Formato de impresión


Exxon engañó al público sobre el cambio climático


2017-08-30

John Schwartz, The New York Times

Cuando Exxon Mobil respondió a los reportajes de 2015 que afirmaban que la empresa había difundido dudas sobre el riesgo del cambio climático a pesar de su propia investigación al respecto, la compañía exhortó a que el público “leyera los documentos”.

Ahora, dos investigadores de Harvard hicieron eso: revisaron casi 200 documentos que representan la investigación de Exxon y sus declaraciones públicas y concluyeron que la empresa “engañó al público” sobre el cambio climático aunque sus propios científicos reconocieron que las emisiones de gases invernadero eran un riesgo para el planeta.

Los investigadores de Harvard —Naomi Oreskes, una profesora de Historia de la Ciencia cuyo trabajo se ha concentrado en las industrias energética y tabacalera, y Geoffrey Supran, un investigador posdoctoral— publicaron su trabajo en la revista Environmental Research Letters. También publicaron sus hallazgos en un artículo de opinión en The New York Times.

Los expertos concluyeron que los estudios sobre el cambio climático realizados por Exxon, publicados desde 1977 hasta 2014, se alineaban con el pensamiento científico de la época. Alrededor del 80 por ciento de la investigación y las comunicaciones internas de la empresa reconocieron que el cambio climático era real y lo causaban los humanos. Sin embargo, un 80 por ciento de las declaraciones que Exxon hizo al público general, las cuales llegaron a una audiencia mucho mayor, expresaron dudas sobre el cambio climático.

“Destacamos que el cuestionamiento no es si Exxon Mobil ‘se reservó presentar su investigación sobre el cambio climático’, sino cómo la comunicó”, escribieron Oreskes y Supran. “Exxon Mobil contribuyó discretamente a la ciencia y fuertemente a generar dudas sobre esas investigaciones”.

Un vocero de Exxon Mobil, Scott Silvestri desestimó el nuevo estudio porque lo consideró parte de una campaña activista en contra de la empresa que lleva mucho tiempo y dijo que el trabajo era “impreciso y ridículo”.

Silvestri afirmó que la investigación representaba un giro en la estrategia de los activistas, la cual se alejaba de los alegatos que señalaban que la empresa había ocultado la ciencia y se acercaba más a “extraer dinero de los accionistas y atacar la reputación de la empresa”. El vocero citó dos ejemplos de ensayos publicitarios que Exxon había publicado en periódicos en los que se declaraba que el cambio climático “podía presentar” riesgos legítimos a largo plazo.

Supran afirmó que los ejemplos que dio Silvestri estaban incluidos en el estudio. Para evaluar las declaraciones públicas de Exxon, los investigadores se concentraron en publirreportajes que lanzó la empresa en periódicos importantes, entre ellos The New York Times.

Los autores utilizaron herramientas de las ciencias sociales, principalmente el análisis de contenidos textuales para estudiar los documentos. El análisis de contenidos se ha utilizado en el pasado para cuantificar el grado de consenso que hay sobre el cambio climático en la literatura científica.

Los autores reconocieron que “el análisis textual es subjetivo por naturaleza: las palabras tienen significado en contexto”. Sin embargo, señalaron que las tendencias generales eran claras, y proporcionaron 121 páginas de material complementario para permitir que se realizara una examinación formal de su trabajo.

Oreskes lleva mucho tiempo criticando a la industria de los combustibles fósiles y ha sido atacada por Exxon en el pasado. En una entrevista reconoció que, debido al trabajo para revelar documentos internos de la empresa que ya habían realizado los periodistas, las nuevas conclusiones “no eran noticias tan impactantes”. “Descubrimos que eran científicos realmente buenos”, comentó Oreskes, en referencia a los investigadores de Exxon. “Ese hallazgo hace que el contraste con los publirreportajes sea mucho más evidente”.

La controversia actual sobre la investigación de Exxon Mobil comenzó en 2015 con artículos que publicaron InsideClimate News y Los Angeles Times, los cuales se centraban en los trabajos archivados de la empresa.

Los artículos señalaban que la compañía había incorporado las investigaciones a su planeación mientras cuestionaba públicamente la ciencia del cambio climático y financiaba grupos que negaban riesgos graves al medioambiente. Después de que aparecieron esos artículos, los activistas comenzaron a utilizar la etiqueta #ExxonKnew (Exxon sabía).

Varios procuradores generales estatales, comenzando por Eric T. Schneiderman de Nueva York, empezaron a investigar a la empresa para determinar si había engañado a los accionistas y consumidores sobre los riesgos del cambio climático y los efectos que tendría en su negocio. La Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos inició una investigación propia, y los accionistas de Exxon Mobil han presentado demandas en las que reclaman que la empresa los engañó sobre su responsabilidad en los riesgos del calentamiento global.

Todavía no está claro si el nuevo artículo tendrá algún impacto en estos casos, señaló Michael B. Gerrard, director del Centro Sabin para las Leyes sobre Cambio Climático de la Universidad de Columbia. “La pregunta clave en términos legales es si Exxon tenía información que no estuviera disponible para el público y que pudiera haber cambiado las decisiones de los inversionistas de haberla conocido”, afirmó Gerrard. “Esto podría tener más importancia a nivel político que legal”.

Desde mediados de la década de 2000, Exxon Mobil ha reconocido que el cambio climático es real. “Apoyamos el Acuerdo de París y somos miembros del Climate Leadership Council, una organización que apoya un impuesto sobre las emisiones de carbono que se repartiría entre los estadounidenses independientemente del nivel de ingresos”, señaló Silvestri.

La empresa dejó de financiar grupos que negaban de forma vehemente el cambio climático a mediados de la década de 2000, entre ellos el Competitive Enterprise Institute y el Instituto Heartland, con el argumento de que su retórica exaltada se había convertido en una “distracción” de los problemas. No obstante, Exxon Mobil ha sido atacada por su apoyo continuo a los grupos que se oponen a tomar acciones en contra del cambio climático, entre ellos la Cámara de Comercio de Estados Unidos y el Consejo Estadounidense de Intercambio Legislativo.

La fundación Rockefeller Family Fund, la cual ha estado activa en causas a favor del medioambiente y la educación, financió parcialmente la nueva investigación. Exxon Mobil ha acusado a los Rockefeller de ser parte de una conspiración en contra de la empresa. Lee Wasserman, directora de la fundación, desestimó esas afirmaciones.

“En Estados Unidos, si las organizaciones de la sociedad civil se unen para resolver problemas importantes, se debe considerar una virtud, no una conspiración”, concluyó Wasserman.



yoselin


� Copyright ElPeriodicodeMexico.com