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Un error y la política marcan a los Oscar 2017


2017-02-27

James Poniewozik, The New York Times

Después de la elección presidencial estadounidense de noviembre, no deberíamos haber asumido que el resultado que parece seguro lo será.

De nuevo, ahora en los Premios de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas, una noche larga dio paso a una sorpresa inolvidable. La La Land fue anunciada como la película ganadora, como se esperaba, y el equipo detrás del filme estaba en medio de sus discursos de agradecimiento cuando hubo una conmoción.

La La Land no había ganado después de todo. Fue anunciado como tal debido a un error en los sobres entregados a los presentadores, Warren Beatty y Faye Dunaway, pero el verdadero triunfo era para Luz de luna. El resultado presentado en televisión en vivo hizo que valiera la pena haber estado sentados frente a la televisión para una ceremonia de premiación muy larga.

Luz de luna, la historia de un hombre afroamericano homosexual, ganó tres estatuillas en total, incluido mejor actor de reparto y guion adaptado. La La Land terminó con seis estatuillas: director, actriz principal, fotografía, diseño de producción, música y canción.

“Ni en mis sueños esto podría ser verdad”, dijo Barry Jenkins, el director de Luz de luna. “Pero al diablo con los sueños, eso qué, porque esto es verdad”.

El revés de fortuna se dio después de una noche de celebración y de política con referencias, tanto explícitas como implícitas, al hombre cuyo triunfo en noviembre fue igual de sorprendente, el presidente Trump. De hecho, el anfitrión Jimmy Kimmel le dio las gracias desde el discurso inaugural: “¿Se acuerdan que el año pasado parecía que los Oscar eran racistas?”, dijo.

Fue apenas hace un año que se desató la controversia de los #OscarsSoWhite por la falta de diversidad de los nominados en las categorías de actuación. Este año, con nominados de varias minorías y entre la controversia por medidas calificadas de xenófobas en todo el país, la industria fílmica quería dirigir el vituperio hacia fuera.

En años anteriores, los Oscar han sido una mezcla de celebración con seriedad. En esta ocasión, también fueron un recordatorio de que en la actualidad hay pocas oportunidades para escaparse de la política.

Aunque, dada la historia exclusivista de los premios, quizá los mayores argumentos políticos sobre quién merece entrar a Estados Unidos o a quién le pertenece la cultura, fueron los mismos premiados.

Entre los demás ganadores está la actriz afroamericana de 51 años Viola Davis, quien obtuvo su primer Oscar por su papel en Fences después de tres nominaciones. Mahershala Ali, de Luz de luna, se convirtió en el primer hombre musulmán en ganar una estatuilla, como actor de reparto. Alessandro Bertolazzi, nacido en Italia, dedicó su premio por el maquillaje en Escuadrón suicida “a todos los inmigrantes”.

El mexicano Gael García Bernal aprovechó que presentaba el premio a mejor película animada (Zootopia, una alegoría con animales sobre combatir la xenofobia) para declarar que está en contra de “cualquier forma muro que busque separarnos”.

No estuvo presente el director iraní Asghar Farhadi, cuyo filme The Salesman ganó mejor película extranjera, porque boicoteó la ceremonia en protesta por el veto de Trump contra viajeros de siete países de mayoría musulmana. Pero mandó una declaración que fue leída en su nombre: “Dividir al mundo entre nosotros y nuestros enemigos crea miedo, una justificación engañosa para la agresión y la guerra”.

Al final, la ceremonia sin duda será divisiva, porque ¿qué no lo es hoy en día? Parece que ya nadie tiene derecho a ver una ceremonia de premiación libre de declaraciones políticas. Pero durante la presidencia de alguien que se dio a conocer por ser el conductor de El aprendiz y El aprendiz: celebridades es difícil argumentar que las estrellas que desfilaron por la alfombra roja deberían ser apolíticas.



yoselin


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