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Aaron Hernandez no pudo dejar atrás su pasado


2017-04-19

Bill Pennington

Este fragmento es de un artículo que se publicó originalmente en 2015, después de que Aaron Hernandez fuera condenado por homicidio. Este 19 de abril, el exjugador de los Patriotas de Nueva Inglaterra fue hallado muerto en su celda en un aparente suicidio.

Aaron Hernandez nació el 6 de noviembre de 1989 y creció en la ciudad industrial de Bristol, Connecticut, donde pasó su juventud en un pequeño pueblo rodeado por criminales de poca monta que soñaban con mejores tiempos en la región de Nueva Inglaterra.

Aunque sus amigos eran bandidos, él logró salir de ese entorno con un boleto dorado: a los 17, su escuela le permitió graduarse antes de la preparatoria y se mudó a la Universidad de Florida como recluta estrella del equipo de fútbol americano. Pocos años después, era uno de los astros de los Patriotas de Nueva Inglaterra con una enorme mansión en los suburbios de Massachusetts.

Dejó atrás el vecindario de Bristol y un hogar en el que, cada tanto, se producían situaciones violentas. Pero, en realidad, nunca escapó de su pasado.

En abril de 2015, fue condenado a cadena perpetua por homicidio de primer grado por asesinar a un conocido, Odin Lloyd, quien era un jugador semiprofesional de Boston.

Lloyd falleció por dos disparos al pecho a menos de dos kilómetros del hogar de Hernandez.

En Bristol Aaron era conocido como el hijo de Dennis Hernandez, un héroe local que había sido un atleta condecorado de la Universidad de Connecticut. Su padre, según amigos y compañeros de Hernandez, estaba incómodo con las amistades del exjugador y procuraba mantenerlos a raya. Hasta que falleció en 2006 por complicaciones durante una cirugía.

Para ese entonces, Hernandez ya había llamado la atención de reclutadores de fútbol americano en todo Estados Unidos. Aunque se mudó a Florida, nunca perdió el contacto con los rufianes que eran sus amigos de la juventud; tampoco cuando ya era jugador de los Patriotas.

En su primer año en la universidad, fue cuestionado por la policía por pelearse a golpes con el portero de un bar y por su posible participación en un ataque armado contra dos hombres, según el diario The Orlando Sentinel. En su segundo año, antes del primer partido de la temporada, reconoció que había salido positivo en pruebas de antidopaje.

Eso lo ubicó al final de la lista de reclutas; los Patriotas lo eligieron en la cuarta ronda pese a varios reportes de otras pruebas de antidopaje positivas.

Mientras tanto, en Bristol, su madre fue atacada con un cuchillo por el padrastro de Hernandez, quien terminó en prisión.

Durante sus temporadas con los Patriotas, Hernandez seguía juntándose con sus amigos de Bristol, ubicada a menos de dos horas en auto del estadio del equipo.

En el juicio en su contra, el dueño del equipo, Robert K. Kraft, testificó y le extendió su contrato. Hernandez dijo que ese anuncio le provocó lágrimas y que se sentía protegido “al modo patriota”.

La madrugada del 19 de abril, fue descubierto en su celda por los funcionarios penitenciarios del Centro Correccional Souza Baranowski tras haberse colgado, según el departamento carcelario de Massachussets.



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