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Los musulmanes vuelven a rezar en Al Aqsa tras dos semanas de disturbios


2017-07-27

SAL EMERGUI / El Mundo

"La situación ha vuelto a como estaba antes. Los musulmanes volvemos a rezar en el interior de Al Aqsa. Estamos satisfechos de que Israel haya retirado todos los medios de registros en la entrada", ha anunciado el Mufti de Jerusalén, Mohamed Hussein horas después de que la Policía israelí completara el desmantelamiento de todas las medidas de seguridad en los accesos de la Explanada de las Mezquitas ordenadas tras el asesinato de dos agentes el pasado 14 de julio.

"Alá Akbar! Alá Akbar!", gritaron miles de eufóricos palestinos esta madrugada mientras los funcionarios israelíes retiraban algunas vallas de metal y estructuras para cámaras. La Policía israelí ha confirmado que "se han vuelto a las medidas que estaban antes del ataque terrorista". Para los grupos palestinos Hamas y Al Fatah, que ayer pidieron otro "viernes de la Ira", se trata de "una victoria histórica del pueblo palestino".

El rezo masivo este jueves en Al Aqsa -por primera vez en dos semanas y también pedido esta mañana por el presidente palestino Abu Mazen- supone el fin de las protestas en la Ciudad Vieja y puede cerrar un tenso periodo con disturbios y atentados que, debido a que contenían el elemento religioso, han hecho temer del estallido de una ola de violencia de grandes dimensiones.

La llamada 'Crisis Al Aqsa' o 'crisis de los detectores de metales' se inició con los disparos de tres árabes israelíes que saliendo de una de los accesos de la Explanada de las Mezquitas asesinaron a dos policías israelíes drusos. La respuesta de Israel fue cerrar dos días el Noble Santuario (para el Islam) o Monte del Templo (para el judaísmo que lo considera el más sagrado) y, en la reapertura, colocar arcos de seguridad alegando su importancia para evitar ataques y entrada de armas en el recinto. "Hay detectores de metales en la entrada del Muro de Lamentaciones y otros lugares sagrados sin que provoquen violencia", dijeron desde el Gobierno de Benjamín Netanyahu pese a que el servicio secreto interno israelí recomendó no colocar los arcos de seguridad por temor a disturbios. Dos semanas después, el número de anuncios de posibles ataques contra israelíes se ha multiplicado en las redes sociales.

Para el liderazgo palestino, el Wakf (ente jordano que rige la Explanada que alberga la Cúpula de la Roca y la Mezquita Al Aqsa) y la Liga Árabe, las medidas israelíes fueron "una violación del Statu Quo" en una zona ocupada por Israel en la guerra del 67 y un intento de controlar el tercer lugar más sagrado para el Islam. Su protesta se tradujo en no cruzar el arco israelí y rezar en los accesos. Los disturbios en esa zona y en varios barrios orientales de la ciudad no se hicieron esperar. Especialmente violento fue el último "Viernes de la Ira", alentado por Hamas y otros movimientos islamistas como el liderado por el radical Raed Salaj en el norte de Israel. La jornada se inició con tres palestinos muertos y varios centenares de heridos en enfrentamientos con policías israelíes en Jerusalén Este y Cisjordania y finalizó con tres miembros de una familia israelí acuchillados mientras cenaban en su casa por un palestino que había logrado penetrar en la colonia de Halamish. El palestino, que fue herido y detenido, cometió el atentado terrorista "en defensa de los ataques a Al Aqsa", según sus últimos escritos en Facebook.

La consigna del Wakf -tras comprobar este jueves la situación de los accesos y confirmar la completa retirada- y la Autoridad Nacional Palestina (ANP) de volver a rezar en Al Aqsa llega dos días después de que Israel retirase los detectores de metales y las cámaras en el marco de un acuerdo entre Netanyahu y el rey Abdallah II de Jordnaia. El ataque contra un guardia en una casa en la embajada israelí en Amán que reaccionó abatiendo al agresor y a otro jordano (un conocido doctor y propietario de la residencia) aceleró la urgencia por llegar a un acuerdo: retorno del agente y personal diplomático a cambio del desmantelamiento de los detectores de metales. Un acuerdo que refleja el decisivo rol de la monarquía hachemita como custodio de Al Aksa y decisivo en las decisiones del Wakf.

Netanyahu, criticado por "capitulación"

"Felicito a los habitantes de Jerusalén por su resistencia frente al enemigo. Es un capítulo de honor y el inicio de la derrota de Israel", ha afirmado el líder de Hamas, Ismail Haniyah. Si las facciones palestinas y el Wakf consideran que es "una victoria", para Netanyahu las cosas están más complicadas.

Por un lado, al ceder el veterano dirigente israelí garantiza una importante reducción de los disturbios y tensión aunque Hamas y Al Fatah no han anulado su llamamiento a un "viernes de la Ira". Al mismo tiempo, evita un enfrentamiento con Jordania y Egipto.

Por otro, Netanyahu es el gran derrotado a nivel político en Israel debido a un zig zag que le presenta como "débil ante las amenazas y ataques". Las críticas no sólo llegan desde su partido (Likud) y la derecha más nacionalista que por otro lado exige "ejercer el control sobre el Monte del Templo". Según un sondeo del Canal 2, el 77% de los israelíes considera que el desmantelamiento de los detectores de metales es "una capitulación".



yoselin


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