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Univisión fortalece su división de noticias para cubrir a Trump�


2017-06-19

Jim Rutenberg, The New York Times


DORAL, Florida — Hace unas semanas empezó a correr un rumor entre la comunidad hispana del noreste de Miami por medio de mensajes de WhatsApp: agentes del Servicio de Inmigración y Aduanas estaban subiendo a los migrantes indocumentados a unos autobuses para detenerlos. Parecía que había llegado la “fuerza de deportación” que prometió el presidente Donald Trump durante la campaña.

Eso despertó el miedo entre muchas personas que acudieron a la fuente de información en la que realmente confían: Univisión, la televisora en español que se ha dedicado a monitorear cómo Trump cumple con sus promesas de realizar deportaciones masivas.

Los periodistas de las oficinas centrales de Univisión salieron a las calles, llamaron a sus contactos y analizaron una fotografía del supuesto autobús del Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE, por su sigla en inglés). Descubrieron que no se estaba realizando una redada; la imagen era de 2014.

Univisión promovió en Facebook y Twitter publicaciones en las que desmentía el rumor; en su sitio web puso un artículo con más detalles y produjo un video para la televisión. Cuando surgió otro rumor en Los Ángeles, unos días después, volvió a hacer lo mismo.

Solo fue un día más de cobertura del gobierno de Trump para Univisión Noticias.

Quizá hayan escuchado el argumento de que esta es una era dorada para el periodismo. En el caso estadounidense, The New York Times y The Washington Post compiten por primicias como si fuera la era de Nixon y Watergate; un público hambriento de información ha disparado las tasas de suscripción y de audiencia televisiva.

Pero esa historia no se puede contar por completo si no incluye a Univisión Noticias, uno de los ejemplos más claros de una organización noticiosa cuyo trabajo ha estado a la altura.

Es la principal fuente de noticias para los hispanos en Estados Unidos —tanto ciudadanos como no ciudadanos— y su audiencia tiene un interés casi existencial en las medidas impulsadas por el gobierno de Trump, debido a sus promesas de quitarle fondos federales a las llamadas ciudades santuario o la revocación del programa DAPA de Obama que protegería contra la deportación a los padres indocumentados de ciudadanos. La noche del 15 de junio, Univisión fue el primer medio en reportar que el Departamento de Seguridad Nacional eliminó DAPA.

Univisión Noticias tiene sus propios antecedentes con el presidente. El conductor mexicano Jorge Ramos fue el primer periodista expulsado de un evento de Trump durante la campaña después de una disputa verbal en una conferencia de prensa en 2015. Para ese entonces la empresa matriz del medio ya había tenido disputas con Trump por sus declaraciones de que México enviaba drogas, crimen y violadores a Estados Unidos (Univisión cesó el contrato para la transmisión de los desfiles de belleza de Trump, mientras este respondió con una demanda y una carta en la que decía que el personal de Univisión ya no puede ir a sus campos de golf).

El resultado de la elección estadounidense hizo que las apuestas fueran mayores.

“Por un lado, sabíamos que iba a tener un impacto terrible en la comunidad hispana en Estados Unidos”, dijo el colombiano Daniel Coronell, director de la División de Noticias, desde su oficina con vista a la redacción central.

Pero también se dieron cuenta de que las noticias para ellos ahora serían cuestión “de la supervivencia y permanencia de los miembros de la comunidad”. Univisión estaba lista para cumplir con el reto como quizá no lo habría estado hace unos años.

Coronell fue una de las primeras contrataciones del también colombiano Isaac Lee, que en 2010 fue nombrado como director general de Contenidos de Univisión —ahora con un dueño relativamente nuevo, un grupo encabezado por el inversor mediático y donante de campañas demócratas Haim Saban— con la instrucción de construir una redacción más grande y mejor.

En ese momento, la división de informativos dependía en buena medida de programas como “Noticiero Univisión”, con Ramos y María Elena Salinas como conductores, pero fuera de eso “no había reporteo; usaban cables e imágenes y así armaban el noticiero”, dijo Lee.

Primero puso en marcha unidades de investigación y documentales. Por su tiempo como periodista en Colombia, donde su trabajo vinculó a integrantes del Cartel de Cali con funcionarios de alto rango del gobierno y los forzó a renunciar, Lee sabía algo que sus competidores en Estados Unidos no: algunos de los reporteros más valientes habían sido marginados, empujados fuera de sus redacciones o de sus países natales por exponer verdades incómodas.

