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Corea del Norte considera las palabras de Trump una declaración de guerra 


2017-09-25

Jan Martínez Ahrens, Sandro Pozzi, El País

Golpe a golpe. La estrategia de la tensión a la que se han lanzado Washington y Pyongyang tocó ayer un nuevo límite. Si el sábado los bombarderos estadounidenses se hicieron sentir en la frontera de Corea del Norte, hoy el ministro de Exteriores norcoreano consideró una ”declaración de guerra" las invectivas de Donald Trump a su país y defendió su derecho a atacar a los aviones de guerra estadounidenses incluso fuera del espacio aéreo norcoreano. Con las espadas en alto, el mundo asiste a un pulso que, lejos de amainar, aviva al diario el espectro de un choque nuclear.

Es el juego del terror. Trump y el Líder Supremo, Kim Jong-un, están llevando su enfrentamiento a zonas abismales. Y ninguno parece dispuesto a parar. El presidente de Estados Unidos, a diferencia de su predecesor, no evita el cara a cara con su adversario norcoreano. Por el contrario, le contesta casi a diario y está dispuesto a desplegar todo su músculo para frenar la carrera balística y nuclear del tiránico régimen norcoreano.

Ante la Asamblea General de la ONU, Trump amenazó la semana pasada con arrasar Corea del Norte. “No se puede aceptar que esa banda criminal se arme con misiles nucleares; tenemos una gran paciencia, pero si no vemos obligados a defendernos o defender a nuestros aliados, no tendremos otra opción que destruir completamente a Corea del Norte. El hombre cohete está en misión suicida consigo mismo”, clamó.

Dos días después, dio otra vuelta de tuerca y ordenó estrangular la economía norcoreana con una nueva tanda de sanciones. Y el sábado, para completar el cerco, envió a sus bombarderos  B-1B, con capacidad nuclear, y cazas F-15C a sobrevolar aguas internacionales muy cerca de la frontera. Más al norte de la zona desmilitarizada de lo que jamás ningún avión militar estadounidense haya volado en todo el siglo XXI. Washington había mostrado los dientes.

No menos virulento ha sido el régimen norcoreano. Tras probar a principios de mes una bomba de hidrógeno en el subsuelo, sobrevoló el espacio aéreo japonés con un misil y hace una semana amenazó con ensayar en el Pacífico su mayor arma de destrucción masiva. Todo ello sin dejar de amenazar con “domar con fuego al desequilibrado y viejo chocho” de Trump.

Insultos, ensayos nucleares, bombarderos y sanciones. La tensión no ha dejado de crecer y pocos saben hasta dónde puede llegar. En este escenario, el último golpe lo asestó el ministro de Exteriores norcoreano, Ri Yong-un. En una breve declaración al abandonar su hotel de Nueva York, el diplomático volvió a abrir la espita del miedo: “El mundo entero debería recordar claramente que fue Estados Unidos el primero en declarar la guerra a nuestro país. Y desde que EU nos ha declarado la guerra tenemos derecho a tomar medidas como derribar a bombarderos estadounidenses incluso si no están dentro de las fronteras aéreas de nuestro país”.



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