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Mueren niños y adultos de una etnia desplazada
2017-12-12
Por Marcos Romero
(ANSA) - CIUDAD DE MEXICO, 12 DIC - Cuatro niños y dos adultos, de un grupo 5,000 desplazados por un conflicto de tierras bajo amenazas de paramilitares en una zona inaccesible del estado de Chiapas, murieron por no poder ser trasladados a un hospital para recibir la atención debida.
El obispo de San Cristóbal de las Casas, Felipe Arimendi, alertó que se corre el riesgo de que se repita la masacre de indígenas de Acteal de 1997.
Se teme que los casos aumenten por cuanto los indígenas tzotziles se encuentran a merced del intenso frío de la temporada, en medio de llamados de la Iglesia católica local y de grupos humanitarios al gobierno federal y local para que los municipios involucrados dialoguen para llegar a un acuerdo.
El hambre y el frío se están cebando sobre esta comunidad de personas dispersas en grupos en la región de Los Altos de Chiapas, en la región del sur del país donde hace casi 23 años se produjo una rebelión indígena liderada por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) con demandas de justicia, autonomía y libertad.
En un video difundido a través de las redes sociales el domingo pasado, el alcalde de Chalchihuitán, Martín Gómez, denunció que los caminos que comunican a esta localidad con la vecina de Chenalhó, que mantienen una feroz disputa limítrofe, siguen bloqueados.
Por ello, ocho comunidades de tzotziles no pueden retornar a sus viviendas y siguen a expensas del intenso frío de la temporada previa al invierno.
Inclusive algunas personas han buscado refugio en cuevas o se aglomeran bajo carpas para poder ponerse a salvo de los elementos.
"Esta semana fallecieron cuatro niños de frío y de hambre", denunció el alcalde, al indicar que no había medicamentos y "no hay cómo trasladar a los enfermos hasta el hospital de San Cristóbal".
"Hasta el momento hemos tenido graves problemas de salud", señaló el intendente, aunque organizaciones civiles que operan en la zona todavía no han podido constatar las muertes denunciadas.
Pablo Rojas, de la ONG Serapaz, señaló que ha sido imposible para los activistas acceder al lugar porque sólo hay forma de subir a pie por estrechos senderos y no pueden ingresar camionetas.
Rojas señaló que el sábado hubo una reunión en Chachihuitán con "un grupo en donde había representantes" de la municipalidad y de los pobladores que confirmaron las muertes.
Jennifer Haza, directora de la organización Melel Xojobal, señaló que Médicos sin Fronteras pudo documentar el fallecimiento de una niña, mientras el gobierno de Chiapas negó que haya habido muertes entre los desplazados.
El obispo de San Cristóbal de las Casas, Felipe Arizmendi, y la oficina del Ombudsman, lanzó hace poco un desesperado exhorto al gobierno local y federal para intervenir ante al éxodo, y dijo que están dadas "todas las condiciones" para que se repita la matanza de Acteal cometida hace casi 21 años.
En esa aldea, ubicada en la región, 45 indígenas tzotziles fueron asesinados el 22 de diciembre de 1997 mientras rezaban frente a una ermita, por grupos paramilitares.
El prelado demandó "resolver de forma inmediata y pacífica el conflicto agrario y de límites en la zona", pues los indígenas de Chalchihuitán se refugiaron en las montañas debido a que fueron amenazados por personas armadas que quemaron sus viviendas y robaron sus animales.
Los grupos civiles y sacerdotes que ayudan a los desplazados temen una emergencia humanitaria porque hay cada vez más casos de personas con diarreas, fiebres y problemas respiratorios debido a que la gente duerme prácticamente al aire libre.
Arizmendi señaló que el conflicto limítrofe se remonta a unas cuatro décadas atrás, sin que hasta ahora las autoridades hayan sido capaces de conciliar a las pares en conflicto.
El entonces ministerio de la Reforma Agraria, ahora llamado de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, "trazó una línea" equivocada en las fronteras entre ambas poblaciones incubando una especie de "huevo de la serpiente" que ahora amenaza con causar grandes estragos.
regina
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