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Cinco claves del "idilio" entre Trump y Xi Jinping 


2017-11-09

Javier Espinosa | El Mundo

Los presidentes de China, Xi Jinping, y Estados Unidos, Donald Trump, se reunieron hoy en Pekín en una cita dominada por un tono muy alejado de los ataques verbales que hace sólo unos pocos meses dedicaba el actual inquilino de la Casa Blanca a la nación asiática, a la que tachó de "enemiga" y acusó de "violar" a su país a causa de su política comercial.

"No puede haber un asunto más importante que la relación China-Estados Unidos", aseguró el propio Trump indicando que la colaboración de ambos países puede solucionar "los problemas mundiales".

Su homólogo chino también reconoció que las relaciones entre las dos naciones se encuentran "en un nuevo punto de partida histórico". "China está dispuesta a trabajar en conjunto con los Estados Unidos bajo el respeto mutuamente, para buscar el beneficio de ambos, y centrarse en la cooperación y gestionar y controlar las diferencias", añadió.

Estas son las cinco claves que explican e ilustran el calado de este giro político:

1) Trump se ha dejado convencer por la promesa de Xi Jinping de que China apoyará su política de presión sobre Corea del Norte. El dirigente norteamericano declaró que Pekín "puede solucionar fácil y rápidamente" la crisis que sufre la Península y precisó que los dos dirigentes han acordado "aumentar la presión económica hasta que Corea del Norte abandone la senda temeraria y peligrosa".

Xi Jinping dijo que su país persistirá en el objetivo de conseguir una Península coreana sin armas nucleares, pero a través del diálogo.

Pekín defiende que la única opción actual sería una paralización de las pruebas de misiles y ensayos atómicos de Corea del Norte a cambio de que EU suspendiera las habituales maniobras militares que realiza en la zona.

China ha reforzado en los últimos tiempos las medidas de castigo a la economía norcoreana, cuyo comercio depende ampliamente de este país, expulsando a trabajadores, suspendiendo negocios conjuntos, y prohibiendo la importación de productos tan estratégicos para las finanzas del país vecino como el carbón o el marisco, pero se niega a suspender los suministros de combustible como requiere Trump. Los expertos coinciden en que esta actitud están teniendo un impacto en Corea del Norte pero dudan de que sea suficiente para provocar un cambio de su política.

2) El presidente norteamericano ha cambiado de tal forma su discurso al referirse al déficit comercial que arrastra EU respecto a China -que ascendió a 347,000 millones de dólares en 2016- que en su alocución ante los periodistas no recriminó a China sino a la administración norteamericana que le antecedió, liderada por Barack Obama.

"No culpo a China. ¿Quién puede culpar a un país por aprovecharse de otro para beneficiar a sus ciudadanos? China tiene mucho mérito", afirmó.

De la intervención de ambos mandatarios se induce que Washington y Pekín parecen haber aparcado una vez más un análisis profundo de la causa estructural de este asunto. Xi Jinping tan sólo repitió que la economía local será más "transparente y abierta" a las firmas extranjeras, una afirmación recurrente en los últimos años.

A cambio, las empresas que acompañaban al Trump consiguieron firmar acuerdos comerciales por un monto de 253,400 millones de dólares aunque en su amplia mayoría fueron simples declaraciones de intenciones.

3) Trump también parece haberse olvidado de los señalamientos sobre la expansión del control de Pekín sobre la zona del Mar del Sur de la China, que en su momento llevó incluso a su secretario de Estado, Rex Tillerson, a abogar por un bloqueo de esos enclaves que habría provocado casi con toda seguridad un choque armado.

Xi Jinping indicó que el Océano Pacífico es lo suficientemente grande para acomodar los intereses de los dos países y dijo que los dos estados se disponen a intensificar sus relaciones a nivel militar.

El jefe de estado chino anunció que invitará muy pronto a su país al secretario de Estado de Defensa James Mattis y que organizará el desplazamiento de una amplia delegación de uniformados chinos a EU.

4) China no ha ahorrado boato para agasajar a Trump y su esposa Melanie durante su visita, algo que parece haber surtido efecto en los invitados. Durante una recepción al concluir la opera a la que pudieron asistir, un grupo de niños les aclamó al grito de "!Bienvenidos a China!!Te amamos!".

El presidente norteamericano no ha cesado de lanzar elogios hacia su anfitrión en un reflejo de la singular y cálida relación -"idilio", lo califican muchos analistas- que semeja haber surgido entre los dos antagonistas políticos.

"Nuestra reunión esta mañana fue excelente", señaló Trump en su intervención ante la prensa. En uno de sus habituales tuit, Trump también agradeció a su homólogo chino por ·esta tarde y noche inolvidables en la ciudad Prohibida" en referencia a la visita que realizó el miércoles a ese emblemático complejo.

5) Trump eludió cualquier mención a las violaciones a los derechos humanos de las que se acusa a China y según la prensa local incidió en que el dirigente norteamericano había ratificado una vez más su apoyo a la política de "una sola China", eclipsando cualquier posible alboroto a causa de Taiwán.

"Trump parece ser pragmático en su política hacia Pekín y no tiene interés en la diplomacia ideológica. Hasta ahora no ha utilizado el asunto de los derechos humanos para no crear problemas con Cina y eso significa que las relaciones bilaterales pueden centrarse en asuntos sustanciales", escribió el diario Global Times en su editorial.



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