Coronell, por ejemplo, huyó hacia Estados Unidos desde Colombia tras recibir amenazas de muerte muy detalladas en contra de su hija de seis años de edad. El vicepresidente sénior de Comunicaciones Estratégicas, José Zamora, se crió en Guatemala ante constantes amenazas por el trabajo de su padre, un periodista que reveló varios casos de corrupción gubernamental. Zamora siguió el ejemplo de su papá al incursionar en el periodismo, pero decidió que Estados Unidos sería un mejor lugar para criar a su hijo por una experiencia en 2003, cuando presuntas fuerzas de seguridad lo retuvieron a él, a sus padres y a sus hermanos durante varias horas. “Pensamos que nos iban a matar”, dijo Zamora.

La mayoría del talento nuevo que ha llegado a Univisión lo ha hecho desde Venezuela, donde el trato del gobierno de Nicolás Maduro hacia los medios y la compra de algunas empresas mediáticas por aliados del presidente ha puesto en peligro a varios reporteros o ha acallado su trabajo.

Entre el grupo están Tamoa Calzadilla, quien perdió su trabajo en Último Noticias tras acusar censura por reportar la muerte de manifestantes presuntamente a mano de las fuerzas de seguridad, y Nathalie Alvaray, quien dejó la misma organización por su frustración con esta.

Sus contrataciones son parte del esfuerzo más reciente de expandir Univisión y reforzar su enfoque hacia un periodismo digital, bajo la dirección del exsubdirector de El País, Borja Echevarría.

Con un equipo que incluye a 75 personas contratadas durante los últimos dos años, Echevarría ha lanzado nuevas unidades para proyectos de investigaciones especiales, podcasts, periodismo de datos, video pensado para teléfonos móviles y gráficos.

Prácticamente todas las redacciones en las que se lleva a cabo la transición hacia lo digital han construido equipos similares con el fin de producir periodismo de nuevas maneras. Pero en Univisión el esfuerzo es impulsado por una urgencia respecto a su propósito como medio.

Una de sus publicaciones digitales más compartidas este año explica qué papeles deben tener siempre a la mano los migrantes tanto legales como irregulares en caso de redadas o detenciones.

Durante mi visita a la redacción, Almudena Toral, la directora de Video Digital, estaba editando un segmento —animado por un diseñador venezolano recién llegado— que, me explicó, buscaba responder a la pregunta: “¿Qué pasa si el ICE llega a mi casa?”.

Unos cuantos escritorios después, el equipo de Periodismo de Datos estaba por terminar un análisis estadístico sobre la falta de representantes legales para las personas indocumentadas que se presentan ante jueces migratorios.

Luego estaba el equipo de Verificación de Información, el primero de su tipo que trabaja en español en Estados Unidos. No le ha faltado trabajo, conforme se esparcen falsedades sobre el tema migratorio incluso dentro de agencias del gobierno, como la aseveración de Trump de que votaron millones de indocumentados en noviembre pasado.

Es un ambiente al que muchos periodistas de Univisión dicen estar acostumbrados. Durante la campaña, cuando los partidarios de Trump le gritaban a reporteros que “Dijeran la verdad”, era como lo hacían los simpatizantes de Hugo Chávez, me contó el editor fotográfico David Maris. Lo mismo sucede ahora que Trump es presidente y tiende a atacar a los medios y a quienes trabajan en ellos.

“A cada investigación en Colombia o Guatemala o México”, me dijo Coronell, “le sigue el ‘Este periodista tiene su agenda propia, quiere afectar a mi gobierno’ o ‘Esas son noticias falsas'”.

“Muchos de nosotros ya vimos esta película, solo que estaba en español”.

Coronell destacó que es importante defender la libertad de prensa y los derechos humanos tal como los reconoce la Constitución estadounidense.

“Es decisivo para nosotros que la gente conozca sus derechos y sus posibilidades”, dijo Coronell. “Y estamos trabajando todo el tiempo para usar herramientas de periodismo de investigación para darle a nuestra comunidad una mejor información”.

Es una comunidad muy expuesta a la desinformación, como los rumores sobre redadas, lo que implica que “la gente no sale de su casa para ir a hacer el súper o para llevar a sus hijos a la escuela”, dijo el presidente de la Federación Hispana, José Calderón. Calificó a Univisión como “un salvavidas”.

Ese papel también desata acusaciones de que el medio es más una organización de activismo que informativa, algo que rechazan en la redacción.

“Cuando se trata de temas relacionados con la corrupción o abusos a los derechos humanos, eres un contrapoder”, dijo Zamora. “Y eso no significa que eres un activista. De eso se trata el periodismo”.



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