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Exgobernadores corruptos ante el juez, la otra contienda de México
PABLO FERRI/El País Desde hace cosa de un mes, cualquiera que entre en una librería de Ciudad de México, encuentra en la mesa de novedades un título singular: Duarte, El Priista Perfecto. La imagen de un hombre orondo desborda la portada, un hombre de semblante confiado y sonrisa pícara: parece que sabe más que el resto de simples mortales. El hombre se mete algo en el bolsillo delantero de la camisa. ¿Es un sobre? ¿Un papel?
Los tres enfrentan decenas de denuncias por desvío de fondos y sus casos coinciden con la campaña de las elecciones presidenciales, que se celebran el próximo 1 de julio. El juicio contra Javier Duarte podría entrar en fase intermedia, de desahogo de pruebas, en unos días. César Duarte podría llegar extraditado a México en cualquier momento, por los procesos en su contra que mantiene la fiscalía de Chihuahua. Panamá extraditó a Roberto Borge a México hace tres semanas. La justicia le acusa de lavado de dinero, entre otros delitos. Lourdes Morales, directora de la Red de Rendición de Cuentas, apunta a las "redes de apoyo" de los tres exgobernadores. "Es probable que quieran cazar al pez gordo, pero si no se atacan las redes de apoyo, cosa que podría ocurrir en este contexto político electoral, no serviría de nada: hay que atacar el modus operandi". El panadero economista Ángel explica que Duarte es el priista perfecto "porque no viene de la burguesía, sino de las clases populares. Era un aprendiz de panadero que se doctoró en Economía. Se supone que traería justicia social y termina robándose el dinero". El reportero añade que el caso Duarte, el primer caso Duarte, es importante "porque nos permite ver qué tan seria es esta cruzada del Gobierno contra la corrupción. El reto", añade, "no es que haya sentencia condenatoria, sino que se inicien otros procesos, se culminen las investigaciones atoradas y deriven en nuevos juicios". El reto, por tanto, no es sacar pecho por el primer juicio a Duarte, por su reanudación, sino porque el resto de casos sigan adelante, con o sin campaña, con este presidente o el siguiente. Una anécdota extraordinaria en todo caso. Juan Pardinas es el principal impulsor en México de la iniciativa 3 de 3, que pretende que los funcionarios hagan públicas sus declaraciones fiscales, patrimoniales y de intereses. Es decir, que digan qué tienen, qué impuestos pagan y en qué empresas participan. Ante la perspectiva de que tres exgobernadores del PRI encaren sus procesos judiciales en plena campaña electoral, Pardinas contesta rotundamente que "no hay un paralelo histórico, porque México nunca ha pasado por una etapa tan explosiva de niveles de corrupción". Pardinas toma el caso de César Duarte, exgobernador de Chihuahua. El nuevo Gobierno, encabezado por Javier Corral, del PAN, denunció a Duarte por el desvío de cientos de millones de pesos del presupuesto estatal. El modus operandi del exmandatario habría sido parecido al del otro Duarte, en Veracruz. Uno de los testigos de los casos de la fiscalía, exsecretario de Hacienda del anterior Gobierno, declaró incluso que el dinero desviado sirvió para pagar campañas electorales del PRI. "Es la primera vez que tenemos tan completo el tramo de financiación irregular de un partido político", dice Pardinas. "Y el Gobierno federal está tratando de garantizar la impunidad de Cesar Duarte". Se refiere, sobre todo, a lo costoso que está resultando el proceso de extradición en su contra. yoselin |
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