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El nuevo modelo educativo abre la puerta al emprendimiento en las escuelas de México


2017-03-17

Sofía Macías, El País

¿Cómo serían nuestras finanzas personales, cuántos negocios más prosperarían y cómo estaría creciendo la economía del país si hubiéramos recibido clases de educación financiera y emprendimiento en la escuela? La respuesta quizás la vivirán los niños que entren a la escuela a partir del verano del 2018.

A inicios de esta semana se presentó el Nuevo Modelo Educativo de la Secretaría de Educación Pública de México (SEP), que entrará en vigor en agosto 2018 en todas las escuelas de educación básica y pretenden mejorar la calidad de la educación al enfocar las técnicas de enseñanza en habilidades de pensamiento y análisis, en lugar de basarse en la memorización, optimizar los recursos que se destinan a la educación y adecuar la educación nacional a la realidad, integrando nuevos temas.

Uno de los elementos de este nuevo modelo que menos se han comentado es que abre la puerta a que la educación financiera y el emprendimiento formen parte de las materias que se pueden impartir en las escuelas.

¿Cómo funciona esto? El modelo tiene un componente que denominado “autonomía curricular”, por el que las escuelas podrán elegir qué contenidos impartir en un porcentaje del número de horas de clase, para preparar a los estudiantes mejor de acuerdo con su contexto específico. El porcentaje de horas variará en función del grado escolar y tipo de escuela.

Dentro de la autonomía curricular se pueden impartir materias para profundizar en los aprendizajes clave –por ejemplo, lectura o matemáticas–, o incorporar nuevos conocimientos como ajedrez, robótica, contenidos regionales, proyectos de impacto social, educación financiera y emprendimiento.

Las escuelas privadas tradicionalmente han incluido actividades de forma extracurricular, como una forma de aumentar su atractivo y tienen más posibilidades de integrarlas al ofrecer un horario extendido. El mayor cambio de la autonomía curricular será para las públicas, que dados sus cortos horarios pocas veces pueden hacerlo.

En cualquiera de los casos, la autonomía curricular permite integrar nuevos temas y actividades de forma más estructurada y tomar en serio la misión de educar a niños para el futuro y no solo para el presente o ¡peor! Para el pasado.

¿Cuándo inició el tema de la educación financiera y emprendimiento en las escuelas en el mundo?

Dadas nuestras casi nulas capacidades para manejar el dinero cuando llegamos a la vida adulta, en distintas épocas se ha hablado de integrar la educación financiera y el emprendimiento en las escuelas, pero la crisis financiera global del 2008 fue el gran parte aguas en el que se empezó a pensar seriamente que los nuevos entornos económicos, los productos financieros más sofisticados y el aumento de los riesgos a los que hoy nos enfrentamos demandan educación financiera.

La OCDE inició los trabajos de un módulo opcional de la prueba PISA –la misma que mide las capacidades en lengua y matemáticas–, pero para educación financiera también por esas fechas.

En la primera medición del 2012 los resultados de los chicos de los países que participaron –México aún no lo ha hecho– enfatizaron la necesidad de incluir estos temas en la escuela:

Solo 10% de los estudiantes pudieron analizar productos financieros complejos y resolver problemas financieros no rutinarios.

Y únicamente 15% de los estudiantes pueden hacer decisiones financieras sencillas sobre gastos cotidianos y reconocer documentos financieros como facturas.

Yo dudo que los adultos pudiéramos tener más altos conocimientos, especialmente cuando 43% de los mexicanos gastan más de lo que ganan, de acuerdo con una encuesta de Condusef; si el 51% de los usuarios de tarjetas de crédito se endeudan con ellas y pagan tasas de 11.4 a 55% anual, según los indicadores de tarjetas de Banco de México, y si el ahorro voluntario para la jubilación apenas representa el 1.02% de los recursos que resguardan las administradoras de fondos de ahorro para el retiro (afores).

Creo que queda clara la necesidad de que la educación financiera y el emprendimiento sea algo que aprendamos en las familias y en las escuelas si queremos romper el ciclo de desigualdad, bajos ingresos, bajo ahorro, endeudamiento y alta mortalidad de las nuevas empresas de los países emergentes.

Ojalá muchas escuelas aprovechen en este sentido la autonomía curricular que el nuevo modelo ofrece, pues está en juego el futuro económico de la siguiente generación de mexicanos.

Sofía Macías es especialista en educación financiera, autora de la serie de libros Pequeño Cerdo Capitalista.



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