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El 70 % de choferes en Ciudad de México sufren males asociados a su trabajo


2018-01-23

Cristina Sánchez

México, 23 ene (EFE).- El 70 % de los operarios de transporte público concesionado en Ciudad de México sufre enfermedades como diabetes, hipertensión y síndrome metabólico, afectados por las largas jornadas de trabajo, el estrés por el tránsito vehicular y la mala alimentación.

"Hay condiciones concretas de esta labor que conducen a padecimientos con mayor incidencia de la media a nivel nacional", aseguró en entrevista con Efe Germán Gerardo Méndez Ruiz, director del Centro para el Fomento de la Educación y la Salud de los Operarios del Transporte Público de la Ciudad de México (Cenfes).

De acuerdo con su reporte anual, siete de cada 10 conductores de transporte público concesionado en la Ciudad de México padece alguna enfermedad relacionada con su trabajo.

Según datos de la organización, de los 177,000 concesionarios registrados en la Ciudad de México, 29 % sufre de altos niveles de colesterol y triglicéridos en la sangre, 22 % de ametropía, 19 % de diabetes, 7 % de hipertensión y 4,2 % de síndrome metabólico.

Según Méndez Ruiz, las jornadas laborales de más de 14 horas, la mala alimentación en la calle, el estrés por el tránsito vehicular, la falta de ejercicio, la carencia de seguridad social y jurídica, además del escaso acceso a los servicios de salud, inciden en que estos problemas se agraven.

Desde hace nueve años el Cenfes, a petición de la Secretaría de Movilidad de la Ciudad de México, evalúa a los operadores que aspiran a tramitar o renovar su Licencia Tarjetón sobre conocimientos de conducción, reglamento de tránsito y otras normatividades, y los someten a exámenes de salud.

Al analizar su baje de datos con médicos especialistas, el Cenfes concluyó que las condiciones de trabajo de los operarios de transporte público influyen de manera directa y negativa en su salud, y muchos de ellos no lo saben.

Según el organismo, poco más del 40 % de los operarios cuenta con seguridad social, pero "la mayoría manifestó que la afiliación es proporcionada a través de otro empleo o bien de la pareja o familiar".

Así, más de la mitad de los choferes de transporte público no cuenta con ningún tipo de protección en caso de enfermedades.

"La única forma de atenderse es pagar médicos particulares u organizaciones que se dedican al cuidado de la salud, lo que hace que su atención médica sea muy deficiente", detalló Méndez Ruiz.

Cuando los operadores tienen padecimientos en etapa avanzada, el Cenfes se encarga de detener el trámite de la Licencia Tarjetón hasta que el chofer demuestra que se somete a un control de salud.

Pero si esa patología limita su trabajo o pone en alto riesgo su vida, la licencia no les es otorgada, ya que los padecimientos en la salud "tienen un correlación con los errores humanos que producen accidentes e infracciones de tránsito", indicó.

El director de Cenfes señaló que las edades en las que niegan con mayor frecuencia las licencias es entre los 55 y 60 años.

El problema, detalló el coordinador de investigación de Cenfes, Francisco García Olsina, que "muchos tienen su primer encuentro médico por primera vez en las pruebas de Cenfes".

"Se enteran de que tienen un padecimiento crónico cuando buscan obtener su licencia para desempeñar su actividad, lo cual refleja la falta de acceso a servicios de salud", afirmó.

García Olsina explicó que hay mucho interés de parte de las personas que trabajan en este sector para agremiarse y luchar por sus derechos laborales, entre ellos el acceso a los servicios de salud, sin embargo, al ser grupos pequeños, aún no han logrado tener impacto.

Además, dijo que es muy difícil cambiar sus hábitos, aunque el Cenfes busca concienciar a través de los cursos que imparten.

"Uno de ellos es acerca de salud laboral, se trabaja con ellos sobre la importancia de la nutrición, de conocer su salud, del ejercicio, de comer a tiempo, de ir al baño cada vez que tienen ganas, entre otras cosas", comentó.

Y aunque tras los diálogos los operarios salen motivados, al regresar al trabajo "sus hábitos vuelven a lo mismo, debido a la inercia de la profesión", lamentó García Olsina. 



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