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Meade incorpora a dos hombres fuertes del PRI a su candidatura para unir al partido 


2018-02-22

Javier Lafuente, El País

El candidato del PRI a la presidencia de México, José Antonio Meade, ha dado este jueves un paso para tratar de cerrar las heridas internas abiertas en el partido tras su designación y fortalecer su equipo de cara a la campaña electoral, que arrancará formalmente el próximo 30 de marzo. El aspirante del partido gobernante ha incorporado a su campaña a dos hombres fuertes del tricolor: el exsecretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, que siempre aspiró a ser el candidato del PRI en estas elecciones y el expresidente del partido Manlio Fabio Beltrones.

Desde su designación a finales del año pasado por el presidente Enrique Peña Nieto, Meade ha tratado de ganarse el apoyo del sector más duro del PRI, que vio con recelo que un simpatizante del partido, y no un militante, pudiese optar a la presidencia en nombre de la formación. En cierta medida, para muchos suponía tener que admitir que la losa de la impopularidad del actual Gobierno y del partido era muy pesada y que solo se podría despojar de ella con alguien que no fuese militante, por mucho que Meade haya sido secretario de la actual Administración.

El dirigente priista más afectado por la designación del candidato fue Miguel Ángel Osorio Chong. Entonces secretario de Gobernación [ministro de Interior], lideraba todas las encuestas de preferencia de voto como candidato del PRI. No obstante, el incremento de la violencia en el final del sexenio de Peña Nieto y su vinculación con el conocido como viejo PRI terminaron por descartarlo. Mientras que otro presidenciable, Aurelio Nuño, se erigió en coordinador de la campaña de Meade desde el primer momento, Osorio se había mantenido a un lado. A partir de ahora, será el coordinador de la campaña de los senadores del PRI.

En el caso de Beltrones, uno de los dirigentes con más peso dentro del tricolor desde hace décadas, que conoce las entrañas del partido como pocos, su cometido será coordinar los trabajos en algunos de los Estados más importantes del país –Baja California Sur, Chihuahua, Durango, Jalisco, Nayarit, Sinaloa y Sonora–, donde el PRI ha perdido poder en los últimos años.

Con estos movimientos, Meade apuesta por cerrar filas con el partido y garantizarse el apoyo de dos importantes operadores del partido, expertos en el funcionamiento de la maquinaria del PRI, que será indispensable para lograr recuperar, durante la campaña, el terreno que parece haber perdido, según las encuestas. La mayoría de los sondeos sitúa a Meade en tercer lugar, por detrás de Ricardo Anaya, candidato de Por México al Frente y del puntero, el dos veces candidato Andrés López Obrador, líder de Morena.

La apuesta de Meade por incorporar a Osorio Chong y a Beltrones, no obstante, evidencia también que el aspirante del PRI no logra despojarse del sector más tradicional del partido ni distanciarse de la carga de impopularidad del tricolor. El miércoles en la noche, durante un encuentro con corresponsales extranjeros, Meade eludió, por ejemplo, deslindarse del Gobierno de Peña Nieto, en el que ha ocupado tres carteras distintas. “El ritual del deslinde era propio de una época en que no había competencia política", en alusión a los 70 años del siglo pasado en el que el PRI tuvo la hegemonía total, hasta el año 2000. "Hoy tenemos una elección competida, candidatos que se presentan por sí mismos, con sus plataformas y con la posibilidad de ganar o perder. Hoy el deslinde se da en la medida en que uno plantea temáticas diferentes en los problemas que están mal resueltos, y hay muchos temas que están mal resueltos", aseguró.
 



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