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Consejos para ser ecoturista�


2017-06-02

 

Elaine Glusac, The New York Times


Las Naciones Unidas proclamaron el 2017 como el Año Internacional del Turismo Sostenible para el Desarrollo, con la finalidad de promover un cambio positivo en los viajes en relación con la inclusión social, la protección ambiental y la igualdad económica.

Pero ¿eso qué significa para el viajero común y corriente que está planeando sus vacaciones de verano? Que hay que hacer tarea. Aunque este año la ONU tienen una lista de foros, charlas y conferencias sobre turismo sostenible, serán los viajeros quienes tendrán que decidir entre las buenas y malas prácticas, si ser indiferentes o absolutamente cínicos.

“El problema con los consejos de viajes es que requieren un poco de trabajo”, comentó Martha Honey, directora ejecutiva de Center for Responsible Travel (Crest), una organización sin fines de lucro en Washington. “No hay una página web única y confiable que lo abarque todo. Se requiere algo de investigación, pero eso puede ayudar a enriquecer el viaje porque aprendemos sobre el destino a medida que investigamos”.

La sostenibilidad es un término de amplio espectro que está relacionado con la economía, las comunidades y el medio ambiente. Al hacer planes hay que pensar en estos tres aspectos.

Transporte

Según la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos, el transporte representa el 27 por ciento de las emisiones anuales de gases de efecto invernadero, que son los que atrapan el calor y calientan al planeta. El transporte, que incluye todo desde el traslado de alimentos hasta los viajes compartidos en automóvil, ocupa el segundo lugar de esas emisiones, solo por debajo de la producción de electricidad.

El remedio no es dejar de viajar sino “hacerlo de forma más inteligente”, comentó Honey. “Hay que buscar máquinas más grandes y que usen el combustible de manera más eficiente. Traten de viajar sin hacer escalas. Subir y bajar genera más emisiones. Además, hay alternativas como los trenes y autobuses por las que pueden optar. Traten de no tomar vuelos para recorridos cortos”.

Algunas líneas aéreas como United Airlines y compañías que organizan travesías como AdventureSmith Explorations ofrecen calculadoras de huellas de carbono en sus sitios web que permiten a los viajeros determinar el impacto de su viaje y hacer una donación proporcional en sus páginas web para los proyectos de reducción de carbono, como la agricultura eólica y la reforestación. La compañía turística británica Wild Frontiers ya incluye una cuota para compensar las emisiones de carbono en sus tarifas aéreas.

Los costos dependen de los programas que apoyan. En United, el viaje redondo de casi 7300 kilómetros entre Buenos Aires y Ciudad de México puede compensarse actualmente con una donación de 16,62 dólares a un proyecto de agricultura eólica, o 19,94 para ayudar a proteger un bosque en Perú.

Natural Habitat Adventures, que se especializa en excursiones en entornos naturales, incluye en sus precios el costo de compensar las emisiones de carbono del viaje por tierra —desde transferencias del aeropuerto hasta la electricidad utilizada en el hotel—. Se invita a compensar las emisiones del transporte aéreo, pero esto es opcional.

“La compensación de las emisiones de carbono es una forma creativa de impulsar el financiamiento a los grandes proyectos de conservación que ayudan a la Tierra”, explicó Ted Martens, vicepresidente de mercadotecnia y sustentabilidad de Natural Habitat.

Operaciones amigables con el ambiente

Al igual que Natural Habitat, la compañía de recorridos Intrepid Travel también compensa las emisiones de carbono de sus operaciones tanto en los viajes como en sus oficinas. Sin embargo, en el caso de viajeros en solitario, seleccionar hospedaje y actividades sostenibles sigue siendo una tarea que va más allá de los certificados y la evaluación de promesas ecológicas.

Costa Rica y Australia se encuentran entre los países que certifican cuán ecológicos son sus hoteles y atracciones turísticas.

Costa Rica, por ejemplo, le otorga una hoja verde, el reconocimiento mínimo, a un programa de natación con delfines, y cinco, el premio máximo, al operador ecológico de recorridos Osa Wild.

Para evaluar un programa de certificación, asegúrate si ya lo revisó el Consejo Mundial de Turismo Sostenible, un organismo independiente sin fines de lucro que estableció las normas para la sustentabilidad en los viajes. “Son como una especie de policías de la industria del turismo sostenible”, explicó Honey.

Responsible Travel, una agencia británica que se especializa en las vacaciones sostenibles, otorga los Premios de Turismo Responsable con el Mundo que son otra buena fuente para descubrir operadores ecológicos.

Al buscar un hotel, los viajeros deben preguntar sobre prácticas ambientales. Alila Hotels & Resorts en Bali se propone estar libre de desechos para julio. Inkaterra compensa el impacto de sus hoteles en Perú al invertir en la protección de 16,9 hectáreas de bosque, entre otros programas. Cayuga Collection, que administra ocho hoteles en Costa Rica y Nicaragua, ofrece recorridos de sostenibilidad por la trastienda, una zona del hotel que los huéspedes no suelen ver. En Lapa Rios de Costa Rica, alimentan a cerdos con los restos del restaurante y producen biogás, que se utiliza en algunas de las estufas de la cocina.

“Reciclar es el último recurso, y se hace únicamente si la generación de desechos fue inevitable,” dijo Hans Pfister, uno de los propietarios de Cayuga Collection, que prohíbe las botellas de plástico y los popotes en sus propiedades. “Los lugares remotos no son capaces de lidiar con la basura plástica porque no cuentan con la infraestructura”.

Impacto social

Los operadores de turismo ecológico se interesan cada vez más en el factor humano o el impacto en los residentes del lugar. ¿Los lugareños trabajan en la compañía de viajes? ¿El hotel es de propiedad local y por lo tanto el dinero que produce se queda en la comunidad en lugar de enviarse a oficinas centrales en el extranjero? ¿Los negocios turísticos apoyan proyectos ambientales o educativos? ¿Los empleados tienen un sueldo decente? ¿Qué pueden aprender los viajeros de los residentes y viceversa?

“Estamos acostumbrados a hablar sobre cuál es nuestra huella de carbono, pero ¿cuál es la huella que dejamos nosotros?”, preguntó Pfister. “La huella que dejamos es pasar dos horas interactuando con una comunidad o comprando arte directamente a la persona que lo produce, no en una tienda de regalos que tiene un tucán tallado hecho en China. Tu huella puede ser tomar un recorrido de pesca local o dejar una buena impresión. Todo tiene que ver con crear relaciones”.

Desde la perspectiva social, los operadores de ecoturismo esperan que los viajeros regresen a casa no solo con fotografías maravillosas, sino también con nuevas prácticas de reducción de desechos, el fervor por la conservación que pueden compartir con sus amigos y la determinación de apoyar a organizaciones como el Fondo Mundial para la Naturaleza.

“Nuestra mayor oportunidad es poder influir en los viajeros y usar esas experiencias para inspirarlos”, comentó Martens de Natural Habitat Adventures.



yoselin


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