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Muere Ramón Xirau, filósofo, poeta y voz del exilio español en México 


2017-07-28

 

Luis Pablo Beauregard, El País


Ramón Xirau falleció la mañana de este jueves en la Ciudad de México. El filósofo, poeta y una de las principales voces del exilio español en México murió a los 93 años en su casa en el sur de la capital mexicana, informó el Instituto Nacional de Bellas Artes. Nacido en Barcelona en 1924, Xirau llegó al país junto a sus padres en 1939, cuando tenía 13 años. En 1955 se convirtió en ciudadano mexicano. Su vida en América lo convirtió con el paso del tiempo en un académico fundamental para la enseñanza de la Filosofía en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el centro de estudios más grande de América Latina, y en uno de los poetas más destacados de la lengua catalana.

“En algún sentido, todos somos alumnos de Ramón Xirau”. La frase la dijo hace tres años Pedro Stepanenko, director del Instituto de Investigaciones Filosóficas de la UNAM, durante un homenaje a los 90 años de Xirau. El libro Introducción a la historia de la filosofía (1964) fue una de las obras fundamentales publicadas por Xirau. El texto se convirtió para miles de estudiantes en el primer acercamiento a la historia del pensamiento. Otras de sus publicaciones fueron Palabras y silencios (1968), Genio y figura de sor Juana Inés de la Cruz (1967) y Octavio Paz, el sentido de la palabra (1974) y The Nature of Man (1968), escrito en colaboración con Erich Fromm, y Tiempo vivido. Acerca de estar (1985).

El Fondo de Cultura Económica reunió la obra poética de Xirau en 2007 bajo el título Poesía completa. Xirau aseguraba que comenzó a escribir poesía desde niño. Antes de llegar a México ya guardaba versos en su lengua materna, el catalán. El autor admitió que podía convertir su prosa al castellano, pero nunca pudo traducir su poesía. Su traductor era el poeta canario Andrés Sánchez Robayna. En 1951 publicó Diez poemas. Cuatro años llegó L’espill soterrat. Fue hasta 1974 que España publicó su primer poemario, Las Playas. Gradas (1979) fue su trabajo poético más conocido. La Generalitat reconoció su trabajo con un homenaje en 1999.

Xirau también era un ávido lector. Llegó a México con su tarea hecha. Cuando pisó el nuevo continente había leído ya las obras de Salvador Novo, José Gorostiza y Xavier Villaurrutia, que bajo el nombre de Los Contemporáneos eran en ese entonces el grupo literario de vanguardia en México. Sus conocimientos no solo se limitaban a las letras. “Sabía todo de Pancho Villa… también me interesé por la cultura indígena y por los tarascos y especialmente por la cosmovisión de los mayas”, contó en una entrevista con este periódico realizada con motivo de la publicación de su antología.

Xirau fue, según su amigo Octavio Paz, un puente entre América y Europa. La familia Xirau abandonó Barcelona en 1938 rumbo a Francia. En Marsella abordó un barco que los llevó hasta Nueva York. “Pensé que había llegado a Marte”, confesó Xirau en 2007. Desde allí la familia inició un larguísimo recorrido rumbo al sur. En la frontera de Texas, México los recibió con el caos postrevolucionario por la lucha del poder.

Una frase dicha por su padre, el filósofo y pedagogo Joaquín Xirau, lo marcó toda la vida: “Aquí en México he descubierto España”. Xirau volvió por primera vez a Madrid en 1976, poco después de la muerte de Francisco Franco. Desde entonces se convirtió en un promotor de los intercambios culturales entre ambas naciones. “La conexión que se ha establecido entre gentes nacidas en España y en Hispanoamérica puede ser la línea cultural a seguir en todos los países de habla española. No solo intercambio a nivel de Gobierno, sino de personas, profesores, artistas, poetas”, dijo en 1977 en una visita a Madrid en la que se entrevistó con José Hierro y Vicente Aleixandre, entre otros. “Para Europa, México está lejísimos. En cambio, desde aquí, Europa está cerca. Hay más desconocimiento de allá para acá que de acá para allá”, reflexionó años después.

La muerte de Xirau ha sido lamentada en México por el presidente Enrique Peña Nieto, que lo llamó “pilar de la cultura”. El expresidente Felipe Calderón lo calificó como “una de las mentes más lúcidas” del país. Enrique Krauze también se despidió de uno de los estudiosos de literatos mexicanos como Juan Rulfo y Octavio Paz. “Era todo bondad”, dijo el historiador.

María Cristina García, la secretaria de Cultura de México, también se sumó al duelo. La ministra lo llamó “un admirable hombre de letras y un intelectual imprescindible”. En los años recientes, el escritor y su esposa, Ana María Icaza, premiaron a los jóvenes poetas mexicanos con el Premio Joaquín Xirau, un galardón en memoria del hijo del matrimonio, fallecido en Boston en 1976.



yoselin


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