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Una campaña de descalificaciones


2018-03-03

Por Marcos Romero

(ANSA) - CIUDAD DE MEXICO, 3 MAR - El ambiente electoral en México se calienta al máximo a cuatro meses de las presidenciales, en medio de acusaciones de lavado de dinero contra el segundo en las encuestas, Ricardo Anaya, que se dice perseguido por "todo el aparato del Estado".
    
El 1 de julio, 87 millones de ciudadanos tendrán su cita con las urnas para elegir al sucesor del presidente Enrique Peña Nieto, así como a 128 senadores, 500 diputados y 9 gobernadores, de un total de 3.26 cargos electivos.
    
Cuando falta menos de un mes para que inicien las campañas formales, aunque en la práctica éstas comenzaron desde hace meses, el ambiente está "al rojo vivo".
    
Ricardo Anaya, el aspirante de lo que algunos analistas llaman "la alianza imposible", integrada por el conservador Partido Acción Nacional (PAN), el izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD) y el centrista Movimiento Ciudadano (MC), se ha convertido en el protagonista del momento.
    
Anaya, un doctor en derecho de 39 años que habla tres idiomas, es investigado por la Procuraduría General de la República (PGR) por lavar dinero por unos 2,5 millones de dólares mediante la compra de un terreno a un precio muy bajo.
    
En el predio, construyó una instalación industrial que luego vendió a un precio varias veces más alto, con apoyo del empresario Manuel Barreiro, acusado de fungir como su prestanombres.
    
El aspirante afirma que apenas conoce a Barreiro, pero un video difundido por internet muestra que fue su compañero de colegio en la ciudad de Querétaro, a unos 150 kilómetros al norte de la capital y que ambos fueron a una boda de un amigo común.
    
Anaya también otro video por las redes sociales en el cual señaló que las acusaciones se deben a que el gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI) "está desesperado" y usa a la Procuraduría para una "campaña sucia" en su contra.
    
El PRI, apoyado por el Partido Verde y Nueva Alianza, todos de tendencia centrista, "se ubica en un "lejano tercer lugar en las preferencias electorales y ya no saben cómo levantar la campaña en ruinas de su candidato José Antonio Meade", afirmó.
    
l 15 de febrero pasado, una encuesta del diario Reforma arrojó que Anaya dio un salto de seis puntos mientras Meade bajó tres puntos, en tanto que el aspirante de izquierda Andrés López Obrador, se mantiene en la punta, como desde hace varios meses.
    
"Lo que quiere el PRI es engañar a la gente", indicó Anaya, al señalar que la compra-venta de la nave industrial, no fue una operación para hacerle llegar recursos, mediante empresas fantasma, como lo señala la fiscalía.
    
Anaya insiste en que con dinero propio y prestado pagó la deuda del terreno, cubrió los impuestos y construyó la instalación industrial.
    
Alberto Elías, encargado del despacho de la PGR, y el ministro de Gobernación Alfonso Navarrete, negaron esta semana que busquen afectar a Anaya. "Las investigaciones se conducen, entre otros propósitos, para el esclarecimiento de los hechos no en contra de personas", afirmó Elías.
    
Sin embargo, el frente que apoya a Anaya dijo que el gobierno federal está usando a la PGR como una oficina para lanzar una "guerra de lodo" en contra de su candidato y acusaron a Elías de usar "de manera facciosa" la institución contra el aspirante. La abogada y analista Ana Laura Magaloni, señaló que Anaya es "más radical y peligroso para la clase política en el poder" que López Obrador y el gobierno ya decidió que utilizará "todo el aparato del Estado" para frenarlo.
    
"Es impresionante lo bien que (la PGR) realiza sus funciones cuando se trata de doblegar a los enemigos políticos", señaló.
    
El escritor Jorge Volpi afirma que "la investigación de la PGR no busca la verdad o la justicia, sino deshacerse de un adversario con una operación autoritaria, sesgada y falaz".
    
Empero, alertó que esta "apuesta" es "extremadamente peligrosa" porque si Anaya sale adelante, "el PRI puede darse por liquidado".
    
En la contienda está en juego la continuidad del PRI, un partido que ha gobernado a México desde 1929 con apenas una pausa entre 2000 y 2012.



JMRS


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