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El BCE alerta en Davos sobre los peligros de una guerra de divisas


2018-01-26


Davos (Suiza), 26 ene (EFE).- El miembro del consejo de gobierno del Banco Central Europeo (BCE) Benoit Coeuré alertó hoy en Davos sobre una posible "guerra de divisas, lo último que el mundo necesita", en referencia a la fuerte caída del dólar provocada por un comentario del secretario del Tesoro de EU, Steven Mnuchin.

Mnuchin aseguró el pasado miércoles en una rueda de prensa celebrada en el Foro Económico Mundial que "un dólar débil es bueno para el comercio, y a largo plazo la fortaleza de la divisa es un signo de fortaleza de la economía".

Acompañado por el secretario de Estado de Comercio, Wilbur Ross, Mnuchin añadió que el del dólar "es uno de los mercados más líquidos del mundo", de modo que "lo que ocurra a corto plazo no nos preocupa".

El efecto de las palabras de Mnuchin fue inmediato en el mercado de divisas, hasta el punto de que tuvo que puntualizar que a largo plazo apuesta por la fortaleza de la moneda estadounidense, entre otras razones porque es la moneda de las reservas.

"Y lo seguirá siendo, teniendo en cuenta la fortaleza y la confianza en los mercados estadounidenses", agregó.

El presidente del BCE, Mario Draghi, criticó ayer con dureza, sin mencionarlo, a Mnuchin, al señalar que no se usa el tipo de cambio para tener ventajas comerciales, y que "algunos movimientos del tipo de cambio del euro se justifican por la fortaleza de la economía, pero la cuestión es si otros movimientos son causados por simples comentarios".

La polémica llegó a una mesa redonda celebrada hoy en el Foro de Davos, en la que además de Benit Coeuré participaron el presidente del banco suizo UBS, el fundador de Bridgwater, Ray Dalio, y la gobernadora del Banco Central de Suecia, Cecilia Skingsley.

Aunque el objeto del debate era la finalización de las medidas de estímulo puestas en marcha por el BCE y su efecto en el crecimiento, a la espera de subidas de tipos que el organismo no tiene previsto este año, los asistentes prefirieron ocuparse de la mini crisis abierta por Mnuchin.

El más critico fue Benit Coeuré, que explicó que estos comentarios "no ayudan", y no descartó que el BCE "tenga que reevaluar la situación si hay efectos sobre la inflación".

Vivimos en un mundo en el que los tipos de cambio no se destinarán a fines competitivos, reiteró, eso es lo que el G20 ha acordado y solo nos atendremos a esto.

"Ahora mismo, lo último que el mundo necesita es una guerra de divisas".

Las economías desarrolladas no deberían "apuntar a sus tipos de cambio con fines competitivos", añadió, y las discusiones entre los legisladores sobre las monedas deberían limitarse a los foros oficiales.

El presidente de UBS, Axel Weber, indicó que el papel del dólar como moneda de reserva está aumentando debido a las necesidades de liquidez de los bancos, y enfatizó el papel que juega "el mercado, porque los bancos centrales no lo pueden controlar todo".

Coeuré le dio la razón y apostilló que "las políticas monetarias no lo pueden conseguir todo".

Por lo que respecta al tema de discusión del panel, los estímulos acordados por el BCE que el organismo podría prologar más allá del mes de septiembre, cuando estaba previsto que finalizaran, Coeuré los calificó de "éxito rotundo".

Han funcionado muy bien "más allá de las expectativas, para impulsar la demanda agregada de recuperación económica, aunque sus efectos sobre la inflación son deficientes".

Coeuré hizo también referencia a monedas virtuales como el "bitcoin", muy cuestionadas por el sector financiero.

El presidente de UBS, entidad que no opera con esta moneda ni la ofrece a los clientes, explicó que "estamos convencidos de que llegará un momento en el que nos pregunten que por qué se les ofreció esto".

Sin embargo, el consejero del BCE replicó que representa "un desafío y añade presión a los bancos centrales para mejorar los sistemas de pago". 



yoselin


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