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Los grandes cambios del mercado ponen en aprietos a las empresas de bienes de consumo


2017-02-17

Por Brian Blackstone, The Wall Street Journal

VEVEY, Suiza— Nestlé SA suspendió su meta de crecimiento anual de ventas al menos durante los próximos tres años, en momentos en que el gigante suizo de alimentos procesados lucha junto al resto del sector contra una inflación sumamente baja y los rápidos cambios en los gustos de los consumidores.

Los gigantes mundiales de bienes de consumo, que antes estaban mayormente aislados de las veleidades de la coyuntura económica, han tratado de incrementar sus ventas para combatir una serie de escollos. El escaso crecimiento de las ventas en los últimos años ha obligado a Procter & Gamble Co. a reducir costos y operaciones. Hace unos días, sin ir más lejos, el fondo activista Trian Fund Management LP anunció que había adquirido una participación en P&G, realzando la urgencia de una reestructuración.

Unilever PLC, en tanto, divulgó el mes pasado una desaceleración de las ventas subyacentes, un indicador que no toma en cuenta los efectos del tipo de cambio y las adquisiciones. Kraft Heinz Co., por su parte, dijo el miércoles que contempla más ahorros que los proyectados previamente ante el decaído crecimiento de los ingresos.

Cada compañía afronta desafíos distintos en una serie de mercados y categorías de productos. Todas, sin embargo, se ven afectadas por dificultades similares que escapan de su control: una férrea competencia en muchos de sus mercados más importantes, giros violentos en las divisas que han afectado sus costos, dificultad para elevar los precios en un entorno caracterizado por una inflación baja y gustos cambiantes de los consumidores.

En el caso de empresas como Nestlé, más concentradas en los alimentos envasados, los consumidores demandan productos más saludables que no han sido motores de ventas.

En medio de esos desafíos, Mark Schneider, presidente ejecutivo de Nestlé, anunció el jueves la suspensión de la meta de aumento orgánico de las ventas —que no incluyen fluctuaciones cambiarias, adquisiciones y desinversiones— de entre 5% y 6% al año, que la empresa no estuvo ni cerca de cumplir en 2016 y otros años. El fabricante de la leche Nido, el café instantáneo Nescafé y los alimentos para mascotas Purina, entre otras marcas, reportó el jueves que las ventas orgánicas apenas subieron 3,2% el año pasado, un descenso frente al 4,2% de 2015.

Se trata del cuarto año consecutivo que la empresa no cumple su objetivo de ventas así como del crecimiento más magro desde que Nestlé fijó la meta hace dos décadas.

Nestlé había pasado a ser en los últimos años una especie de modelo que todas las empresas de productos de consumo pretendían emular debido a su buen desempeño después de la crisis financiera de 2008. En los últimos meses, no obstante, su acción ha estado por debajo de las de otras empresas del rubro y el año pasado registró un descenso de más de 2%, comparado con un alza de 7,4% del índice de bienes de consumo europeos del Stoxx 600.

Schneider, quien asumió la presidencia ejecutiva el 1 de enero, sostuvo que el nuevo objetivo más flexible de la compañía era lograr un crecimiento orgánico de alrededor de 5%, en lugar de la meta específica de entre 5% y 6%. El nuevo objetivo más impreciso, en todo caso, sólo será considerado a partir de 2020. “Es una suspensión de ese modelo”, dijo Schneider en una entrevista. En los próximos tres años, “no queremos medirnos contra eso”, explicó.

El ejecutivo añadió que Nestlé necesita “tiempo para abordar algunas de las tendencias deflacionarias que estamos observando y también necesitamos tiempo para adaptarnos a algunos de estos cambios muy fundamentales que hemos presenciado en la industria de bienes de consumo”.

Schneider manifestó que salir de compras no arreglará la situación. Nestlé no está en busca de una adquisición importante en un futuro cercano, subrayó, aludiendo a las “valuaciones bastante elevadas” en el sector. En lugar de ello, la empresa dijo que profundizará las reducciones de costos, lo que “aumentará los costos de reestructuración en forma considerable”, con el fin de conservar su rentabilidad.

Nestlé se ha movido en varios frentes para ajustar sus líneas de productos a los gustos de los consumidores. Ha eliminado el contenido de azúcar y cambiado la estrategia publicitaria de Nesquik, además de implementar nuevas recetas en su filial de alimentos congelados. La empresa ha realizado grandes inversiones en nutrición y ciencias de la salud. La división, que aportó 17% de las ventas el año pasado, sigue siendo pequeña comparada con negocios tradicionales como los de bebidas y alimentos preparados.

El nombramiento de Schneider —que proviene de la firma alemana de salud Fresenius SE— como presidente ejecutivo resalta la urgencia de hacer cambios. Se trata del primer ejecutivo externo en dirigir el grupo en casi un siglo y aporta su amplia experiencia en el rubro de la salud, donde Nestlé divisa su futuro. “En general, la participación de estos productos en el tiempo aumentará”, dijo.

Es poco probable que se produzca una mejoría pronunciada en 2017, sin embargo, un año en el cual Nestlé prevé un aumento en sus ventas orgánicas de entre 2% y 4% .

La compañía anunció el jueves que sus ventas ascendieron a 89.470 millones de francos suizos (unos US$89,000 millones), una leve alza frente a 2015 pero un poco por debajo de las estimaciones de los analistas.

La ganancia neta, a su vez, llegó a 8,500 millones de francos, una cifra inferior a las ganancias de 9,100 millones de francos de 2015 y muy por debajo de los 9,500 millones de francos que aguardaban los analistas. La ganancia del año pasado se vio afectada por un cargo contable de cerca de 500,000 francos vinculado con impuestos locales.



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