2014 (466 por el sí, 18 por el no, cuatro abstenciones y 12 ausencias) y el de 2013 (460, 10, cinco y 25, en el mismo orden). Y si se consultan los resultados en Legislaturas y sexenios anteriores el resultado será exactamente el mismo. La oposición en San Lázaro sólo sirve para la foto.

Para nadie es un secreto la connivencia del gobierno federal y el Legislativo (también el Judicial, pero la tarifa es más alta). Por lo mismo, Meade ni sudó en la larga comparecencia (alrededor de seis horas) y algunos inquilinos de San Lázaro hasta le aplaudieron. Besos, abrazos y complicidad. Pero repartir culpas o demostrar corresponsabilidad en la barbarie no resuelve el problema. Exhibe a los cómplices del gobierno, sí, pero nada más, porque la deuda no deja de crecer y los intereses siguen corriendo. La bomba sigue allí y la mecha se acorta, y no será con lisonjas o bateos como se desactive.

Por otro lado, Petróleos Mexicanos fue cuestionado sobre su decisión de achicar la nómina de los trabajadores y, al mismo tiempo, agrandar la de los mandos superiores. La siguiente es la respuesta de la ex paraestatal. Va, pues:

“A partir de la llegada de la nueva administración (la de José Antonio González Anaya) de Petróleos Mexicanos, en febrero de este año, se ha hecho una revisión a fondo de las estructuras gerenciales creadas en el último trimestre de 2015 (en tiempos de Emilio Lozoya). La reducción real en plazas de mandos superiores (que incluyen subgerentes, gerentes, subdirectores y directores) ha sido de 355 plazas, equivalente a 27 por ciento, al pasar de mil 312 a 957 al cierre de agosto de 2016. El esfuerzo de revisión y compactación de las estructuras de las empresas productivas subsidiarias (EPS) así como del corporativo continuará, por lo que se estima una reducción aún mayor en estos niveles de plazas.

“Por lo que se refiere al incremento salarial otorgado a los trabajadores para el próximo año, fue de 3.17 por ciento, el más bajo en los últimos años. Aún con este incremento, la programación del gasto en servicios personales para 2017 refleja una disminución. El Proyecto de Presupuesto para 2016 se realizó con información al cierre de junio de 2015 y se aprobó en noviembre de ese mismo año, cuando todavía no se creaban las EPS. Estas fueron formalizadas en el consejo de administración de Pemex en el último trimestre de 2015.

“La creación y formalización de las siete EPS (Exploración y Producción, Transformación Industrial, Perforación, Logística, Cogeneración, Fertilizantes y Etileno), implicó la creación de direcciones generales, subdirecciones y gerencias para su operación. El envío de la información para el armado del presupuesto 2017 se realizó con información vigente a junio del presente año, cuando aún no se oficializaban los ajustes derivados del proceso de revisión de estructura y compactación de mandos iniciado por la actual administración.

Como resultado, lo que pareciera ser un incremento en el número de plazas de mandos superiores para 2017 es en realidad un desfase entre los tiempos de elaboración y aprobación del presupuesto de egresos 2016, la formalización de dichas empresas subsidiarias a finales del año pasado y el reporte de ajustes en la estructura para la elaboración del proyecto de presupuesto para 2017. Así, Pemex mantendrá el programa de ajuste presupuestario anunciado a principios de año. Servidos.

Las rebanadas del pastel

Como parte de su lucha contra la inflación, el gobierno de la República emitirá un decreto para prohibir a los mexicanos su derecho a enfermarse, porque los precios de las medicinas podrían aumentar 35 por ciento como resultado de la devaluación del peso, que no tendrá efectos internos (no recuerdo si lo dijo Andrea Legarreta o Luis Videgaray).



JMRS


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