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La ruptura de las negociaciones en Santo Domingo acelera el proceso electoral en Venezuela


2018-02-08

DANIEL LOZANO / DIEGO SANTANDER | El Mundo

La fumata blanca se niega a aparecer en los cielos de Santo Domingo. Las delegaciones del gobierno y de la oposición venezolana no han alcanzado el "acuerdo de convivencia democrática", pese a los avances logrados en la última ronda de negociaciones, llevada a cabo en la capital dominicana.

Aunque no murió, el diálogo que mantienen desde el 1 de diciembre entró en un "receso indefinido". La Unidad Democrática finalmente no cedió ante las presiones del chavismo para que firmara un documento sin suficientes garantías electorales, que le hubiera obligado a zambullirse en "la emboscada presidencial", como la llaman algunos opositores, que se realizará antes del 30 de abril.

La primera consecuencia es la reunión urgente convocada por los rectores del Consejo Nacional Electoral (CNE) en Caracas, con la fecha de las elecciones presidenciales como telón de fondo. En el acuerdo se había establecido el 22 de abril como el día en el que se abrirían las urnas, tras un tira y afloja entre la inmediatez que exigía Nicolás Maduro y la apuesta opositora, a finales de junio.

"Emplazamos al gobierno a que no cometa el absurdo error de convocar unas elecciones de forma unilateral", defendió el ex presidente del Parlamento Julio Borges. "No aceptaremos ningún acuerdo que claudique la democracia en Venezuela", zanjó el jefe de la delegación opositora.

El facilitador José Luis Rodríguez Zapatero volvió a ser el hombre clave en el diálogo. El ex jefe de gobierno español tejió el último puente entre ambos bandos, buscando soluciones para la libertad de presos políticos y para la habilitación de los partidos suspendidos por el chavismo. En el documento que no se firmó aparece como uno de los integrantes de la nueva comisión de seguimiento. "Cualquier alternativa (al acuerdo) es extremadamente peligrosa", advirtió Zapatero antes de reiniciarse la sesión de hoy, que terminó con el regreso precipitado de los delegados chavistas a Caracas.

Fue el propio Nicolás Maduro quien se negó a firmar los avances de las últimas horas. El primer mandatario solo aceptaba el documento suscrito anoche por su enviado, el ministro Jorge Rodríguez.

"Tenemos la esperanza de que las partes puedan encontrarse en Caracas y producir de nuevo acercamientos que permitan sentarse y sacar un documento definitivo", acotó Medina.


 



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