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Pemex en caída libre
Desde 2008, Petróleos Mexicanos (PEMEX) había mantenido un nivel de 2 millones de barriles diarios, dejando atrás los tiempos gloriosos en los que llegó a alcanzar el récord de 3,38 millones de barriles en 2004. La producción del 2017 retrocedió un 9,6% respecto a 2016, cuando llegó a 2,1 millones de barriles, de acuerdo con un reporte de la ahora denominada "empresa productiva del Estado", que enfrenta, por primera vez desde 1938, cuando el entonces presidente Lázaro Cárdenas, nacionalizó la industria petrolera, el reto de la competencia privada. También la producción de gas natural experimentó un estrepitoso descenso de 13% al pasar de 5.792 a 5.068 millones de pies cúbicos diarios. En forma paralela, la empresa importó cada vez más gasolina y diesel (gasóleo) debido a que sus refinerías se encuentran en estado cada día más ruinoso, incapaces de satisfacer el ávido mercado interno, ahora dominado por empresas extranjeras. La producción de gasolina el año pasado fue de 257,000 barriles diarios, la cifra más baja en los últimos 27 años, 21% menos que 2016, de acuerdo con el informe de PEMEX difundido hoy. El 72% de las gasolinas vendidas por la empresa el año pasado fueron importadas y se teme que esa tendencia aumente en los próximos años. Para la mastodóntica compañía los últimos años han sido de malas noticias pues en 2006 registró un repliegue de 10,6% en sus reservas, luego que recortó dramáticamente su presupuesto, sobre todo el dedicado a la exploración de nuevos yacimientos. "Las reservas están decreciendo por la declinación avanzada de la mayor parte de los yacimientos en campos maduros" y "la declinación es más fuerte de la que estimábamos", señaló hace unos meses Alma América Porre, comisionada de la Comisión Nacional de Hidrocarburos. Según cifras oficiales, México tiene una vida de 8,2 años de producción, si no encuentra nuevos yacimientos o recursos. Los números rojos se explican por la falta de inversiones de PEMEX en materia de exploración, que se han mantenido casi sin cambios en más de una década. La actividad de perforación de pozos ha disminuido desde 2009, hasta tocar mínimos históricos en 2016, según el comisionado Héctor Acosta. La tasa de restitución de reservas llegó apenas al 23% en 2016 y por cada 100 barriles que se extrajeron, apenas se descubrieron 23 nuevos listos para su explotación, lo cual fue definido como "un éxito muy pobre" por el comisionado Néstor Martínez. Una reforma energética aprobada por el Congreso en agosto del 2014, dejando atrás la larga era del monopolio gubernamental sobre el sector, en actividades como exploración, producción y venta de petróleo, podrían dar un giro a esta historia de fracasos, de acuerdo con fuentes gubernamentales. El resultado de la Ronda 1 de licitaciones de campos para explotar recursos petroleros entre empresas nacionales y extranjeras podría generar inversiones superiores a los 41,000 millones de dólares, de acuerdo con el cálculo de los expertos. El optimismo del gobierno es compartido por algunos especialistas, quienes estiman que el país podrá revertir la declinación petrolera y aumentar su producción un 17,5% en 10 años, aunque hay quienes apuestan a que haya una recuperación aún mayor. Sin embargo, una buena parte de las subastas se ubican en aguas profundas del Golfo de México y su desarrollo podría demorar al menos una década y consumir grandes inversiones. El socio líder de Energía y Recursos Naturales de KPMG, Rubén Cruz, señaló a la agencia gubernamental Notimex que si las exploraciones son exitosas se van a generar 900,000 barriles diarios de crudo adicionales. Las nuevas subastas han permitido inversiones de grandes consorcios internacionales de Italia, Gran Bretaña, China y Brasil, pero también PEMEX se ha asociado con compañías como la australiana BHP Billiton en el denominado "Campo Trión".
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